viernes, julio 26, 2013

FRUTOS DE HAYEDO


Este año, además de que hay muchísima agua en el monte y todo está muy verde, las hayas (Fagus sylvatica) están cargadas de fruto (hayucos, 1ª foto) debido al fenómeno de la “vecería”, que consiste en que algunas especies de árboles con semillas que sufren la depredación de animales (insectos, aves y mamíferos) llevan a cabo una fructificación irregular, más o menos cíclica, de manera que cada 4-5 años se produce una producción muy abundante de semillas, a la que siguen años de mediana, escasa o incluso nula fructificación, al objeto de que los consumidores de semillas no se acostumbren a un suministro regular y homogéneo de comida al que puedan ajustar sus poblaciones, sino que, de vez en cuando, se ven sorprendidos y desbordados por una superabundante producción de semilla que asegure que puedan germinar las suficientes pala que garantice el futuro de los árboles de estas especies y, por ende, el de los bosques.

Los hayucos son ricos en aceite, la cual fue utilizada en el pasado para iluminar las calles de ciudades tan populosas como Londres o París. Mientras que la madera es utilizada para la fabricación de muebles, perchas y otros utensilios; y su leña es una de las más apreciadas para calentar los hogares y cocinar a la brasa. Particularmente valiosas, debido a su vistoso veteado y moteado irregular y decorativo, resultan las verrugas o lupias que se forman en troncos y ramas por infecciones víricas o causas desconocidas (foto 8ª).

Las hayas han sido tradicionalmente denominadas por los forestales como las “nodrizas de los bosques” debido al gran espesor y la excelente calidad del suelo que acumulan bajo sus copas a lo largo de los siglos y milenios, tal y como hemos podido comprobar recientemente al excavar una calicata o zanja para tomar muestras de suelo (foto 9ª), en el rodal selecto de Tobía (La Rioja), en un terreno con fuerte pendiente (50%) se excavó hasta más de un metro de profundidad sin encontrar apenas rocas (areniscas), el suelo es blando y mullido, con un color y textura similares al café molido. Aunque todavía no disponemos de los resultados de los análisis, su fertilidad y riqueza en nitrógeno y otros nutrientes podía intuirse debido a la abundancia de plantas nitrófilas como la Ortiga (Urtica dioica) y la Aliaria o Hierba de ajo (Alliaria petiolata).

Además de los hayucos que madurarán y caerán al suelo en octubre-noviembre, los hayedos producen otros frutos como las fresillas o mallotas (Fragaria vesca, 2ª foto), setas comestibles como Boletus edulis (3ª foto), Rebozuelos (Cantharellus subpruinosus, 4º foto), Anguileras (Pleurotus ostreatus, 5ª foto) y muchas otras no comestibles, tales como Postia tephroleuca (6ª foto) y Lactarius zonarius (7ª foto).

El tupido follaje de las hayas se dispone de manera perpendicular a los rayos del sol, tapando todos los huecos en el dosel arbóreo, de manera que la luz que llega al suelo en pleno verano es muy escasa, y sólo unas pocas plantas especializadas son capaces de crecer e incluso fructificar este ambiente umbrío, tal como hace la rara orquídea Epipactis fageticola (10ª foto). Mientras que son numerosas las plantas bulbosas que florecen durante la primavera temprana, cuando la luminosidad y la luz que llega al suelo todavía es abundante, tal y como sucede con el Ajo de oso (Allium ursinum) y la Escila o Jacinto silvestre (Scilla lilio-hyacinthus).

Resuena en el sombrero:” Long as I can see the light”.- John Fogerty & My Morning Jacket (USA, 2013).

Todas las fotos by Mad Hatter.

lunes, julio 22, 2013

CENAS PARA LA CRISIS (III)



Hacía tiempo que no retomaba esta sección de “cenas para la crisis”. Es curioso como siempre que me voy de vacaciones a la playa regreso cargado de cierta inspiración gastronómica, al margen de las setas.

Uno de los mariscos más sabrosos, nutritivos (son muy ricos en hierro) y más baratos (una bolsa de unos 30 me costó 1,50 €) es el mejillón. Por otro lado, me quedaba un puñado de las últimas habas (gruesas y duras) de la huerta, así que, en un momento improvisé la siguiente receta:

- Se limpian los mejillones y se ponen en una cazuela con un dedo de agua para hacerlos al vapor (5 min.). Cuando se abren, se apaga el fuego y se sacan los mejillones.

- En el caldo resultante se cuecen las habas, cuando están a medio hacer (6-7 min.) se añaden unos espárragos verdes (en este caso eran congelados) y transcurridos otros 5-6 min. se añade un puñado de guisantes (también congelados, que me quedaban en una bolsa empezada). Se remueve y se deja cocer a fuego medio otros 3-4 min., para entonces el caldo ya habrá reducido bastante, pero si fuese necesario, habría que eliminar algo, con el fin de que al triturarlo todo con la turmix nos quede con una consistencia similar a la de un puré de patatas pero de color verde.

- Se quita una de las valvas de cada mejillón y se emplatan apoyados sobre la otra cáscara, encima de cada uno se pone una cucharada del puré verde, sobre él se coloca una hojita de lechuga o una lámina fina de calabacín y encima se añade “caviar” de tomate crudo (el interior gelatinoso donde se encuentran las semillas), para terminar se añade un poco de perejil picado, una pizca de sal, unas gotas de tabasco, un poco de limón y un chorrito de aceite de oliva.

El resultado final son unos deliciosos y nutritivos pinchos que se comen de un bocado, sin necesidad de cubiertos, como a mi me gusta.

¡Que aproveche!

Resuena en el sombrero: “This is the Sea”.- The Waterboys (Dublin (Irlanda), 1985).

Foto by Mad Hatter.

martes, julio 16, 2013

LA ISLA DE LOS COLORES







El moderado oleaje del Mediterráneo va demoliendo y triturando, poco a poco, la roca caliza de sus costas, depositando en los someros fondos una arena muy blanca en cuyo espejo se refleja el cielo y el mar en una bellísima e infinita gama de azules turquesas, marinos y celestes (1ª foto).

Tanto azul y su apartada insularidad, en el extremo más oriental de España, quizás fueron la causa de que sus aguas se tiñesen de rojo en múltiples ocasiones: En la Edad Media, los turcos desembarcaron en la actualmente conocida como Cala de la Turqueta (1ª foto), saquearon Ciutadella y capturaron como esclavos a 4.000 de sus 5.000 habitantes. Años después, el pirata Barba Roja atracó en el puerto de Mahón sembrando el terror. Y cuando la Isla de Menorca pasó a ser colonia inglesa, se construyó un Hospital Militar en la Isla del Rey, del puerto de Mahón (2ª foto), motivo por el que se la denominó “Isla sangrienta”.

El rojo sangre parece teñir los picos de las Gaviotas de Audouin que sobrevuelan las costas de esta bella isla, así como las escamas y las agallas de los peces de roca (3ª foto) que sirven para cocinar un excelente suquet. Un tono rojizo similar al pimentón que recubre sus apreciados quesos y da color a las untuosas entrañas de las sabrosas sobrasadas.

El alto y poderoso sol de Julio tuesta las bronceadas epidermis de los bañistas, en las playas, a la vez que dora las espigas en los campos, tierra adentro, delimitados por cientos de kilómetros de muros de mampostería, levantados piedra a piedra, en una labor titánica, realizada a lo largo de milenios por unos isleños de paciencia infinita y delicado gusto, capaces de transformar los humildes y retorcidos palos de los arbustos que cubren la isla en bellas puertas rústicas (4ª foto).

Dicha vegetación está compuesta principalmente por acebuches u olivos silvestres, lentiscos, aladiernos, alsinas (encinas costeras) y pinos carrascos, los cuales se inclinan y retuercen por la acción de la fuerte Tramontana y las brisas marinas que, además del salitre del mar, de vez en cuando llevan hacia las costas a las temibles, incómodas y urticantes medusas de color violeta (5ª foto). Como violeta-azulados son los racimos de las uvas tintas con los que en la isla también se hacen buenos caldos, tal y como atestigua el bello mosaico (6ª foto) que encontré en una de las estrechas calles del fabuloso casco antiguo de Ciutadella.

Tal amalgama de colores, vientos y caldos acaban por aturdir las cabezas de los isleños y de los afortunados turistas que les visitamos, por lo que durante las serenas y refrescantes noches es preciso aclarar la mente y templar el ánimo degustando el cristalino y transparente cocktail de gin tonic con “Xoriguer”.

Resuena en el sombrero: “(The Ballad of) The Voodoo Ranger”.- Multicoloured Shades (Alemania, 1985).

Todas las fotos, excepto la primera, by Mad Hatter.

lunes, julio 01, 2013

BYE BYE BOBBY


Cuando en la anterior entrada hablaba con nostalgia sobre mi antiguo barrio de Argüelles-Moncloa estuve a punto de ilustrarla con la estupenda versión titulada “En el barrio” que El Vez hizo del tremendo “In the Ghetto” del gran Elvis, si bien calificar de “ghetto” a esta céntrica zona de Madrid, aunque fuese de un modo indirecto, me pareció poco apropiado.
Otra gran versión, esta vez en tono claramente negro, fue la que cantó Bobby Bland en los 80, ya en su etapa más decadente, dentro del sello “Malaco”, que fue una especie de refugio para las viejas estrellas del Soul pasado de moda.
Bobby Bland falleció el pasado 23 de junio y con él se fue uno de los personajes claves de ese momento mágico en el que el Rythm & Blues dio paso al Soul, junto con artistas de la talla de Sam Cook y Ray Charles.
Podríamos decir que fue uno de los primeros en abrir el grifo de las lágrimas, en hacer esa exagerada metáfora de comparar el llanto humano con el fluir de un río, en canciones como “Cry, cry, cry”, grabada en 1961 en su primer sello “Duke”, a la que poco después seguiría el “You left the water running” del gran Otis Redding.
La versión que Jeff Conolly (aún en los DMZ) hizo de este tema, a fianles de los 70, junto con la que los Them hicieron del “Turn on your love light” de Bobby Bland, en 1966 (año de mi nacimiento), ambas con unos fantásticos teclados, fueron decisivas para que me inclinase hacia los viejos órganos souleros y garajeros, cuando hice mis pinitos musicales con los Rescuers, a finales de los 80.
El dueño del sello de MemphisDuke”, un auténtico mafioso, lo vendió al sello californiano “ABC”, en el que militaba el gran B. B. King, junto con el que Bobby (otro B.B.) grabó su propia réplica al citado “Cry, cry, cry”, en un tema titulado “Don't Cry No More”.
En fin, como vemos, me ha quedado una entrada llena de contrastes que, además, he empezado por el tejado. Todo sea por recordar a esta gran figura del Soul que se nos ha ido ¡Descanse en paz!