Soy
un demócrata convencido, pero entiendo que hay cosas que no deben ser sometidas
a votación, como por ejemplo los derechos humanos.
La
configuración territorial de los Estados, también es algo que, debido al peso
de la Historia, las Constituciones y a la deseable estabilidad que deben tener,
tampoco es un asunto sobre el que se pueda decir alegremente que determinado
“pueblo” tiene derecho a decidir. Y paso a explicar los motivos:
1º)
Es una decisión que no afecta exclusivamente a Cataluña, sino al conjunto del
Estado español.
2º)
El pueblo catalán está tan intrínsecamente unido al resto del pueblo español
que plantear claras fracturas y divisiones producirá consecuencias
inevitablemente dolorosas en múltiples aspectos de la vida: familiares,
culturales, económicos, sociales, etc.
3º)
Si se modificase la Constitución española y se aprobara el derecho a la
autodeterminación podría darse el caso que algunos municipios, islas o el
conjunto de las Islas Baleares (por ejemplo) pasasen a formar parte de la
República Federal Alemana, por decisión de la mayoría de sus ciudadanos, ya
que, además de la gran cantidad de residentes teutones en las islas, algunos
nativos isleños también votarían a favor de ser alemanes sólo por el hecho de
que la Familia Real dejara de veranear en el Palacio de Marivent y de paso
pasaran a ser una República, en lugar de una Monarquía, además de por la mejora
sustancial que supondría en los sueldos y en la calidad de los servicios
sociales.
4º)
Si se celebrase el referéndum y en algunos municipios catalanes resultase que una mayoría prefiriese seguir
siendo parte del Estado español ¿No sería otra imposición obligarles a
pertenecer al nuevo Estado catalán? ¿No sería un tanto absurdo un supuesto Estado
catalán discontinuo o con islas o “enclavados”?
5º) Supongamos que Cataluña consiguiera la independencia ¿Y si dentro de unos años cambiasen las tornas de la distribución de fuerzas políticas en Cataluña u otras circunstancias y se plantease un nuevo referéndum pero esta vez para volver a unirse al Estado español o al Estado francés?¿Serían serios y de recibo unos Estados que cada dos por tres estubiesen cambiando sus fronteras en el seno de la Unión Europea (que es quien cada vez tiene más competencias en detrimento de los Estados) en función de cómo evolucionasen las mayorías en cada momento?
Una
de las obligaciones de cualquier cargo público o político es la de establecer
PRIORIDADES. Cualquiera puede entender que el derecho a la vida, a la vivienda y al trabajo
están por encima del supuesto derecho a la autodeterminación, por lo que
plantear estas cosas en estos momentos de auténtica emergencia social, con los
gastos que supone la celebración de un referéndum y la pérdida de tiempo que
está suponiendo el “marear tanto la perdiz” en torno a este asunto, me parece
casi inmoral y hacerle el juego a quienes pretenden desviar la atención de
los verdaderos problemas de la ciudadanía.
¡La unión hace la fuerza! Plantear separaciones y divisiones, por muy sustentadas
que estén en un sentimiento de una parte (¿60-65%?) de la población de
Cataluña, es perder energías e ir en contra del sentido práctico, del sentido
común (muchas veces es el menos común de los sentidos) y del sino de los
tiempos.
Me
entristece que no haya (o al menos no conozca) ningún colectivo, grupo, región
o partido que plantee la unión de España y Portugal, para formar una Iberia
unida ¿Por qué siempre tendemos a dividirnos, más que a unirnos? ¿Por qué unir
parece ser más propio de la “derecha”, mientras que la “izquierda” parece
siempre más proclive a dividirse? Cuando lo lógico sería lo contrario, el liberalismo
y el capitalismo promueven el individualismo y la división mucho más de lo que,
se supone, son valores propios de la “izquierda”, como son: la igualdad,
la solidaridad, el colectivismo, la cooperación, la colaboración, el socialismo.
Por favor, resuelvan los verdaderos problemas de la ciudadanía en lugar de crear
problemas nuevos y de meternos en estas ratoneras.
Resuena en el sombrero: “Ratonera”.-
Amaral (Zaragoza (Aragón, España), 2014).