Seguro que alguna vez os ha pasado que habéis sentido un pequeño malestar y una ligera fiebre, habéis ido al médico y éste os ha diagnosticado: “Bah! No parece nada serio! Algún virus!” Te recetaba un “Frenadol”, “Paracetamol” o un “Algidol”, a los dos días te encuentras mejor y ahí se acababa la cosa.
Todos los años la gripe muta, se saca una nueva vacuna, aun así mueren miles o millones de personas en todo el mundo, pero no pasa nada, ya lo tenemos asumido.
Ahora resulta que en China, con el beneplácito de la OMS, descubren un nuevo virus, el “Covid19, y se organizan unos protocolos tremendos, el miedo se extiende por todo el mundo, se anulan muchos eventos internacionales de todo tipo, caen las bolsas, el virus sigue extendiéndose cada vez a más países, las autoridades nos insisten en que no cunda el pánico, pero la economía mundial se resiente cada vez más. Personalmente, no entiendo la lógica de todo lo que está sucediendo.
En un mundo cada vez más “transparente” hay que informar absolutamente de todo, aunque el mundo no esté preparado para digerir y gestionar ciertas noticias, por lo que las consecuencias de éstas pueden ser imprevisibles e incluso mucho peores que el problema inicial u original, por no hablar de quién o quienes deciden que algo es un “problema” y las medidas a tomar para tratar de solucionarlo, con una relación coste-eficacia razonable.
Deberíamos ser realistas y asumir desde un principio que un virus, que puede transmitirse a determinados animales y a personas, y del que pueden existir infectados que no presenten síntoma alguno, es algo totalmente incontrolable, es imposible de erradicar, y vamos a terminar conviviendo con él, sí o sí.
Tarde o temprano acabarán sacando una vacuna, el año que viene esa vacuna se recomendará a los colectivos de riesgo, morirán unos cuantos miles de personas, como con cualquier otro tipo de gripe más, lo asumiremos (no nos queda otro remedio) y la economía mundial dejará de verse afectada por el dichoso “Covid19” ¿Merecen la pena entonces toda esta alarma, todos estos ríos de tinta, toda esta inquietud, todo este miedo, y todos estos perniciosos efectos “indirectos en la cultura, la tecnología, el deporte y la economía?
Resuena en el sombrero: “Infected With You”.- Miracle Workers (Portland (Oregon), 1983).