"La paciencia es una flor que no florece en todos los jardines". Esta frase fue ideada por el prolífico autor de frases célebres, el escritor inglés del siglo XVI John Heywood.
Sobre la paciencia también hay otra bonita frase anónima que dice: "La paciencia es una planta de raíces muy amargas, pero de frutos muy dulces".
Por "hierba de la paciencia" se conoce vulgarmente a la Poligonácea Rumex patientia, muy parecida a la Romaza (R. obtusifolius, R. crispus) y a la Acedera (R. acetosa). Pero su poético nombre no le viene porque esta planta sirva para potenciar esta valiosa virtud, sino porque la raíz es considerada como un laxante seguro, aunque de acción tan lenta que hay que esperar varias semanas para notar sus efectos. También es antianémica (por su alto contenido en hierro), depurativa, diurética y cicatrizante.
En alguna ocasión he hablado sobre la atracción que siento por las "flores de otoño". Curiosamente, el pasado día del Pilar observé, en un solar de Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), una bonita flor que, según parece, sí que se utiliza para fortalecer la paciencia, aunque, paradójicamente, se la conoce por Impaciencia o "Nometoques" (Impatiens balfourii) (en la primera foto). Se trata de una bonita planta cuyo nombre vulgar proviene por el hecho de que sus frutos son unas cápsulas provistas de una especie de gatillo que se dispara al más mínimo roce, produciendo la apertura violenta de la cápsula, la cual estalla diseminando las semillas en un radio bastante amplio, alrededor de la planta. Se trata de una especie exótica que, debido a su belleza y a su gran capacidad de diseminación, se ha asilvestrado en muchas zonas, siendo considerada una plaga o mala hierba invasora.
Esta planta pertenece a la familia de las Balsamináceas, si bien la vistosidad de sus flores zigomorfas hace que, en ocasiones, pueda ser confundida con alguna especie de orquídea. Aunque no todas las orquídeas poseen flores llamativas o vistosas, tal es el caso de una pequeña florecilla que sale al principio del otoño en los céspedes y prados europeos, se trata de la modesta Spiranthes spiralis (en la segunda foto). Esta planta tiene una diminuta roseta de hojas basales, a ras del suelo, casi semienterradas, de cuyo centro emerge un esbelto vástago recorrido de cabo a rabo por una fila de diminutas flores blanquecinas, colocadas en espiral, de forma que las mariposas nocturnas que las polinizan encuentran todo un filón de pequeñas dosis de néctar colocadas cómodamente en espiral, si bien hay tantas juntas que los insectos deben armarse de paciencia para recorrer todas y cada una de ellas.
En fin, como también suele decirse: "La paciencia es la madre de la ciencia".
Resuena en el sombrero: "Dear prudence", canción de los Beatles, que Siouxsie & the Banshees versionearon en 1983.
Especialmente dedicada a "Wodehouse" (¡Felicidades Pilar!) y a los siniestrillos de Santo Domingo de la Calzada, porque hay que ver el museo que tienen en la famosa Catedral "con la gallina y el gallo", repleto de espeluznantes imágenes, reliquias, pinturas, artilugios y otros restos arqueológicos.