Hace 8 años se publicó una noticia sorprendente que revolucionó todas las teorías sobre la etología y la evolución
genética de las especies, en la
Reserva de Samburu (Kenia) una
leona llamada
Kaumnyak adoptó a una cría de
oryx de tres días de edad a la que protegió durante 16 días (ver la foto de arriba y el vídeo del final), tiempo durante el cual la
leona no comió nada, como tampoco pudo hacerlo el pequeño
antílope, ya que la
leona no podía proporcionarle la leche necesaria para alimentarlo, por lo que, estando ya ambos muy debilitados, la cría de
oryx acabó siendo devorada por un
león macho.
Sin embargo, el extraño fenómeno volvió a repetirse en otras cinco ocasiones en las que Kaumnyak insistió en adoptar a otras pequeñas crías de antílope huérfanas.
Este fenómeno va en contra de toda lógica biológica y evolutiva, ya que los antílopes son presas habituales de los leones y para la leona cuidar de una cría que no es la suya y con la que no comparte ningún gen ni interés común, supone una gran pérdida de tiempo y de energía, por lo que los científicos aún no le han encontrado una explicación razonable a este hecho.
Quizás podría tratarse de una especie de intento de ganadería, es decir, desde un punto de vista humano, cabría pensar que la leona podría haber intentado tener a su cargo al antílope con objeto de ahorrarse el tener que cazarlo, pero esta es una idea totalmente descabellada que además no cuadra con el hecho de que la leona no comiese durante el tiempo que estuvo cuidando del oryx.
En mi opinión, después de haber leído durante estas navidades el último libro de Eduard Punset, "El viaje al amor", se trata de un ejemplo de la enorme fuerza que tiene el amor y el instinto maternal en todos los seres vivos. El amor contemplado desde una perspectiva muy general, como impulso de fusión o apego entre los seres vivos, es una fuerza mucho más poderosa, universal y ancestral de lo que pensamos. Es posible que las primeras células vivas que se formaron en el seno de la "sopa primordial", cuando la superficie del planeta Tierra todavía se estaba enfriando, la primera cosa que hicieron fuese emitir algún tipo de señal química para tratar de responder a una pregunta fundamental: ¿Hay alguien ahí fuera?
Es decir que, según esta teoría, el amor es consustancial a la vida y totalmente necesario para la persistencia de ésta.
Es posible que la leona Kaumnyak hubiese perdido sus propios cachorros y al encontrase con un ser tan tierno y desvalido como es una cría de oryx, la fuerza del amor fue capaz de superar las barreras entre especies y de romper la cadena alimenticia. En este caso, el instinto maternal ha vencido al instinto cazador de la leona.
La adopción de crías de distinta especie a la de la madre es un fenómeno raro pero que se ha observado también en otros animales, como en madres de delfín que adoptan a crías huérfanas de otras especies de delfín. También se han visto hembras de anátidas (patas) que se hacen cargo de polladas que incluyen crías de otra especie de pato, si bien esto es debido al fenómeno de la impronta, por el que los pollos nidífugos siguen y consideran que su madre es el primer animal que ven al salir del huevo (que suele ser su verdadera madre en el 99,99% de los casos).
Los papiones hamadryas del desierto arábigo se hacen cargo de cachorros de perro a los que incluso llegan a raptar o robar de sus madres caninas, aunque en este caso parece que el fenómeno está más próximo a la cría de mascotas que a lo que entendemos por adopción. Ya que los perros acompañan permanentemente a la manada de papiones y son acicalados por éstos como un miembro más del clan, mientras que los canes se encargan de hacer guardia por las noches y de proteger a los monos de otros perros asilvestrados.
En muchos monos el instinto maternal es tan poderoso que algunas hembras sin crías tratan de raptar las de otras madres, y resulta frecuente observar a madres que acarrean a su cría muerta durante varias semanas, antes de asumir su pérdida definitiva, con gran dolor de su corazón.
También hay que mencionar los famosos mitos y leyendas de bebés humanos que fueron criados por lobos, tales como Mowgli (del "Libro de la Selva") o Rómulo y Remo (los fundadores de Roma).
En fin, afortunadamente, el amor y la vida nunca dejarán de sorprendernos y siempre conservarán misteriosos rincones y tesoros ocultos.