A menudo, cuando se habla de "plena consciencia", "concentración", "atención máxima" u "óptimo nivel de destreza" se emplea el verbo "fluir", porque en los estados de plenitud metal la mente fluye en una profunda conexión dinámica con el entorno espacio-temporal o circunstancias y seres que nos rodean. Son momentos en los que aflora y se desarrolla nuestro "verdadero ser" de luz y amor en conexión permanente y profunda con el Universo.
Por desgracia, suele tratarse de efímeros momentos de paz y lucidez, que mucha gente jamás ha experimentado, porque nuestros cerebros están total y absolutamente atenazados por el "ego", impidiendo que nuestra mente "fluya", crezca y se desarrolle. Por así decirlo, es un "modo" de nuestro cerebro que va recopilando todas las experiencias negativas, todos nuestros miedos, fobias y prejuicios, al objeto de diferenciarnos del resto del mudo y colocarnos por encima de él. "Sí, vale, todo ese rollo de la paz, el amor y la armonía Universal está muy bien, pero primero YO, ante todo mi supervivencia, mi bienestar, mi comodidad y mi superioridad por encima de los demás"; y también al revés, por el otro extremo: "Soy una pobre víctima del mundo cruel creado por los demás, yo no tengo la culpa de nada". Es como un tornillo mental que, a base de crear una constate tensión, nos diferencia de los demás, nos afianza en nuestras creencias, nuestros esquemas y nuestros prejuicios, nos atornilla en nuestra "zona de confort" e impide que tengamos una mente realmente abierta. Se apoya en nuestras emociones, nuestros recuerdos y experiencias negativas para provocar una suspicacia y desconfianza casi enfermizas, que nos impiden ser seres plenamente racionales y libres.
El "ego" constituye la principal herramienta por la que el poder ejerce su influencia sobre nosotros, por eso casi todos los estímulos que recibimos están encaminados a exacerbar y alimentar el "ego" hasta límites insospechados:
"Compre este coche para fardar ante sus vecinos".
"Independícese del Estado opresor".
"Permanezca unido y fiel al orden establecido internacional".
"Contrate un seguro, por lo que pueda pasar".
"Ponga una alarma en su coche y en su hogar".
"Trump: En justo resarcimiento por las ayudas que la U. E. concedió indebidamente a "Airbus", ahora subo los aranceles a un montón de productos agrícolas europeos".
"Ándeme yo caliente y ríase la gente".
"¿Cambio climático? El que venga detrás que arree".
"El que más chifle, capador".
"El que no llora no mama".
Desatornillémonos del "ego", respiremos profundamente y relajémonos, atrevámonos a pensar por nosotros mismos y a ser realmente libres. ¡Dejemos de vivir permanentemente presionados, tensos y atemorizados!
Ilustración del pintor japonés Tetsuya Ishida (1996).
Resuena en el sombrero: "I´m Free".- The Who (London (UK), 1969).