martes, junio 30, 2009

Apariencias que engañan y que no







En la última entrada de "Frikosal" aparece una fabulosa foto con una pareja de coleópteros meloideos de la especie Mylabris quadripuctata (en la primera foto), que, por su aspecto rechoncho, yo confundí inicialmente con otro coleóptero parecido pero de la familia Chrysomelidae, con el que comparte el mismo apellido específico: Clytra quadripunctata (fotos segunda y tercera).

Los Mylabris, al igual que muchos otros meloideos (los más conocidos son las llamadas vulgarmente "Aceiteras" (género Meloe), unos insectos bastante grandes de color negro con el abdomen muy abultado, pero con una estrecha cintura de avispa en su inserción con el protórax, seguro que los habéis visto), exudan una hemolinfa muy tóxica cuando se sienten amenazados, cosa que avisan a través de sus llamativos colores, rojo brillante con cuatro manchas negras (de ahí el nombre específico).

Este código universal de colores es bien conocido, casi todos los animales saben que cuando se combina el negro con el rojo, el naranja o el amarillo, de una forma intensa y llamativa, quiere decir que aquello contiene veneno o alguna sustancia amarga o muy desagradable. Tal y como sucede con las avispas (Vespidae) o las mariquitas (Coccinellidae), éstas últimas presentan un aspecto similar a las dos especies de coleópteros anteriormente mencionadas, con sus élitros coloreados de rojo vivo con puntos negros. De forma que cuando un pájaro o cualquier otro depredador observa estos colores, ya sea instintivamente o por alguna mala experiencia previa, no osa tocar al portador de los mismos.

Pero hay insectos que han aprovechado evolutivamente las ventajas defensivas que ofrecen estos códigos de colores, así hay insectos que, aún careciendo de aguijón y de veneno, se disfrazan de avispas (Polistes dominulus, en la cuarta foto) para parecer peligrosos y ser respetados por sus posibles enemigos, como hacen muchas mosquitas inofensivas de la familia Syrphidae, la inocua mariposa Paranthrene tabaniformis (quinta foto), cuyas larvas taladran el tronco de los chopos y otras frondosas, al igual que hace el cerambícido Plagionotus arcuatus (sexta foto).

Casualidades de la vida, el otro día, en el mismo prado en el que fotografié la bella mariposa Zygaena (también tóxica para los pájaros, como bien apuntó "Frikosal") de la entrada anterior, observé una gran profusión de pequeños escarabajos del género Clytra, posiblemente la mencionada C. quadripunctata, aunque también podría tratarse de C. espanoli, más frecuente en la Península Ibérica (por lo de "español", no porque sea panoli).

Parecían bastante excitados, revoloteaban por el prado de flor en flor y de hierba en hierba, algunas parejas copulaban (segunda foto), mientras que otros ejemplares adoptaban una curiosa postura en solitario, sobre el tallo de una gramínea, asidos con su primer y segundo par de patas, mientras arqueaban el abdomen hacia abajo, de cuyo extremo sobresalía una extraña estructura escamosa, la cual manipulaban con sus patas traseras (tercera foto).

Intrigado, busqué en el volumen nº 13 de "Fauna Ibérica" dedicado íntegramente a la familia Chrysomelidae, y en la introducción del capítulo de la subfamilia Clytrinae decía esto: "Durante la puesta las hembras depositan los huevos mezclados cuidadosamente con excrementos, gracias a la acción de un aparato rectal, usado por el insecto para elaborar escamas o láminas de heces bañadas en una secreción de las glándulas rectales, lo cual determina la morfología externa de la cubierta del huevo. Para este proceso la hembra emplea sus patas posteriores, que van girando el huevo alojado en la foseta del último esternito abdominal, hasta darle la configuración final".

Las larvas de los Clytrinae se alojan en el interior de estuches fabricados a partir de excrementos y detritus, los cuales van agrandando y reparando a medida que aumentan de tamaño durante el desarrollo. Estas larvas son mirmecófilas, es decir viven en el interior de los hormigueros alimentándose de restos orgánicos de todo tipo, en una relación que puede calificarse de comensalismo, ya que no reporta ningún beneficio para las hormigas y, probablemente, tampoco ningún perjuicio.

El riesgo principal para la vida de estos crisomélidos mirmecófilos se da al emerger el adulto de la ninfa, alojada en el interior del hormiguero, ya que las hormigas reaccionan frente a él como si se tratara de una posible presa. La defensa del coleóptero se verifica mediante la secreción de sustancias repelentes y también de sustancias azucaradas, que rechazan o entretienen a las hormigas, respectivamente, o mediante la simulación de la muerte (tanatosis).

Concretamente, las larvas de Clytra quadripunctata viven en los hormigueros de Formica rufa, y los adultos se alimentan de hojas de sauces (Salix sp.), en la forma típica, y de encina (Quercus ilex), en la subespecie puberula. Mientras que los adultos de C. espanoli se alimentan de encinas, sauces y chopos (Populus).

La mirmecofilia alcanza su culminación en algunas especies de lepidópteros licénidos que también sobrevuelan estos mismos prados, como Maculinea rebeli.

No es mi intención establecer paralelismos con el comportamiento de personas concretas, pero es cierto que una táctica defensiva muy habitual consiste en protegernos bajo una coraza o una apariencia de dureza, fortaleza y seguridad, bajo la que tratamos de ocultar nuestra verdadera naturaleza frágil, débil e insegura. Aunque también es verdad que a veces las apariencias no engañan y nos avisan de cosas realmente peligrosas ¿Por qué la entomología y la psicología tendrán que ser tan complicadas?

Todas las fotos están bajadas de internet, ya que mis habilidades fotográficas dejan mucho que desear, como se pudo ver en las desenfocadas fotos de la entrada anterior ¡"Frikosal" te necesito! Haríamos un buen equipo ¿No te parece?

domingo, junio 28, 2009

Dar sentido a los sentidos




¿Podéis imaginar lo que sería no poder ver ni oir? Lo que sería nacer sordociego. Estos días los medios se han hecho eco de los múltiples problemas a los que se enfrentan los sordociegos y a las terapias con caballos en las que participan los niños sordociegos. Personalmente, no sé lo que haría si me quedase sordo y ciego. Supongo que en estos casos el resto de los sentidos se desarrolla extraordinariamente para suplir la carencia de esos dos tan importantes.

Ayer recogí la cosecha de frambuesas, y disfruté más que nunca de su aroma y sabor, vi una mariposa Zygaena azul y roja sobre una flor de Thapsia villosa, cuyos colores me parecieron más vivos y resplandecientes que nunca y pude oler el aroma del Martagón (Lilum martagon), una azucena silvestre muy parecida a aquella que floreció por primera vez el año pasado, aquel día de junio.

Sí, me alegro de ser como soy, de poder ver, oir, oler, sentir y vivir.

I´m OK, cause I feel all right!

Soy lo que soy... y me gusta!

Ahora quiero sentir algo, sí, a lo mejor todavía puedo sentir algo.

Uuuuh-Uuuuh! Aaaah-Aaaah!

Resuenan en el sombrero estos tres pildorazos "Fleshtonianos", incluidos también en el recopilatorio "Vindicated!":

"Pickin´ Pickin´".- Hoodoo Gurus (Australia, 2008).



"I am what I am".- The Maggots (Suecia, 2008).



"I wanna feel something now".- The Insomniacs (USA, 2008).



Hablando de ver, de oir y de gustos musicales. Lamento mucho la muerte de Michael Jackson, pero el hecho de que alguien se muera no le convierte en un héroe. Es un hecho que a muchísima gente le gustaba su música, su forma de vestir, su forma de bailar y sus vídeos, pero a mi no, ni tampoco las cosas que hizo en su vida personal, aunque ya se sabe que mis gustos son bastante raros y que sobre gustos no hay nada escrito.

En fin, descanse en paz.

Fotos by Mad Hatter: Martagón (Lilium martagon), Frambuesas (Rubus idaeus), Zygaena sobre flor de Thapsia (El Rasillo, 27 de junio de 2009).

miércoles, junio 24, 2009

CAMBIAR


Hace tres entradas, hablabamos sobre el movimiento "slow" y sobre lo más o menos dificil que nos resulta adaptarnos a los cambios. Resulta que ahora he vuelto a escuchar aquella estupenda recopilación de tributo a los Fleshtones, "Vindicated!", que ya traje aquí el año pasado, en la que un grupo francés, llamado los "Slow Slushy Boys" (los chicos del sorbo lento) hacen una versión de una de las mejores canciones de Zaremba y Streng, "I´ve gotta change my life", publicada en su genial primer álbum de 1981, "Roman Gods", y que habla sobre la imperiosa necesidad que a veces tenemos de cambiar:

"I can´t wait till tomorrow
No I can´t wait a day
I can´t stop the feeling going round and round in my head.
No I haven´t got stop to get what I want
But I never can to see me no mad is with you.
Please come back, come back to me.
Cause I´ve gotta change my life, to show you what summer
what could it be, yeah, I´ve gotta change my life..."

Traducción:

"No puedo esperar hasta mañana
No puedo esperar un día
No puedo detener el sentimiento que da vueltas dentro de mi cabeza.
No he dejado de obtener lo que quiero.
Pero nunca podría verme enfadado contigo.
Por favor, vuelve, vuelve a mi.
Porque tengo que cambiar mi vida, para enseñarte lo que el verano
podría ser, sí, tengo que cambiar mi vida..."

O algo así, más o menos, porque no he encontrado la letra en internet y el descifrarla no es moco de pavo. Pero lo cierto es que la urgencia juvenil propia del rock garajero o revival del sixties punk, que expresa esta canción, suele conducir a la frustración y a la desesperación, por lo que resulta más práctico y eficaz armarse de paciencia y tratar de adaptarse a los cambios que, inevitablemente, se producen constantemente a nuestro alrededor, lo mejor que uno buenamente pueda.

No, no es resignación, es que a veces la vida nos hace papilla y luego nos absorbe con una pajita, y cuanto más líquida, fría y fluida sea, más fácil y llevadero será el trago, un trago que, además, suele ser amargo y lento, muy, muy lento, pero hay que pasarlo.

Resuena en el sombrero: "I´ve gotta change my life".- The Slow Slushy Boys (Francia, 2008), versioneando a The Fleshtones (New York, 1981).


lunes, junio 22, 2009

Nubes de Felicidad



En los años 60, Walter Mischel, un psicólogo profesor de la Universidad de Columbia (New York), se dio cuenta del enorme cambio que experimentó su hijo al cumplir los 4 años de edad. A partir de ese momento dejó de preocuparse únicamente por satisfacer sus necesidades inmediatas, actuando mediante impulsos, y empezó a comprender conceptos más abstractos, tales como: el futuro, las consecuencias de sus actos, el control, la recompensa y la estrategia. Y comenzó a desarrollar una importante capacidad mental como es la voluntad ¿Qué modificaciones se habrían producido en el cerebro para que hubiesen propiciado un cambio tan importante?

Para estudiarlo se le ocurrió hacer un experimento muy sencillo, sentó a muchos niños (uno por uno) de entre 4 y 6 años de edad, en una silla colocada frente a una mesa en la que había una de esas campanas que hay en el recibidor de los hoteles para llamar al recepcionista, y les decía que si esperaban a que él volviese a entrar en la habitación les daría dos nubes (malvaviscos, marshmallows u otra golosina que les gustase mucho), pero que en cualquier momento podían tocar la campana y entonces él vendría y les daría una nube. Después salía de la habitación, observaba sus reacciones desde una ventana con cristal de espejo y cronometraba el tiempo que cada niño tardaba en hacer sonar la campana, si es que lo hacía, y si no lo hacía, Walter entraba en la habitación al cabo de 20 minutos con las dos nubes para dárselas al niño.

Veinte minutos de espera, solos en una habitación, es una eternidad para un niño de 4 años, por lo que los chavales ideaban todo tipo de estrategias para hacer más soportable la espera, como por ejemplo: darse la vuelta para no mirar, jugar con las manos o con los pies, contar en voz alta, cantar y la más interesante: hacer que la nube perdiese momentáneamente su interés, imaginándola como una nube de verdad, un trozo de cartón o una pintura en un cuadro.

Pero lo más sorprendente es que este experimento ha durado 40 años. Hace poco, por curiosidad, Walter Mischel contactó con algunas de las personas que participaron en el experimento hace cuarenta años y, casi sin querer, acabaron estableciendo una curiosa correlación: los niños que demostraron una mayor capacidad de autocontrol (no tocaron la campana o tardaron más tiempo en hacerlo) son los que han tenido más éxito en la vida y son más felices.

Mischel advierte que esto sólo es un indicador y que no hay una relación de causalidad entre el hecho de ser capaz de esperar 20 minutos para obtener dos nubes y la capacidad de ser más feliz, pero es evidente que el desenvolvimiento en la vida requiere de una serie de habilidades emocionales, sociales y mentales, entre las que se encuentra el autocontrol, que éstas habilidades se desarrollan principalmente entre los 4 y 6 años de edad y que determinan una buena parte del carácter, la conducta y la actitud de la persona a lo largo de toda su vida.

Si bien, también es cierto que la capacidad de autocontrol no lo es todo, incluso puede resultar perniciosa si se utiliza en exceso, ya que para ser feliz también hay que saber dejarse llevar e improvisar, de vez en cuando.

La pregunta que surge es ¿Se pueden enseñar o potenciar estas habilidades o capacidades mentales?

Las primeras experiencias en este sentido apuntan a que sí, sí se pueden enseñar estas habilidades, ya que niños tremendamente impulsivos han sido capaces de autocontrolarse mucho más y desarrollar el sentido de "felicidad diferida", cuando se les enseñan estrategias adecuadas. Y, al revés, niños muy serenos y disciplinados, han tocado la campana a los pocos minutos de salir de la habitación, después de haberles dicho: "Mientras esperas puedes pensar en lo tierna y dulce que es una nube y cómo se deshará en tu boca cuando te la comas".

Esto lo contó ayer Eduard Punset en su programa de la 2, "Redes", mediante una interesante entrevista con el psicólogo Walter Mischel, en la Universidad de Columbia (New York).

viernes, junio 19, 2009

Gee ain´t it funny how time slips away


"Well hello there my it´s been a long, long time
How I´m doin´? Oh I guess that I´m doing fine
It´s been so long now but it seems now it was only yesterday
Gee ain´t it funny how time slips away.
How´s your new love I hope that he´s doin´ fine.
I heard you told him that you´d love him till the end of time.
Now that´s the same thing that you told me seems like just the other day.
Gee ain´t it funny how time slips away.
I gotta go now I guess I´ll see you around.
Don´t know when though never know when I´ll be back in town.
But remember what I told you, in time you´re gonna pay.
And it´s surprising how time slips away".

Traducción:

"Bien, hola, ha pasado mucho tiempo.
¿Cómo estoy? Oh, supongo que bien.
Ha pasado mucho tiempo pero parece como si sólo hubiese sido ayer.
Je, no es gracioso cómo se nos va el tiempo?
Cómo está tu nuevo amor, espero que esté bien.
Te escuché decirle que le amarías hasta el final de los tiempos.
Eso es lo mismo que me dijiste, parece como si hubiese sido tan sólo el otro día.
Je, no es gracioso cómo se nos va el tiempo?
Ahora tengo que irme, supongo que nos veremos por ahí.
No sé cuando, nunca sé cuando regresaré a la ciudad.
Pero recuerda lo que te dije, con el tiempo lo vas a pagar.
Y es sorprendente cómo se nos va el tiempo".

Resuena en el sombrero: "Funny How Time Slips Away".- Willie Nelson (Texas, 1962).

Y esta es la versión que hicieron los californianos "Green on Red" a mediados de los 80.

martes, junio 16, 2009

Apagar incendios forestales: ¿Trabajo o Temeridad?


En los medios se ha difundido el cierre de la instrucción judicial del caso de los once fallecidos en el incendio que se produjo entre los días 16 y 21 de julio de 2005, en Riba de Saelices (Guadalajara). Y, tal como va el asunto, podría estar en juego el futuro de los servicios de lucha contra los incendios forestales de toda España.

A continuación, se expone la carta redactada por los compañeros forestales de Guadalajara:

"Como habréis sabido por la prensa o por referencias de otros compañeros, la instrucción del accidente en el que lamentablemente fallecieron 9 miembros de un retén, un jefe de zona de incendios y un auxiliar técnico de extinción (estos últimos agentes medioambientales) en el transcurso de las labores de extinción del incendio de los pinares del Ducado en Guadalajara en julio de 2005, ha concluido con la imputación de siete técnicos de coordinación y extinción de incendios forestales, del entonces director del Parque Natural, del Director General de Medio Natural y del entonces Delegado Provincial de TRAGSA en Guadalajara.

Dicha instrucción, realizada en un clima altamente politizado, ha durado casi cuatro años. En ella, se han practicado numerosas pruebas testificales y periciales solicitadas por la jueza instructora y la acusación particular. Una gran parte de las pruebas solicitadas por la defensa de los técnicos imputados ha sido sistemáticamente denegada.

La instrucción tiene un claro punto de inflexión a raíz del traslado de la jueza que comenzó los trabajos, quien previsiblemente iba a archivar el caso al no encontrar indicios de delito.

El nombramiento de una nueva jueza en el Juzgado de Sigüenza coincide con la presentación de un informe pericial aportado por la acusación, y redactado por el Ingeniero de Montes, José Miguel Montoya Oliver.

Este informe pericial es la base fundamental para la imputación de los siete técnicos de extinción y coordinación, del entonces director del Parque Natural del Alto Tajo, el Director General de Medio Natural servicio forestal y del Delegado Provincial de TRAGSA (empresa a la que pertenecían parte de los fallecidos).

El informe se presentó con gran repercusión mediática. Se trata de un documento repleto de errores de bulto, incorrecciones y frases insultantes que reparte culpas y responsabilidades sin aportar ni un sólo dato objetivo, ni cartografía, ni datos climáticos, medios participantes ni análisis de las estrategias y tácticas de extinción.

Dicho informe tiene tres denuncias distintas ante el comité de ética profesional del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes desde el año 2008, sin que hasta la fecha se haya pronunciado al respecto.

El informe provocó un intenso debate profesional a través de Internet que motivó el cierre del foro que el Colegio tenía en su página web.

A petición de la propia jueza instructora (y por tanto no a petición de ninguna de las dos partes), se solicita un nuevo informe pericial. Este es adjudicado por insaculación (sorteo) a dos Ingenieros Técnicos Forestales. En él se manifiesta explícitamente la inexistencia de responsabilidad por parte de los técnicos imputados, descartando cualquier tipo de negligencia en el operativo de extinción y en el fallecimiento de los miembros del retén.

Existe asimismo otro informe elaborado por el Ministerio de Trabajo en marzo de 2006 en el que se analizan exhaustivamente las causas del accidente y del fallecimiento de los trabajadores, y en el que igualmente se concluye la absoluta falta de responsabilidad en el mismo de los Técnicos.

Otra serie de informes avalan igualmente la tesis del accidente imprevisible como causa de la muerte de los combatientes.

Todos estos informes son obviados totalmente en el auto de la jueza por el que se pone fin a la instrucción de manera precipitada, ya que aún quedan pendientes de practicar pruebas solicitadas por el juzgado, y en el que se imputan tres presuntos delitos, uno de incendio forestal por imprudencia grave, otro contra los derechos de los trabajadores y un tercero por homicidio por imprudencia profesional a los técnicos participantes en las labores de coordinación y extinción del incendio.

Asimismo, y sin explicar los motivos, el auto ha exculpado al no encontrar indicios de conducta delictiva a cinco de los ocho excursionistas cuya barbacoa dio lugar al incendio.

La decisión de esta jueza de instrucción cierra el sumario manteniendo imputaciones tan graves a técnicos, basándose exclusivamente en declaraciones de personas que ni siquiera actuaron en el incendio y en grabaciones del 112. Asimismo obvia informes periciales que exculpan a los técnicos (entre ellos el informe pericial que la propia instructora mandó realizar o el informe de la Inspección de Trabajo). Con esta decisión se crea un grave precedente de inseguridad para todas aquellas personas que trabajan en servicios de emergencias, en especial las que trabajan en extinción de incendios forestales. Por el mismo camino cualquier técnico puede ser imputado del delito de incendios; bastaría con que el fuego no pudiera ser apagado en el pronto ataque.

Cualquier técnico, en base a su actuación como tal, puede quedar a los pies de los caballos de la prensa y, por extensión, de la sociedad; puede ser condenado a la dolorosa pena de banquillo; puede, en resumen, ser sometido a la dureza de un juicio público basado en acusaciones sin un mínimo de consistencia o en diligencias sin fuerza valorativa alguna, con la terrible trascendencia social que cualquiera de nosotros puede imaginar.

Y lo que es más importante: una posible sentencia condenatoria en el juicio oral al que se enfrentarán estos técnicos, deja la puerta abierta a la persecución por vía penal de cualquier técnico que haya participado en trabajos de gestión, coordinación, extinción y prevención por cualquier daño y/o accidente ocurrido en el desarrollo de su trabajo.

Con esta carta no pretendemos convencer a nadie. Únicamente informamos y, sobre todo, llamamos a la reflexión al colectivo de técnicos (ingenieros de montes e ingenieros técnicos forestales principalmente) que, como cada año, asume generosamente las responsabilidades propias del servicio público de emergencias que es el de extinción de incendios forestales. No podemos menos que advertir a todos nuestros compañeros de las sombras y amenazas que se ciernen sobre nosotros en el desarrollo de nuestro trabajo".

¿Cómo es posible que en un Estado de Derecho europeo del siglo XXI se produzcan este tipo de actuaciones judiciales? Hay jueces que, en lugar de administrar justicia, aumentan los daños y los perpetúan en el tiempo, crean incertidumbre y desconfianza, aplicando principios tan sensatos, profesionales y objetivos como: "muerto el perro, se acabó la rabia" o "al final, siempre pagan justos por pecadores".

Habrá que esperar a que se dicte sentencia y a que se resuelvan los posibles recursos que se presenten, y confiemos en que finalmente se imponga la justicia y el sentido común.

viernes, junio 12, 2009

Yo también soy "slow"


El otro día, en el telediario salió un reportaje sobre las ciudades "Slow", un movimiento sociocultural que ha surgido para revelarse contra de la cultura del "Fast Food", que reivindica el tomarse el tiempo necesario para disfrutar de las cosas que verdaderamente merecen la pena en la vida, como disfrutar de una buena comida, de un buen vino, de una conversación, de la compañía, de un libro, de un cuadro, de un viaje, de la música, de una siesta, etc, etc… ¡No a las prisas! ¡No al usar y tirar! ¡No a que las cosas se nos queden obsoletas al día siguiente de haberlas comprado! ¡No a disponer de cualquier cosa de manera inmediata y con independencia del lugar y de la época del año en la que nos encontremos! Cada cosa a su debido tiempo y tomándose el tiempo necesario.

La cultura del consumismo, del zaping, de internet y de la satisfacción de todos nuestros deseos al instante y, a ser posible, con sólo apretar un botón, nos ha sumido en un permanente estado de ansiedad y a una dificultad creciente en mantener un mínimo de atención e interés por los asuntos de la vida.

Los niños y jóvenes de nuestras escuelas no son capaces de entender un razonamiento que conlleve una mínima complejidad o duración en su exposición. Nadie se para más de un minuto a contemplar un cuadro en un museo o una flor cuando pasea por el campo. Si hay algo que nos parece mínimamente aburrido o que supone un mínimo esfuerzo enseguida lo dejamos y "cambiamos de canal", pasamos a la siguiente cosa que nos puede ofrecer el mundo. Porque hay mucho ahí fuera donde elegir, hay muchas cosas en las que podríamos ocupar nuestro valioso tiempo y nos gustaría probarlo todo.

Particularmente, la generación que nacimos en la década de los 60 o 70s, hemos asistido a un enorme número de cambios en nuestras vidas: contemplamos la muerte de Franco y la llegada de la democracia; vimos por la tele (en blanco y negro) la llegada del hombre a la luna, y enseguida llegó la tele en color; disfrutamos del nacimiento y desarrollo de los primeros ordenadores personales (PCs); asistimos a la decadencia de los vinilos y de las cassetes, al nacimiento y la casi muerte de los CDs; nos cambiaron la peseta por el euro; vivimos en primera persona el boom de la telefonía móvil y de internet; el primer negro acaba de llegar a la Casa Blanca; y a la vuelta de la esquina tenemos el apagón analógico, la TDT, los libros electrónicos, los coches híbridos, la energía por hidrógeno, y encima estamos sufriendo la mayor crisis desde la II Guerra Mundial y la primera pandemia del siglo XXI.

Son demasiados cambios para poderlos asimilar en una sola vida, se producen a una velocidad tan grande que sobrepasa la capacidad de adaptación de las mentes humanas normales (suponiendo que eso exista). Muchas veces, como decía la canción, dan ganas de decir ¡Que paren el mundo que yo me bajo!

Ayer, el televisivo cocinero bilbaíno Fernando Canales hablaba sobre la paradoja que supone que, pudiendo comer mejor que nunca, cada vez hay más gente que come peor que nunca.

¡Sí Señor "Lazy Blog"! Tiene usted toda la razón del mundo, yo también quiero ser "Lazy", yo también soy "Slow".

Y ahora que lo pienso, esta forma de pensar en la madurez también supone un drástico cambio en comparación con aquel famoso ideal "punk" de la juventud que decía: "Vive rápido, ama duro, muere joven y tendrás un bonito cadáver". Pero seamos realistas, es que da una pereza morirse… ¿Me voy a perder todos los cambios que seguro que se van a producir en un abrir y cerrar de ojos? ¡Ni hablar!

Resuena en el sombrero: "Stop the World (and let me off)".- Waylon Jennings (Texas, 1966).

miércoles, junio 10, 2009

Una orquídea oriental en las frías tierras europeas



El otro día, en el programa del periodista riojano jarrero José Miguel López, "Discópolis", en Radio 3, escuché una maravillosa voz femenina de Jazz, una extraña y atractiva mezcla entre Billie Holiday y Marilyn Monroe, se trata de una cantante relativamente nueva, si bien debutó en el año 2002, llamada Youn Sun Nah, una surcoreana afincada en Suecia, donde ha formado su propio quinteto con músicos de Jazz suecos.


Al parecer, en Korea es una cantante pop muy famosa, donde ha publicado discos bastante comerciales, pero en Europa ha sacado su faceta más jazzística, íntima y personal, mucho mejor y mucho más interesante, en mi opinión.


Os dejo con su vídeo promocional.






La foto la hice el otro día mientras cortaba hierba en El Rasillo de Cameros (La Rioja), se trata de la orquídea araña temprana (Ophrys passionis), una de esas flores que imitan el aspecto y el aroma (feromonas) de las hembras de determinadas especies de abejas solitarias, de forma que los machos, al tratar de aparearse con la flor, se quedan con los sacos de polen pegados al cuerpo, los cuales dejan en el estigma de la siguiente flor que visitan, ya que su efecto es tan irresistible que los abejorros no escarmientan y los pobres pueden ser engañados una y otra vez. Todo para satisfacer las ansias reproductoras de estas bellas y perversas magas de la seducción, unas orquídeas de aspecto oriental que viven en nuestros fríos páramos europeos.


Resuena en el sombrero: "Down By Love".- Youn Sun Nah Quintet (Estocolmo (Suecia), 2008).