A principios de los 80, en plena fiebre tecnopopera, con su sofisticada vestimenta tecnológica pero, muy a menudo, con una gran simpleza en sus letras y contenidos, un grupo de pulcros jovenzuelos ingleses, procedentes de un barrio obrero de Manchester, nos trajeron una brisa de refrescante sencillez, con el olor a limpio de una camisa blanca y los más puros sonidos de guitarras, con los que arroparon unas letras elaboradas, llenas de poesía, que surgían a raudales de la alocada cabeza de Morrissey (en la foto de arriba), dibujando mil filigranas vocales y surrealistas acrobacias argumentales, arrastradas por un cristalino torrente de guitarras y ritmos vigorosos.
En fin, la mayoría ya habréis adivinado que me estoy refiriendo a The Smiths, los cuales están siendo recordados últimamente por numerosos grupos noveles de "indie pop", a juzgar por lo que estoy escuchando estos días en la radio.
Uno de estos grupos está formado por unos neoyorquinos jovenzuelos, con cara de no haber roto un plato en su vida, cuyo nombre me evoca las complejas obsesiones y las volubles cábalas que nos cantaba el hipersensible Morrisey con su inconfundible voz, se trata de "The Pains of Being Pure at Heart" (los dolores de ser puro de corazón), y si no escuchad este tema.
La sangrante brecha que los Smiths lograron abrir en el pétreo y frío muro del tecnopop fue seguida por otros artistas como Lloyd Cole & the Conmotions, Chris Isaak, Prefab Sprouts, Modern English, Bluebells, Friends Again, Pale Fountains, Everything but the Girl, Beat Farmers, Revolver, Lotus Eaters, June Brides, Ups & Downs y Winter Hours, entre otros. Pero, poco después, aquellas inmaculadas guitarras se fueron desgarrando y ensuciando con ásperas distorsiones y ácidos efectos corrosivos, y así surgieron bandas como Jesus & Mary Chain y Teenage Fun Club que, igualmente, también están siendo reivindicadas por numerosos grupos actuales.
Siempre he pensado que las canciones de los Smiths quedarían muy bien en voces femeninas, y por fin podemos escuchar una de ellas, "There Is a Light that Never Goes Out", gracias a un grupo de jovencísimas californianas llamadas las "Dum Dum Girls", que, según dicen, se pusieron ese nombre en honor al álbum "Dum Dum" de The Vaselines, así como a la canción de Iggy Pop "Dum Dum Boys", aunque a mi me gusta pensar que es por aquella otra canción ochentera de los inolvidables "Talk Talk". La versión que hace este grupo de chicas es fiel a la melodía y al espíritu originales, aunque el sonido se ensucia y endurece considerablemente, al estilo de las bandas que mencionaba al final del párrafo anterior, si no comprobarlo vosotros mismos:
Resuenan en el sombrero: "Lost Saint".- The Pains of Being Pure at Heart (Brooklyn (NY); 2010); y "There Is a Light that Never Goes Out".- Dum Dum Girls (San Francisco (California), 2011).