lunes, noviembre 28, 2011

CORRE!



¡Mejor Corre! Haz caso de lo que decían The Cheepskates (segunda foto), “Run Better Run”, otra efímera banda norteamericana, en este caso de Nueva York, que duró un par de años (1984-85), fueron una rareza en su tiempo, encuadrados dentro la escena del revival garajero de los 60, tenían un tono bastante más blando y “naif” del que exhibían sus duros y ácidos contemporáneos, con un melodioso “Farfisa” al frente, a cargo de Shane Faubert, líder y vocalista del grupo, y ritmos con cierto aire “surf”, eran demasiado “poperos” para los fans del garage y demasiado “garajeros” para los seguidores del pop, quizás por eso duraron tan poco tiempo (incluso menos que The Rescuers, que ya es decir!) En fin ¡Una pena!

Resuena en el sombrero: “Run Better Run”.- The Cheepskates (New York (USA), 1984).

viernes, noviembre 25, 2011

RATÓN DE DISCOTECA (II)




Si en el primer “ratón” escuchábamos un efímero grupo de los 80, The Mice, precursor de lo que luego se llamó “Power Pop”, en esta nueva entrega, tras rebuscar de nuevo en el baúl de los vinilos y cassetes, me he encontrado con una mítica banda a la que se le puede considerar la inventora de este género, me estoy refiriendo a los “Flamin´Groovies”, uno de cuyos miembros, Chris Willson, formaría parte de los no menos legendarios “Barracudas”, a principios de los 80, y junto a otro miembro de este grupo, Robin Wills, formó, a mediados de los 80 (entre 1986 y 1988), otro efímero grupo llamado The Fortunate Sons (segunda foto).

Resuenan en el sombrero: “Shake Some Action“ .- The Flamin´Groovies (San Francisco (California), 1976); y “Sometimes You Win”.- The Fortunate Sons (London (UK), 1986).

lunes, noviembre 21, 2011

NEURÓBICA





Un lunes como este sólo se puede empezar con un temazo como este sonando con el volumen a tope:

Resuena en el sombrero: “Lazy Bones”.- Wooden Shjips (San Francisco (California), 2011, en la primera foto).

Como diría el amigo Ángel Carmona, que me los descubrió en su programa de las mañanas de Radio 3Hoy Empieza Todo”: “FUAAA!!!… Una luz que se proyecta hacia el espacio” (Última foto, qué gran cuña, hace tiempo que no escuchaba algo tan gracioso).

Y hace también mucho tiempo que no escuchaba algo tan potente como estos “Wooden Shjips”, dicen que es “psicodelia espacial”, aunque a mi esta canción, “Lazy Bones”, incluida en su último LP “West”, me suena a un montón de cosas interesantes y potentes a la vez, como bien se refleja en el vídeo, aunque lo cierto es que se nota que vienen de San Francisco, donde se formó esta banda en el año 2006.

A pesar de todo, hay que hacer un esfuerzo por quitarse la pereza de encima, tanto de nuestros huesos y músculos como de nuestras neuronas, y practicar la “Neuróbica”.

Un descubrimiento dentro de la "Neurociencia", que revela que el cerebro mantiene una extraordinaria capacidad para crecer y mudar el patrón de sus conexiones.

El simple hecho de cambiar de mano para cepillarnos los dientes, contrariando la rutina del cerebro, produce su estimulación, y forma parte de una nueva técnica para mejorar la concentración y prevenir el Alzheimer (segunda imagen), entrenando la creatividad y la inteligencia.

Los autores de este descubrimiento, Lawrence Katz y Manning Rubin (Universidad de Duke (North Carolina), 2000), revelan que la Neuróbica, o la “aeróbica de las neuronas” es una nueva forma de ejercicio cerebral, proyectada para mantener al cerebro ágil y saludable, creando nuevos y diferentes patrones de actividades de las neuronas.

Cerca del 80% de nuestro día a día, está ocupado por rutinas que, a pesar de tener la ventaja de reducir el esfuerzo intelectual, esconden un efecto perverso: limitan al cerebro.

Para evitar esta tendencia, es necesario practicar ejercicios cerebrales, que fuercen a las personas a pensar solamente en lo que están haciendo, concentrándose en esa tarea. El desafío de la Neuróbica, es hacer todo de una forma contraria a la rutina, obligando al cerebro a un trabajo adicional.

Algunos de estos ejercicios son:

 Ponerse el reloj en la otra muñeca.
 Cepillarse los dientes con la mano contraria al de costumbre.
 Caminar por la casa hacia atrás o de espaldas (en China , este ejercicio lo practican en los parques).
 Vestirse con los ojos cerrados.
 Estimular el paladar con cosas diferentes.
 Ver las fotos colocadas cabeza abajo.
 Mirar la hora en el espejo.
 Cambiar de camino para ir y volver del trabajo.
 Muchos otros, dependiendo de su inventiva.

La idea es cambiar los comportamientos rutinarios. Hacer algunas cosas de manera diferente, con el otro lado del cerebro (ver tercera imagen), estimulándolo de esa manera. ¡Vale la pena probar!

¿Qué tal si comenzamos a practicar ahora, cambiando de mano el manejo del ratón, mientras escuchamos las estimulantes canciones de “Wooden Shjips”?

jueves, noviembre 17, 2011

ESPACIO Y TIEMPO EN EL ROCK



No, no os asustéis, esta no es una de esas sesudas entradas filosóficas, ni va sobre alguna etapa pasada de David Bowie, ni tampoco sobre rock furutista, ni música experimental, ni sobre el efecto de la ingravidez en la batería, va sobre algo mucho más simple y generalizado como es el problema de la falta de espacio y de tiempo.

Incluso algo tan trivial como puede ser un estilo musical se ve afectado por esta lacra de nuestro tiempo. En este caso, parte del problema procede del hecho de que el rock´n´roll fuese inventado en los Estados Unidos de Norteamérica, donde las ciudades, las calles, las casas, los garajes y los coches son considerablemente más grandes y espaciosos que en la vieja Europa, ya que aquí tenemos una mayor densidad de población, que nos obliga a vivir más hacinados y apretados que en la inmensa y vasta A M É RI C A.

Ciertamente, la tecnología actual permite concentrar un montón de efectos y posibilidades sonoras en unos diminutos microchips, integrados en un circuito electrónico que cabe en una caja de cerillas, pero, para los que nos gusta el rock´n´roll clásico y el sonido de los viejos instrumentos, nos encontramos con el problema que supone su gran volumen y peso, lo cual dificulta bastante su transporte. Me estoy refiriendo especialmente a cuatro elementos como son la batería, el contrabajo, el órgano y los amplificadores de válvulas o con altavoces giratorios como el “Leslie”.

En mis tiempos jóvenes de músico en activo, sufrí en mis propias carnes lo que supone cargar con un “Continental Vox” conectado a un “Leslie”, y, aunque estos instrumentos son propios del garaje sesentero, creo que, en el fondo, todos a los que nos gusta el rock´n´roll (y aún más si también somos aficionados al country) tenemos un corazoncito rockabilly, enraizado en los años 50, aunque con el espíritu rebelde del punk del 77 ¡Vaya jaleo de décadas! ¿No? ¿Cómo se come esto?

Mejor lo explico con un ejemplo: A principios de los 70 estaba de moda el llamado “Rock sinfónico”, en el que había bandas con un montón de avezados músicos, en su mayoría unos auténticos virtuosos, que disfrutaban tocando larguísimos y complejos temas cargados de interminables solos de guitarra. En contrapartida, a finales de los 70, surgieron grupos formados por tres o cuatro chavales inexpertos que descargaban su rabia y su energía juvenil sobre el escenario aporreando unos pocos instrumentos de segunda mano, en canciones que a lo sumo duraban 3 minutos, fue lo que se llamó “punk” y uno de aquellos primeros grupos fueron Los Ramones.

Pues bien, hace pocos días escuché en la radio el “Blitzkrieg Bop”, de los Ramones, en versión rockabilly, a cargo de un grupo actual llamado “Full Blown Cherry”, que, aunque son de Philadelphia (Pennsylvania, USA), lo cierto es que en la costa Este americana el estilo de vida se asemeja mucho al que tenemos en la vieja Europa, problema de espacio incluido, que ellos han solucionado transportando sus voluminosos instrumentos en el amplio maletero de un coche fúnebre (segunda foto). Si bien, esto de utilizar viejos y aparatosos instrumentos también tiene sus ventajas,… que resulta que nos han metido en un escenario demasiado pequeño, … no hay problema, el guitarrista siempre puede subirse encima del contrabajo, ofreciendo un bonito espectáculo circense que se añade a lo musical (primera foto) ¿Alguien da más? No os preocupéis chicos, seguro que algún día llenaréis grandes estadios… O mejor no, donde esté el encanto de un pequeño garito que se quiten todos los estadios y auditorios multitudinarios.

Resuena en el sombrero: “Blitzkrieg Bop”.- Full Blown Cherry (Philadelphia (Pennsylvania), 2005). P.D.: Veréis que en el indicador de tiempo del vídeo pone 3:03 min., pero en realidad sólo dura 1:51 min. ¡Rápidos que son estos chicos!

lunes, noviembre 14, 2011

HONGOS LIGNÍCOLAS












Por fin, la lluvia bendice nuestros bosques disminuyendo el riesgo de incendios. El aumento de la humedad, además de disminuir la inflamabilidad de los combustibles, con las suaves temperaturas que tenemos todavía, favorece la descomposición de los restos leñosos, gracias a la acción de los hongos lignívoros o lignícolas, de los cuales existen infinidad de especies adaptados a todo tipo de ambientes y maderas.

Los hay que son específicos de una única especie de árbol, como sucede con Oudemansiella mucida de la primera foto, una bella seta que parece como si estuviese hecha de cristal o de plástico, y que es característica de las Hayas (Fagus sylvatica) moribundas o muertas recientemente. Mientras que otros hongos se encargan de descomponer los restos leñosos en una fase más avanzada de la pudrición, como sucede con Mycena inclinata (segunda foto), también en un tronco de haya, pero ya caído en el suelo y mucho más viejo, donde vemos que uno de los carpóforos (setas) asoma por un orificio producido por un insecto xilófago.

Ciertamente, las galerías que realizan los insectos perforadores de la madera favorecen el desarrollo de los hongos en su interior, incluso las esporas de muchos de ellos son transportadas en estructuras específicas que poseen los insectos a tal efecto. Algunos, más que de la madera, se alimentan de los hongos que éstos transportan y “cultivan” en sus galerías, tal y como sucede con los llamados “escarabajos de la ambrosía” (Trypodendron lineatum, Anisandrus dispar, Platypus, Xyloterus y Xyleborus, entre otros).

Desde que un árbol muere hasta que se transforma en humus del suelo, pueden pasar décadas, durante las cuales la madera pasa por distintos estados de descomposición, en los que interviene todo un ejército de diversos organismos (insectos, miriápodos, lombrices, hongos y bacterias).

La madera está compuesta básicamente por dos tipos de sustancias, por un lado están las celulosas y hemicelulosas (polisacáridos), responsables de la formación de las fibras de las paredes celulares; y por otro están las ligninas, compuestos fenólicos responsables de aglomerar y dar unión y consistencia estructural al conjunto de esas fibras.

Hay hongos que, mediante la acción de sus encimas, únicamente son capaces de descomponer las celulosas y hemicelulosas, quedando como residuo la lignina de color marrón, motivo por el que a este tipo de pudrición se la conoce con el nombre de “parda”, que se caracteriza porque la madera descompuesta, deleznable, aparece hendida según tres planos perpendiculares formando bloques paralepipédicos de color pardo, marrón o rojizo (motivo por el que también se la conoce como “podredumbre cúbica”). Un hongo que produce este tipo de pudrición parda o cúbica es el basidiomiceto Hypholoma capnoides (tercera foto).

Otros hongos descomponen principalmente la lignina dejando un residuo fibroso de color blanquecino o amarillento, formado por las celulosas y hemicelulosas, por lo que a este tipo de pudrición se le llama “blanca”, como la que producen Meripilus giganteus (cuarta foto) y Pleurotus dryinus (quinta foto), ambos sobre madera de haya, en este caso.

La podredumbre alveolar se caracteriza por la destrucción de la celulosa y de la lignina según los volúmenes tubulares dirigidos en el sentido de la madera que se ahueca con alvéolos tapizados de micelio blanco. Es debida a Stereum sanguinolentum, Ungulina annosa y Schizophyllum, entre otros.

Por último, está la llamada podredumbre blanda, debida a hongos que no pueden atacar la membrana primaria rica en lignina y se acantonan en la membrana secundaria. La madera tacada se ablanda y cuando se deseca se fisura según planos rectangulares, tal y como se observa en la rama de pino resinero (Pinus pinaster), caída en el suelo, que se observa en segundo plano de la sexta foto, mientras que en primer plano se observan algunos carpóforos del basidiomiceto Gymnopilus penetrans, causante de una pudrición blanca en coníferas.

Los hongos de la podredumbre blanda atacan la madera rica en agua o incluso saturada, y con frecuencia son los primeros en colonizar las maderas en contacto con el suelo, como sucede con el tocón de pino silvestre sobre el que crece un curioso y vistoso mixomicete llamado Tubifera ferruginosa (séptima foto), donde se puede apreciar cómo comienzan a parecer las características fisuras rectangulares, antes mencionadas.

Otro hongo mixomicete que causa este tipo de pudrición es el curioso Lycogala epidendrum, con aspecto de chicle o pasta de dientes, sobre el que ya hablamos hace un par de años; y del que he logrado sacar una foto de mejor calidad (octava foto). También pertenece a este curiosos grupo de hongos mixomicetes el extraño Leocarpus fragilis, que vive sobre todo tipo de restos vegetales en descomposición.

Finalmente, hay hongos especializados en la descomposición de pequeñas ramas muertas de coníferas como Postia stiptica (novena foto), mientras que otros sólo atacan la madera de frondosas como hace Mycena renati (décima foto), en este caso sobre una rama de castaño.

Todos estos hongos encargados de descomponer la madera muerta y otros restos orgánicos se llaman genéricamente “saprófitos”, y son imprescindibles para llevar a cabo el reciclado de los materiales que acaban formando el humus del suelo. Mientras que los hongos que son capaces de atacar la madera viva o incluso matar árboles, entran dentro de la categoría de los “parásitos”. Si bien, la línea que separa unos y otros a veces es algo difusa, ya que existen especies de hongos como, por ejemplo, el ascomiceto Cenangium ferruginosum, que normalmente fructifica en la corteza muerta de los pinos, pero que, en determinadas condiciones de estrés y aprovechando las heridas producidas por fuertes granizadas, puede convertirse en patógeno y matar ramas de árboles vivos, como se observa en el ejemplar de Pinus nigra de la undécima foto.

Como vemos, la madre Naturaleza es capaz de producir belleza hasta en los procesos más malsonantes y feos a primera vista, como puede ser la pudrición.

Fotos by Mad Hatter, tomadas en bosques de La Rioja: 1) Oudemansiella mucida sobre haya muerta pero aún en pie. 2) Mycena inclinata sobre un viejo tocón de haya. 3) Hypholoma capnoides sobre tocón de pino silvestre. 4) Meripilus giganteus en la base de un haya viva pero con el tronco hueco. 5) Pleurotus dryinus en la cicatriz de una rama de haya viva. 6) Gymnopilus penetrans sobre una rama de pino resinero. 7) Tubifera ferruginosa sobre el tocón de un pino silvestre. 8) Lycogala epidendrum sobre una rama caída de pino silvestre. 9) Postia stiptica sobre una rama caída de pino silvestre. 10) Mycena renati sobre una rama de castaño tirada en el suelo. 11) Pinus nigra atacado por Cenangium ferruginosum. De todos ellos el único comestible es Pleurotus dryinus, y el único tóxico es Gymnopilus penetrans, todos los demás carecen de valor culinario, aunque no sean tóxicos.

jueves, noviembre 10, 2011

LA POLÍTICA SIEMPRE FUE ASÍ?


Muchas veces pensamos que en tiempos de la “Transición” o incluso en la época de Azaña, los políticos tenían una calidad intelectual, dialéctica y moral superior a la de los actuales.

Sí, ya sé que quizás no llevamos tantos años de democracia como para hacer ese tipo de comparaciones, pero escuchen lo que dijo el sabio Thoreau en los albores de la primera democracia moderna del mundo, ni más ni menos que en 1850:

La política es, por así decirlo, la molleja de la sociedad, está llena de arena y grava y los dos partidos políticos son sus dos mitades enfrentadas. A veces se dividen en cuatro y entonces se restriegan unas contra otras. No sólo los individuos sino también los Estados han confirmado de este modo su falta de buena digestión, lo cual se manifiesta por una inusitada sonoridad que podéis imaginar. Nuestra vida no es sólo un olvidar, sino también, en gran medida, un recordar aquello de lo que nunca debimos ser conscientes, al menos no en nuestras horas de vigilia. ¿Por qué no nos reunimos alguna vez, no como dispépticos, para contarnos nuestros malos sueños, sino como eupépticos, para congratularnos mutuamente por el glorioso amanecer de cada día? No pido nada excesivo, os lo aseguro”.

Extraído de “Una vida sin principios”.- Henry David Thoreau (Concord (Massachusetts), 1850).

¿Verdad que suena extraordinaria e increíblemente actual? Quizás se pueda aplicar aquello de que “mal de muchos consuelo de tontos”, pero al menos alivia saber que la preponderancia de las vísceras en la política no es algo nuevo ni exclusivo de los países latinos.

Resuena en el sombrero: “Not proud of the USA”.- The Mice (Cleveland (Ohio), 1986).

lunes, noviembre 07, 2011

BIENVENIDO AL CAMPO


Ayer estaba escuchando mi programa favorito de country, en la radio del coche, cuando, de repente, escuché un grave vozarrón que me sonaba familiar… Ummmm… ¿No será?… No, no puede ser… Que sí, que sí que es, es Tom Waits!!!

Y es que en esta canción “Back in the crowd”, incluida en su último álbum “Bad As Me”, Tom Waits suena muy sereno, incluso yo diría que campestre y familiar, hasta su inconfundible y áspero timbre de voz parece haberse suavizado y suena como una mezcla entre Louis Armstrong y Sleepy LaBeef.

Quizás sea debido a la participación del gran David Hidalgo, de los inolvidables “Lobos”, que aporta ese aire fronterizo, o quizás sea por la colaboración de su mujer, Kathleen Brennan, en la composición, que le da ese agridulce toque familiar.

Por alguna extraña razón, tendemos a envolver a ciertos artistas en una aureola de misterio, soledad y oscuridad, por así decirlo les encasillamos o “condenamos” a la categoría de “genial artista atormentado”, pero la realidad es que hay que separar entre el artista y la persona, porque la mayoría de la gente procuramos tener una vida familiar y personal lo más apacible y feliz que sea posible. Incluso un tahúr de la transgresión, un carnicero de vanguardias y un rebelde sin causa, como Tom Waits, va de compras al súper, recoge a los niños del cole y va de excursión al campo los domingos ¿Qué hay de malo en ello?

¡Si es que hasta canta mejor que nunca! ¡Enhorabuena y bienvenido Tom!

Resuena en el sombrero: "Back in the crowd".- Tom Waits (Los Ángeles (California), 2011).

jueves, noviembre 03, 2011

SELVAS NORTEÑAS




La palabra “selva” inmediatamente nos traslada a latitudes tropicales y pensamos en esa cerrada e inmensa maraña vegetal, que en ocasiones ha sido calificada como un “infierno verde”, poblada por árboles gigantescos de los que cuelgan lianas y otras plantas trepadoras, hay mucha “maleza” por todas partes, y el ambiente a menudo se hace agobiante debido al calor, la humedad y la abundancia de insectos y otros “bichos”.

Sin embargo, en Europa, mucho más cerca de lo que creemos, existen formaciones vegetales que, a menor escala, nos recuerdan ese ambiente selvático. Lógicamente, éstas son más genuinas y de mayor entidad cuanto más al Sur nos encontremos, así en las Islas Canarias más occidentales, con un clima subtropical, tenemos la denominada “Laurisilva”, un bosque siempre verde (perennifolio), con árboles y arbustos de hojas lauroides, con abundantes helechos y musgos, especializado en la captura por condensación del agua que llevan las nieblas y los vientos húmedos procedentes del Océano Atlántico, en forma de la llamada “lluvia horizontal”. Es decir, en estas zonas la existencia de millones de hojas de consistencia bastante dura (coriácea) que se encuentran a una temperatura relativamente fresca, debido a la transpiración, hace que el vapor de agua del aire se condense en su superficie y gotee al suelo, a lo cual ayuda la forma suave y ovalada de las hojas, con una punta frecuentemente acuminada, en forma de gotero, de manera que, aunque no esté lloviendo, si paseamos por uno de estos bosques podemos acabar totalmente empapados.

La variedad y diversidad de árboles y plantas de la laurisilva canaria es impresionante y abundan los endemismos específicos del archipiélago o incluso de cada isla. El clima suave durante todo el año, con una muy escasa variabilidad estacional, propicia que en este bosque se encuentren frutos a lo largo de todo el año, de los que se alimentan algunas aves especializadas, escasas y endémicas de estos bosques, como son las bellas palomas turqué y rabiche.

Más al norte, ya en la Península Ibérica, nos encontramos con los llamados “canutos” gaditanos, se trata de estrechos barrancos por cuyo fondo discurren arroyos, y cuya orientación favorece la existencia de un ambiente húmedo y una temperatura suave durante todo el año, de manera que, aunque nos encontramos en pleno ámbito mediterráneo, el clima local es prácticamente subtropical. Estos “canutos” están cubiertos por un bosque relicto (resto de las laurisilvas más extensas que cubrían parte de la Península Ibérica durante la Era Terciaria), en los que encontramos Alcornoques (Quercus suber) y Encinas (Q. ilex ssp. rotundifolia), con un sotobosque de Rododendros (Rhododendron ponticum), Loros (Prunus lusitanica), Durillos (Viburnum tinus), Mirtos o Arrayanes (Myrtus communis) y Madroños (Arbutus unedo).

En la parte septentrional y central de la costa mediterránea tenemos los llamados “alsinares”, en los que la especie dominante es la Alsina (Quercus ilex ssp. ilex) o subespecie costera de la encina, que se diferencia de la encina “de hoja redonda” y más o menos pinchuda (Q. ilex ssp. rotundifolia) que encontramos más hacia el interior, en que sus hojas son de mayor tamaño, tienen forma más alargada y con el borde liso, sin dientes espinosos. Junto a ella, formando la asociación fitosociológica denominada Viburno tiniQuercetum ilicis, encontramos arbustos de hoja perenne como el Durillo (que da nombre a la asociación), el Matabueyes (Blupeurum fruticosum), el Emborrachacabras (Coriaria myrtifolia) y el Madroño.

Más al norte aún, en las costas del Cantábrico, encontramos el llamado encinar costero cantábrico o encinar con laurel (Lauro nobilisQuercetum ilicis), en el que las encinas también son de la subespecie costera –ilex-, y junto a ella viven arbustos altos o arborescentes de hoja perenne como el Laurel (Laurus nobilis), el Aladierno (Rhamnus alaternus), la Olivilla (Phillyrea latifolia) y el Madroño.

Hacia el interior, sobre suelos calizos, tenemos unos curiosos encinares denominados genéricamente “montanos”, por ser propios de climas más fríos y no demasiado secos, al tener cierta influencia atlántica, no siendo claramente mediterráneos, sino que se les denomina “submediterráneos”, en los que ya aparecen especies caducifolias como el Quejigo (Quercus faginea), el Arce de Montpellier (Acer monspessulanum), el Pomar (Sorbus domestica), la Cornicabra (Pistacia terebithus), la Espirea (Spiraea hispanica ssp. obovata) y el Guillomo (Amelanchier ovalis). Dentro de este grupo, el de zonas más cálidas (termófilo) es el llamado “Encinar estellés” (Spiraeo obovatae - Quercetum rotundifoliaearbutetosum”), que es propio de la subregión estellesa-riojana, si bien, al tratarse de zonas de transición, no existe una separación clara entre los diversos subtipos de encinares o asociaciones fitosociológicas que han sido descritas, en las que participan la encina y el quejigo como especies arbóreas dominantes, y la cosa se complica aún más si tenemos en cuenta que la vegetación real que encontramos sobre el terreno suele ser un mosaico compuesto por las diversas asociaciones de arbustos, matorrales y herbáceas que componen las llamadas series de vegetación que caracterizan las etapas evolutivas de degradación a partir del denominado bosque climácico (máxima evolución posible). Es decir, un encinar diverso y evolucionado, al ser talado, quemado o sobrexplotado por el ganado, se transforma en un matorral alto, en este caso puede dar origen a bujedos (Buxus sempervirens), frecuentemente con enebros y sabinas (Juniperus spp.), o bien a brezales altos (Erica arborea) con madroños, durillos y jaras (Cistus albidus). A su vez, si la degradación continúa, el bujedo puede transformarse en un aulagar (Genista scorpius) y los brezales altos pueden dar lugar a brezales bajos (Erica vagans). Y si la degradación continua, los aulagares pueden dar paso a un tomillar (Thymus vulgaris), mientras que los brezales irán siendo cada vez más ralos hasta convertirse en pastizales que, en estos climas, suelen estar compuestos principalmente por diversas especies de Lastón (Brachypodium spp.).

Lógicamente, en las vaguadas más húmedas, protegidas del viento y con un suelo más profundo, es posible que se alcancen con mayor frecuencia las etapas más evolucionadas del encinar, con árboles más altos y una gran diversidad de especies, en su mayoría tolerantes (que toleran la sombra); mientras que a medida que ascendemos por las laderas, especialmente en orientaciones de solana, encontramos matorrales cada vez más bajos y con especies predominantemente intolerantes (propias de zonas soleadas en terrenos abiertos).

Sin embargo, en este tipo de encinar, es curiosos comprobar como en cada nivel o estrato se da una estructura parecida de vegetación muy densa y tupida, en la que predominan especies leñosas con hojas perennes y coriáceas. Así, en las zonas más altas y azotadas por el viento, sólo aguantan las especies que apenas levantan unos pocos centímetros del suelo, como son las rastreras: Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi), la Bufalaga (Thymelaea ruizii) y la Jarilla (Helianthemum nummularium). Entre las matas bajas tenemos brezos como Daboecia cantabrica, Erica vagans y Erica cinerea, una curiosa liliácea pinchuda como el Rusco (Ruscus aculeatus), así como jaras de pequeña talla como Cistus salvifolius. De porte algo más alto tenemos al Torvisco (Daphne gnidium), la Jara blanca (Cistus albidus), la Retama loca (Osyris alba) y el Brezo blanco (Erica arborea). Luego viene el piso de los arbustos altos como el Boj (Buxus sempervirens), los Enebros (Juniperus communis y J. oxycedrus), la Sabina mora (J. phoenicea), la Coscoja (Quercus coccifera), el Labiérnago (Phillyrea angustifolia), el Aligustre (Ligustrum vulgare), el Durillo, el Aladierno y el Madroño. Plantas trepadoras como la Rubia (Rubia peregrina), la Hiedra (Hedera helix), la Madreselva (Lonicera implexa) y la Clemátide (Clematis vitalba).Y, por último, en el estrato arbóreo tenemos la Encina, el Quejigo, el Arce de Montpellier y el Pomar, si bien estos tres últimos son árboles de hoja caduca, más acordes con las latitudes en las que nos encontramos, pero que se salen un tanto de la estructura de “laurisilva” planteada.

Si bien, lo cierto es que, en general, estos bosques y matorrales se comportan como pequeñas laurisilvas de bajo porte, ya que también tienen una considerable capacidad de condensación del agua atmosférica, en estas zonas de clima relativamente seco, pero en las que son frecuentes los vientos húmedos procedentes del Atlántico, así como la formación de nieblas a primera hora de la mañana.

Por todo ello, debemos valorar como se merecen nuestros ricos y variados matorrales mediterráneos, submediterráneos y cantábricos.

Fotos by Mad Hatter: 1º) Madroño (Arbutus unedo). 2º) Coscoja (Quercus ilex). 3º) Enebro (Juniperus communis). La Rioja, otoño de 2011.

Resuena en el sombrero: "Move to the Jungle".- The Rescuers (Madrid, 1988).

miércoles, noviembre 02, 2011

SULFATO DE HIERRO


Resuenan en el sombrero: “Sulpher Soap”.- Micky y los Colosos del Ritmo (Madrid, 2010); y la versión que hicieron Los Shakers en la película “Megatón Ye-yé” (Madrid,1965), la versión original es de “Micky y los Tonys” quienes compusieron íntegramente la banda sonora de dicha película, protagonizada por el propio Micky.