- Agrícola: Variedades cultivadas para la producción de fruto (cerezas).
- Forestal: Existe material seleccionado por la calidad de su madera, por presentar una clara dominancia apical, buen crecimiento, fuste alto y recto, con escasa ramificación (pocas ramas finas y horizontales). Existiendo plantaciones específicas para la producción de madera de calidad.
- Ornamental: Debido a la indudable belleza de su floración, el colorido de sus frutos en verano y su follaje otoñal, diversas variedades de cerezos se plantan en parques y jardines.
- Medio ambiental (biodiversidad): El cerezo silvestre es un componente de los ecosistemas forestales de los bosques mixtos de frondosas y también acompaña a muchos pinares y abetales. Las flores son una importante fuente de néctar para numerosos insectos y sus frutos son muy apreciados por la fauna, especialmente por las aves, que son las principales encargadas de la dispersión de sus semillas.
Legalmente, tanto a nivel europeo como estatal, lo que se regulan son estos diferentes sectores (agrícola, forestal, ornamental y medio ambiental), existiendo, además, unas normativas fitosanitarias que regulan los controles para evitar la propagación de plagas y enfermedades que puedan afectar a Prunus avium y/o a sus distintos productos (cerezas, madera, etc.).
Toda esta dispersión de normativas y competencias crea no pocos problemas de índole práctico, no sólo para los productores (viveristas) y los consumidores, sino incluso para los funcionarios encargados del cumplimiento de toda esta prolija normativa en los distintos ámbitos y competencias.
¿No sería más práctico, eficaz y lógico regular las especies, indicando, compatibilizando y regulando todos los posibles usos permitidos; su producción, cultivo y comercialización; la protección y conservación de poblaciones autóctonas silvestres; así como los controles de calidad y fitosanitarios existentes?
Esta problemática es consecuencia de que en nuestra sociedad prevalece lo económico sobre lo biológico. Nuestras vidas están regidas por leyes y Ministerios, todo se encasilla en departamentos estancos, impidiéndonos una visión de conjunto, integral u holística de la realidad. Hablamos mucho de "competencias" y "competitividad", y muy poco de "colaboración" y "consenso". Reflejo del eterno conflicto humano entre dos sentimientos o conceptos contrapuestos: "propiedad privada" vs "bien común". En aquella entrada dedicada al crucial paso del nomadismo al sedentarismo, ya tratamos sobre el problemático encaje que tiene la "propiedad privada" en la Naturaleza.
Para ilustrar musicalmente estos asuntos de tratar de "poner puertas al campo", "nuestros" árboles e ir a lo que importa, o sea a las versiones, hoy he elegido la canción "Out of our tree", compuesta en 1966 por los fabulosos Wailers de Tacoma (Washington), máximos exponentes del sonido Noroeste del garage americano más crudo y primitivo. Un tema que versionó, en la costa opuesta, desde Boston (Massachusetts), la primera banda de Jeff Conolly, los legendarios DMZ, en 1978.
¡Que las disfrutéis!:
1) The Wailers (1966).
2) DMZ (1978).
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