miércoles, marzo 08, 2023

VERSIONES DE UNA VIDA (LXXXIII)


Esta semana me ha pasado algo imperdonable, el legendario cantante, teclista y líder de The Lyres, Jeff Conolly el “Monoman” estuvo tocando con los Arrrghs el pasado domingo, en un garito de Logroño (la dichosa Sala “Stereo”) ¡¡¡Y me lo perdí porque no me enteré hasta ayer martes!!!

Tuve conocimiento de la nueva gira española que está realizando, esta semana, el gran músico de Boston, respaldado por la banda valenciana de garaje los Arrrghs, gracias a la entrevista que Diego R J le hizo en “Radio 3”, el lunes, aunque yo la escuché el martes (el imperdonable fallo ha sido debido a la gran carga de trabajo que estoy atravesando durante este mes).

Encontré al bueno del “Monoman (así apodado por la fabulosa colección de singles de los 60 grabados en mono que atesora en su monumental discoteca) bastante mayor, no en vano comenzó su carrera musical con los DMZ en marzo de 1976 (¡¡¡Hace 47 años!!!). El hombre está algo tocado emocionalmente tras la pandemia, pero también se le ve muy ilusionado por este nuevo renacimiento.

A la pregunta que le hizo Diego sobre si tiene previsto sacar un nuevo disco, Jeff contestó que actualmente le parece algo dificilísimo publicar discos, ya que (al igual que nos pasa a mucha gente que ya peinamos canas) se pierde con el tema de las plataformas y la gran variedad de formatos y nuevas tecnologías que existen actualmente.

Con respecto al panorama actual de la música de “Garage”, Mr. Conolly confesó que no está muy al tanto de las bandas que componen la escena de hoy en día. Bastante tiene con seguir en la brecha de su ímprobo “estudio arqueológico” del interminable filón que suponen los discos de los 60, así como el notable esfuerzo que supone mantener cierta actividad de giras y conciertos, a su edad.

“¿Qué es lo que convierte un tema en una gran canción de Garage?” –Le preguntó Diego. A lo que Jeff contestó que eso es un auténtico misterio, a él no le importa lo rara, compleja, sencilla u original que sea una canción, sólo sabe que, por algún motivo, le toca la fibra, le atrae y es capaz de llevarla a su terreno, para versionarla con los “Lyres”.

Respecto al asunto que nos ocupa de las versiones, considero que Mr. Conolly es un auténtico maestro, es único e inigualable para adoptar una oscura y, aparentemente, mediocre canción que, en su momento, pasó totalmente desapercibida y transformarla en un “temazo que te captura y te hipnotiza al instante. Para muestra un botón:

Uno de los grupos de referencia del “Monoman son los británicos Downliners Sect, quienes en los 60 tocaron una versión de un tema del gran Bo Diddley, titulado “Cops and Robbers” (1956), siendo este nombre utilizado por una oscura banda inglesa de mediados de los 60, que sólo sacó tres singles y un EP (únicamente publicado en Francia) en el que incluyeron la canción “You´ll Never Do It Baby” (1965), con la que no alcanzaron ningún éxito, puesto que resultaban excesivamente “macarras” y “underground” para la época. Sin embargo, resultó ideal para que el genial Mr. Conolly la transformara en una auténtica joya del “Garage” ochentero.

Si bien es cierto que, aquel mismo año 1965, este tema también fue versionado por los ingleses Pretty Things.

Por cierto, “Cops´n Robbers”, ese año 1965, también hicieron una versión de un tema que ya ha salido anteriormente en esta sección como es “It´s All Over Now, Baby Blue”.

Mucha salud y disfrutadlas!!!

1) Cops´n Robbers (Watford (UK), 1965).

2) The Pretty Things (London, 1965).

3) The Lyres (Boston (USA), 1986).

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miércoles, marzo 01, 2023

LA DICTADURA DE LA SEGURIDAD


En pleno pico de la pandemia, ya hablé sobre el nuevo significado y trascendencia que está adquiriendo la palabra “Seguridad”.

Es bien sabido que el riesgo cero no existe, la cuestión clave es “¿Qué grado de riesgo es asumible?” Y para responderla hay que hacerse otra serie de preguntas:

1º) ¿A cuántas personas afecta el problema?¿Cuál es la magnitud y alcance previsible de los posibles daños?

2º) ¿Qué efectos tendría asumir el riesgo?

3º) ¿Existen medidas eficaces para reducir el riesgo con suficientes garantías? En caso afirmativo ¿Qué coste tienen?¿Cual es su prioridad en relación a otros problemas?

Es evidente que las respuestas a estas preguntas no son sencillas ni inmediatas y, a buen seguro, existirá una gran diversidad de opiniones pero, al final, más pronto que tarde, alguien tiene que tomar decisiones y llevarlas a la práctica mediante normativas, presupuestos y actuaciones.

Como no se puede poner un policía detrás de cada ciudadano y el incremento de inspectores y funcionarios que se dediquen a controlar y vigilar supondría un coste excesivo para las Administraciones Públicas, demasiado a menudo se opta por el “autocontrol”, o sea, en lugar de dar soluciones o, sencillamente, asumir el riesgo, se traslada el problema a los ciudadanos, incrementando los requisitos para acceder a determinados lugares o para realizar actividades concretas, obligando a numerosas molestias y laboriosos trámites, cursos de formación y la superación de exámenes, previo pago de las tasas correspondientes.

Además, el “autocontrol” parte de una premisa totalmente ilusa e ingenua, porque… ¿Quién es tan tonto de incrementar costes y autoimponerse trabas a su propio negocio?

En la normativa que regula las medidas a tomar, a menudo se emplea el término “inadmisible” y se presupone que las Administraciones Públicas siempre actúan de forma “proporcional” y “dentro de un orden” pero… ¿Quién define estos conceptos y establece sus límites?

Se supone que en las sociedades democráticas, cuando existen problemas graves y complejos que afectan a mucha gente y cuyas soluciones requieren de acometer grandes gastos, deberían tomarse las decisiones que resulten pertinentes, aceptadas y consensuadas por una mayoría de la población, previo los correspondientes estudios, análisis, reuniones de equipos multidisciplinares de expertos, propuestas, debates públicos e incluso votación de referéndums, si fuese necesario.

Sin embargo, la realidad es que las medidas suelen caer “llovidas del cielo” desde las más altas y difusas esferas del poder. En el caso de la Unión Europea, suelen adoptar la forma de Directivas o Reglamentos. Pondré el ejemplo de un sector que conozco como es el de la “Sanidad Vegetal”, uno de cuyos últimos hitos normativos ha sido la publicación del Reglamento (UE) 2016/2031 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de octubre de 2016, relativo a las medidas de protección contra plagas de los vegetales, que parte de una serie de considerandos (90) de los que voy a subrayar los siguientes:

(4) “La fitosanidad es muy importante para la producción vegetal, los bosques, los espacios naturales y las zonas arboladas, los ecosistemas naturales, los servicios ecosistémicos y la biodiversidad de la Unión. Sin embargo, la fitosanidad sufre la amenaza de especies nocivas para los vegetales y los productos vegetales, cuyo riesgo de introducción en el territorio de la Unión se ha incrementado debido a la globalización de los intercambios comerciales y al cambio climático. Para combatir esta amenaza, es necesario adoptar medidas relativas a la determinación de los riesgos fitosanitarios que entrañan estas plagas y a la reducción de estos riesgos a un nivel aceptable.”

(9) “Para que los esfuerzos de la Unión en materia de control de las plagas cuarentenarias puedan concentrarse en aquellas plagas cuyo potencial impacto económico, medioambiental o social sea más grave para el territorio de la Unión, debe establecerse una lista restringida de estas plagas (en lo sucesivo, «plagas prioritarias»)”.

(16) “La Comisión debe estar facultada para adoptar medidas en caso de sospecha o confirmación de la presencia de plagas cuarentenarias de la Unión concretas, en particular para su erradicación o contención o para el establecimiento de zonas demarcadas, prospecciones, planes de contingencia, ejercicios de simulación y planes de acción de dichas plagas”.

(23) “Una plaga que no sea una plaga cuarentenaria de la Unión debe considerarse una «plaga regulada no cuarentenaria de la Unión» si se transmite principalmente a través de vegetales específicos para plantación, si su presencia en dichos vegetales para plantación tiene un impacto económico inaceptable debido al uso que se pretende dar a esos vegetales y si está clasificada en la lista de plagas reguladas no cuarentenarias de la Unión. Con el fin de limitar la presencia de estas plagas, debe prohibirse su introducción o traslado en el territorio de la Unión en los vegetales para plantación, cuando dichas plagas estén presentes con una incidencia por encima de un determinado umbral”.

(24) “Algunos vegetales, productos vegetales y otros objetos presentan un riesgo inaceptable debido a la probabilidad de que alberguen alguna plaga cuarentenaria de la Unión. Respecto a algunos de ellos, pero no todos, pueden aplicarse medidas aceptables de atenuación del riesgo. Salvo que existan medidas aceptables de mitigación del riesgo, debe prohibirse su introducción o traslado en el territorio de la Unión o someterse a requisitos especiales. Debe establecerse una lista de estos vegetales, productos vegetales y otros objetos”.

(48) “Los operadores autorizados deben tener los conocimientos necesarios sobre las plagas”.

Ya casi al comienzo, en el artículo 3 figura la definición de “plaga cuarentenaria”:

Una plaga es una «plaga cuarentenaria», con respecto a un territorio determinado, si se dan todas las condiciones siguientes:

a) se ha establecido la identidad de la plaga, en el sentido de la sección 1, punto 1, del anexo I.

b) la plaga no está presente en el territorio, en el sentido de la sección 1, punto 2, letra a), del anexo I, o, si está presente en él no está muy extendida dentro del mismo, en el sentido de la sección 1, punto 2, letras b) y c), del anexo I.

c) puede entrar, estableciéndose, y propagarse dentro de ese territorio, o, si ya está presente en él pero no ampliamente distribuida, puede entrar, estableciéndose en aquellas partes del mismo donde estuviera ausente, en el sentido de la sección 1, punto 3, del anexo I.

d) la entrada, el establecimiento y la propagación de la plaga, en el sentido de la sección 1, punto 4, del anexo I, tienen un impacto económico, medioambiental o social inaceptable para dicho territorio o, si la plaga ya está presente en él pero no está ampliamente distribuida, en aquellas partes del mismo en las que está ausente, y

e) están disponibles medidas factibles y eficaces para prevenir la entrada, el establecimiento o la propagación de la plaga en dicho territorio y atenuar sus riesgos e impacto.”

El quid de la cuestión radica precisamente en las palabras “medidas factibles y eficaces”, teniendo en cuenta los costes y las molestias que implican, al margen de una decisión de partida aún más importante que es si la situación actual del mundo está para que gastemos esa cantidad de dinero, ese tiempo y esos ejércitos de funcionarios (tanto en Bruselas, como en los Estados miembros y en las CCAA) para tratar de paliar (porque evitar es algo imposible) los efectos negativos del comercio internacional y el cambio climático sobre las especies vegetales y su estado fitosanitario.

Una de las consecuencias prácticas de esta normativa es que los departamentos de “Sanidad Vegetal” (tanto agrícola, como forestal y ornamenta) debemos hacer prospecciones anuales y plurianuales a un listado compuesto por un total de ¡¡¡688 organismos!!! (396 plagas cuarentenarias (de las que 20 son prioritarias) más 292 plagas reguladas no cuarentenarias). Os animo a que echéis un vistazo al Reglamento de Ejecución (UE) 2019/2072 de la Comisión, modificado por el Reglamento de Ejecución (UE) 2021/2285 de la Comisión, con todos sus anexos y partes, y me digáis sinceramente si os parece un texto operativo, lógico, manejable y razonable.

Es lo que pasa si nos ponemos a recopilar toda la casuística posible en los 27 países de la U. E., con los millones de bacterias, hongos, nematodos, ácaros e insectos que existen en el mundo, susceptibles de causar daños a toda la variedad de cultivos, especies ornamentales y especies silvestres que existen en Europa. El resultado son mamotretos inmanejables e imposibles de cumplir con una inversión razonable de tiempo, personal y dinero, a veces me pregunto ¿Cómo es posible que hayamos llegado a este extremo de monstruosidad burocrática? Según lo van redactando, no hay nadie que diga: “Pero, madre mía! Creo que nos estamos pasando siete pueblos!”. Y que alguien lo parase antes de publicarlo en el D. O. E.???

Fotografía: “Mosca linterna manchada” (Lycorma delicatula, Fulgoridae, Hemiptera): Chinche originaria de China, invasora en Japón, Corea del Sur y Estados Unidos, que se alimenta de una gran variedad de árboles frutales, ornamentales y silvestres. Su hospedante preferido es el Ailanto (Ailanthus altissima), pero también se alimenta de albaricoques, almendros, cerezos, ciruelos, manzanos, perales, pinos, robles, nogales, álamos, vid, lúpulo, sauces y sicomoros. Una “plaga cuarentenaria” en la U. E. propuesta para prospecciones plurianuales (cada 5 – 7 años).

Resuena en el sombrero: “Security”.- The Saints (Australia, 1978). Versión original a cargo del gran Otis Redding.

sábado, febrero 25, 2023

VERSIONES DE UNA VIDA (LXXXII)


Siempre he pensado que dentro de todo punky hay un hippy, y viceversa, los hippies fueron los primeros punks.

En 1967, los californianos Electric Prunes compusieron su clásico “I had too much to dream last night”, que, 9 años más tarde versionó una extraña banda de punk-glam primigenio -Wayne County & the Electric Chairs-, liderados por un cantante transgénero.

Finalmente, en 1978, unos punkies ingleses-The Vibrators- hicieron otra versión… Lo dicho, a los punks les encantan los sueños psicodélicos.
Mucha salud y disfrutadlas!:

1) Electric Prunes (Los Ángeles (California), 1967).


3) The Vibrators (London, 1978).

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jueves, febrero 02, 2023

LUIS BUÑUEL, INSECTOS MAÑOS, PERROS ANDALUCES Y LAGARTIJAS


Hace pocos días, el grupo granadino Lagartija Nick ha publicado el álbum “El Perro Andaluz”, en el que pone música a unos poemas del gran genio aragonés Luis Buñuel. Al ver su portada, me llamó la atención una ilustración de los mosquitos común (Culex) y anófeles (Anopheles), así como fotografías de hormigas y escorpiones ¿Por qué será? – Me pregunté.

Buscando en internet, he encontrado dos interesantes artículos: “Luis Buñuel y los insectos” de Agustín Sánchez Vidal (Bol. S. E. A. (Sociedad Entomológica Aragonesa) nº 20, 1997); y “Los artrópodos en la cinematografía de Luis Buñuel” de Víctor J. Monserrat (Bol. S. E. A. nº 48, 2011). Así como el vídeo: “Luis Buñuel. Los insectos en sus películas”. En el que explica el temprano interés de este gran genio por los insectos, que más tarde le llevó a comenzar los estudios de Ingeniero Agrónomo en la Universidad Politécnica de Madrid, alojándose en la Residencia de Estudiantes, durante siete años (octubre de 1917 a enero de 1925), donde conoció a Lorca y a Dalí. Posteriormente, estudió Ciencias Naturales, entró en la Real Sociedad Española de Historia Natural y llegó a colaborar con el prestigioso Dr. Ramón y Cajal.

En su primera película, “Un perro andaluz” (1929), aparece una famosa secuencia en la que las hormigas recubren las manos, tanto de él como de ella. En otro episodio, se hace coincidir en el mismo espacio de dos fotogramas sucesivos el rostro de la protagonista con la “calavera” del tórax de la mariposa Acherontia atropos. Idea que, años más tarde (1951), inspiraría la fotografía concebida por Dalí, “In Voluptas Mors”, en la que la calavera se perfila con los cuerpos desnudos de varias mujeres. Una imagen que es utilizada para el cartel de la película “El Silencio de los Corderos” de Jonathan Demme (1991).

Los escorpiones aparecen en su segunda película, “La Edad de Oro” (1930).

Mientras que la famosa figura de los mosquitos es mostrada en el documental de 1933 “Las Hurdes, tierra sin pan”, donde el paludismo se une a la miseria, y Buñuel realiza una cierta función pedagógica, enseñando las diferencia entre el relativamente inofensivo mosquito común (Culex) y el anófeles (Anopheles) que es el que transmite la enfermedad.

En la película “Él” (1953), el propio Buñuel llega a decir que “El héroe es un tipo que me interesa como un escarabajo o un anófeles… Siempre me interesaron mucho los insectos… Soy un poco entomólogo”.

También le fascinaron las arañas, como demuestra en “Abismos de Pasión” (1954) y en “El Fantasma de la Libertad” (1974). Así como las abejas (“Viridiana”, 1961).

Con respecto a las mariposas, además de la ya mencionada Esfinge Calavera, en la película “Diario de una camarera” (1964), un personaje dispara su escopeta de perdigones contra una bella e indefensa Vanessa atalanta que libaba tranquilamente sobre las flores de un jardín, con el diálogo siguiente: “Creía te gustaban las mariposas.- Así es, hubiese preferido fallar el tiro”.

Además de artrópodos, Buñuel menciona en sus poemas y películas a muchos otros animales: buitres, pájaros, peces, bisontes, hipopótamos y hasta un Plesiosaurio, como en el poema “Pájaro de Angustia”, que los Lagartija Nick han musicalizado con una genial y psicodélica conexión Granada-Calanda.

Resuena en el sombrero: “Pájaro de Angustia”.- Lagartija Nick (Granada, 2022).

domingo, enero 29, 2023

VERSIONES DE UNA VIDA (LXXXI)


Ya era hora de que le llegara el turno a una pieza musical que ha marcado a una generación entera de personas, sobre todo de niños, que corríamos hacia el televisor cuando escuchábamos la trepidante sintonía de “El Hombre y la Tierra”, compuesta por el gran Antón García Abril, tristemente fallecido el 21 de marzo de 2021, un temazo que abría la legendaria serie de TVE, realizada por el mítico Félix Rodríguez de la Fuente, responsable de sembrar el amor a los animales salvajes y a la Naturaleza, en general, a millones de personas, en aquella época (1974-1981), que finalizó abrupta y tristemente con la muerte de Félix, por aquel fatídico accidente sucedido en Alaska, el 14 de marzo de 1980, mientras grababa una carrera de trineos arrastrados por perros.

La pregunta que os estaréis haciendo es ¿Quién ha sido el osado grupo capaz de atreverse a versionar semejante pieza? – Pues una banda madrileña de Exótica llamada L´Exotighost que ha incluido este tema en su álbum de 2022 “Kamongo”.

Mucha salud y disfrutadlas!:

1) Antón García Abril (Madrid, 1974).

2) L´Exotighost (Madrid, 2022).

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jueves, enero 26, 2023

TECNOPOÉTICA vs LABERINTOBUROCRACIA


Cuando nos enfrentamos a un problema grande y complejo, una de las estrategias más habituales para abordarlo es dividirlo en trozos más pequeños. Damos por hecho que eso es lo que hay que hacer, pero cuando los resultados no son los esperados, es decir, el problema no se resuelve e incluso en muchas ocasiones se enreda y complica todavía más o los costes para su resolución efectiva se disparan haciendo su resolución inviable, nadie se pregunta ¿Se podría afrontar de otra forma?

Para responder a este tipo de preguntas es para lo que están los filósofos. El austríaco, Rudolf Steiner, Doctor en Filosofía, a principios del siglo XX, contempla al ser humano de manera completa e integral. No entendía la obsesión por la especialización. No veía en ello ninguna ventaja práctica y económica, sino más bien todo lo contrario. Según Steiner, la verdadera economía consistía en aprovechar las sinergias, los nexos comunes o hilos conductores existentes entre las diferentes materias.

Más recientemente, el activista, escritor y filósofo Franco Berardi aboga por la construcción de una plataforma de colaboración “tecnopoética” que agrupe a ingenieros, artistas, hackers, científicos, activistas e intelectuales, que conforme una nueva clase revolucionaria a la que él llama “cognitariado”.

Esta visión holística e integral, propuesta por la “tecnopoética”, promueve la colaboración y la participación ciudadana, mediante un diálogo o debate público para el análisis de los problemas, propuestas de posibles soluciones y la decisión de las actuaciones a llevar a cabo, de la forma más práctica y consensuada que sea posible.

Mientras que el actual paradigma, que he llamado “laberintoburocracia”, está basado en una compartimentación en diferentes departamentos estancos y especializados que, muchas veces, se solapan en sus competencias y en sus actuaciones, pugnan e incluso se contradicen a la hora de establecer las prioridades o las soluciones. Si bien, éstas nunca llegan, porque el hilo conductor (que decía Steiner) se enreda en un monumental laberinto jurídico-administrativo, un enorme monstruo burocrático que devora ingentes cantidades de papel, energía y fondos públicos, para terminar (en el mejor de los casos) vomitando un montón de planes, ejes, estrategias, programas y normativas que se publican en los boletines y páginas webs oficiales, pero que son desconocidas para la inmensa mayoría de la población (entre otras cosas porque únicamente interviene un reducido grupo de expertos y apenas hay participación ciudadana), lo que propicia que no calen ni sean asumidas por la sociedad y, por tanto, resulte imposible la resolución de los problemas reales.

Estamos llegando al extremo de que, dentro de un mismo Gobierno, un Ministerio o una Consejería se oponen o dificultan las políticas o planes puestos en marcha por otros Departamentos de ese mismo Gobierno.

Como Ingeniero de Montes, funcionario en una Administración autonómica, voy a poner un ejemplo reciente surgido en el seno del sector “Forestal”:

El artículo 45 de la Constitución Española de 1978 dice:

1.- “Todos tienen derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo.

2.- Los poderes públicos velarán por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose en la imprescindible solidaridad colectiva.”

El Convenio de Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica, adoptado en Río de Janeiro, el 5 de junio de 1992, y ratificado por España el 21 de diciembre de 1993, plantea entre sus finalidades “el conocimiento y la conservación de la biodiversidad en su conjunto”.

Si bien, esas “coletillas” de “imprescindible solidaridad colectiva” y “en su conjunto”, parecen sugerir un enfoque holístico, multidisciplinar y participativo del asunto, la estructura jurídico-administrativa de las instituciones públicas, desde la Unión Europea, hasta los ayuntamientos, pasando por los Estados y las Comunidades Autónomas, hace que todas las políticas se traduzcan en un sinfín de Directivas, Reglamentos, Leyes y normativas de diverso alcance, ámbitos y pelajes que, más que ayudar a resolver los problemas, contribuyen a complicarlos todavía más.

Siguiendo con el ejemplo de la “biodiversidad” y el sector “forestal”, en el seno de la Unión Europea se impulsó un proceso paneuropeo para la protección de los bosques “Forest Europe”, para la promoción del “Programa Europeo de Conservación de Recursos Genéticos Forestales” (EUFORGEN), iniciado en 1994, que en 2021 ha publicado una “Estrategia de Recursos Genéticos Forestales” para Europa, con el fin de ayudar a los países europeos a desarrollar sus propias estrategias para la conservación de los recursos genéticos forestales y garantizar que todos sus datos estén disponibles a través del “Sistema Europeo de Información sobre Recursos Genéticos Forestales” (EUFGIS), en coordinación con la “Red de Centros de Conservación de Flora Mediterránea” (GENMEDA) y la “Red Europea para la Conservación de Semillas Silvestres” (EUSCONET).

A su vez, los ecosistemas forestales están regulados por otras normativas de ámbito estatal: Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes; Ley 42/2007, de 13 de diciembre, de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, modificada por la Ley 33/2015, de 21 de septiembre; Real Decreto 289/2003, de 7 de marzo, sobre comercialización de los materiales forestales de reproducción; Real Decreto 124/2017, de 24 de febrero, relativo al acceso a los recursos genéticos procedentes de taxones silvestres y al control de la utilización; Real Decreto 429/2020, de 3 de marzo, por el que se aprueba el reglamento sobre acceso a los recursos filogenéticos para la agricultura y la alimentación y a los cultivos para utilización con otros fines.

Por no hablar de toda la numerosa legislación referente a la “Sanidad Vegetal”; la producción de semillas y plantas de vivero; las interacciones económicas con la “Política Agraria Común” (PAC); la fauna silvestre, tanto cinegética (caza) como las especies protegidas, que también forman parte de los ecosistemas forestales (¿Y qué pasa con los hongos? Los eternos olvidados).

Por último, pero no menos importante, está la Ley 27/2006, de 18 de julio, que regula los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente.

Mientras todo este maremágnum normativo, burocrático y administrativo crece y crece sin parar, los recursos reales, nuestros bosques y las especies silvestres que habitan en ellos, menguan cada año que pasa, devorados por incendios, plagas, enfermedades, sequías, vientos, el cambio climático, contaminación, insecticidas y la construcción de infraestructuras (carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, presas, embalses, canales, escolleras, motas, mazones, canales, etc.).

La eficacia de la lucha contra los incendios forestales se ve notablemente menguada por el hecho de que interviene un excesivo número (imposible de coordinar) de administraciones públicas y empresas privadas: Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Ministerio de Defensa, Ministerio de Interior, diversos departamentos de las CCAA, bomberos, técnicos y retenes de medio ambiente, Protección Civil, equipos de voluntarios municipales, TRAGSA, compañías privadas de medios aéreos, etc.

¿No sería más práctico, comprensible y eficaz concentrar dinero y esfuerzos en potenciar un mando único (una UME con muchos más medios y efectivos) para luchar contra los grandes incendios que asolan España? Sin que ello supusiera la total desaparición de los medios de prevención y extinción de las CCAA, imprescindibles a la hora de abortar los centenares de conatos que se producen todos los días, así como para guiar, asesorar y apoyar sobre el terreno a la UME en los grandes incendios.

Y, en lugar de un ejército de funcionarios especializados en burocracia y normativa de diversas materias y subvenciones (que siempre son voluntarias, se apunta el que quiere, sin arreglo a ningún plan territorial con objetivos concretos prestablecidos), que manejan los hilos prácticamente en secreto, desde la sombra de sus despachos, siempre ubicados en las grandes capitales urbanas ¿No sería más práctico y eficaz invertir ese dinero en acordar convenios de colaboración o contratos con los propietarios de terrenos (bosques) o incluso adquirirlos (si hiciese falta), al objeto de realizar proyectos piloto, trabajando en el campo y formando equipos multidisciplinares y participativos, en nuestro abandonado medio rural de la “España vaciada”, para impartir formación, dar trabajo, crear empresas y, en definitiva, dar una adecuada respuesta a los problemas reales? Eso sí, siempre coordinados por alguna Administración Pública que garantice un necesario y correcto asesoramiento técnico y científico, a través de expertos y científicos especializados (AQUÍ SÍ, reforzando el papel de las Universidades), en cada una de las materias, ámbitos y especies implicadas.

Resuena en el sombrero: “Come Together.- The Beatles (Liverpool (UK), 1969).

martes, enero 03, 2023

LOS EXTREMOS SE TOCAN (XXXV): CUERNAS, LÍQUENES, HONGOS Y PROTISTAS



Ahora que las fiestas navideñas están tocando a su fin, la visión de una impresionante fotografía de un “Moho mucilaginoso coral blanco” (Ceratiomyxa fruticolosa), tomada por Barry Webb, especializado en fotografiar estos diminutos y extraños seres, me ha hecho reflexionar sobre las similitudes a las que pueden converger formas de vida enormemente diferentes, aunque relacionadas de alguna manera (como sucede con todos los seres vivos que habitamos el Planeta Tierra).

En las heladas tundras cercanas al Círculo Polar Ártico y en los desolados paisajes invernales de los desnudos bosques caducifolios de zonas más templadas, podemos encontrar líquenes, una curiosas asociaciones simbióticas entre hongo y alga, que permiten la vida en condiciones extremas, produciendo unas pequeñas pero resistentes frondas verdosas o blanquecinas que sirven de alimento a herbívoros de buen tamaño como los renos (fotografía recortada de una tomada por Sara Jenner en Svalbard (Noruega)), cuyas cuernas parecen reproducir la forma ramificada de los líquenes y las ramas desnudas de los árboles.

En el suelo de los bosques caducifolios, como los hayedos podemos encontrar otros pequeños seres que se alimentan descomponiendo la madera muerta, la mayoría de ellos son hongos, pero hay algunos que se encuentran en la difusa línea que los separa de los animales, ya que durante su fase asexual de plasmodio son capaces de desplazarse sobre el sustrato del que se alimentan con movimientos ameboides, es decir se mueven como los animales, mientras que, en su fase sexual, producen unos cuerpos de fructificación sésiles (esporotecas con peridios) que producen esporas como los hongos. Por este motivo, han sido incluidos en ese “cajón de sastre” que constituye el reino Protista.

Pero resulta que, dentro de este extraño grupo de seres vivos, también hay excepciones, el mencionado Moho mucilaginoso coral blanco (Ceratiomyxa fruticulosa) es una de las pocas especies que produce las esporas de forma exospórea (sin la existencia de peridio). Las esporas, ovoidales, lisas e hialinas, se forman directamente sobre los cuernecillos blancos. Cuando la espora germina, se desarrolla una estructura que contiene cuatro núcleos, mediante una doble escisión se forman ocho células mononucleadas y dotadas de una especie de piececitos (flagelos). Éstas se unen de dos en dos para formar los cigotos que darán lugar a un nuevo plasmodio.

Como vemos, seres tan diferentes como plantas, hongos, líquenes, protistas y algunos animales mamíferos como los renos y otros cérvidos, son capaces de desarrollar unas estructuras complejas, con formas ramificadas que recuerdan a los corales, solo que en lugares tan opuestos a los mares tropicales de cálidas aguas, como son los fríos bosques y las heladas tundras del Hemisferio Norte.

Resuenan en el sombrero: Dos temas con el mismo título “Crystal Silence” pero a cargo de músicos totalmente opuestos: Chick Corea y Gary Burton (New York, 1972) y The Mice (Cleveland, 1987).

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