En
alguna ocasión he comentado que el nombre de "
Mad Hatter", además del peculiar personaje de "
Alicia en el País de las Maravillas", proviene de una canción de los "
Stranglers" con ese mismo título. "
The Stranglers" fueron un grupo pionero del After-Punk británico que tuvo una personalidad y una calidad fuera de lo común. Se formaron en Guilford (Inglaterra) en 1974, si bien el nombre y apellido del bajista y cantante,
Jean Jacques Burnel, denotan un origen francés, lo cual se puso de manifiesto en su LP y canción de 1981, titulados "
La Folie", que podría traducirse como "la locura" (en su sentido más romántico), con el tema que le dá nombre cantado en francés. Se trataba de un álbum conceptual en el que exploraban el concepto del amor, e incluía el que sería uno de sus mayores éxitos: "
Golden Brown".
Esto viene a cuento, porque, tal y como ya había anunciado la familia "
Hatter" ha estado cinco días de vacaciones en las playas de la costa atlántica francesa, concretamente en la bella ciudad de
La Rochelle. Un activo puerto y centro comercial desde el siglo XI, que ha sufrido muchos abatares por su desafortunada tendencia a ponerse del lado equivocado: el de los ingleses y los calvinistas, por citar un ejemplo. Ello desembocó en la cruel destrucción de la ciudad por el
Cardenal Richelieu en 1628, razón por la que susbsisten tan pocos recuerdos en el centro histórico anteriores a esa fecha.
La gloria de
La Rochelle es el antiguo puerto rodeado de augustos edificios, convertido en el mayor centro de vela de la costa francesa del Atlántico. La entrada del puerto está guarnecida por dos soberbias torres situadas a ambos lados de la misma: la
Tour de la Chaîne y la
Tour de St. Nicolas. Muy cerca también se encuentra la
Tour de la Lanterne, del siglo XV, cuyos muros interiores están cubiertos por antiguos graffitis realizados por los presos que allí estuvieron encerrados, en su mayoría marineros extranjeros, entre los siglos XVII y XIX.
En la actualidad, la ciudad sigue manteniendo estrechas relaciones con el pueblo británico, debido a que en las proximidades hay un aeropuerto en el que opera una línea de vuelos baratos (
Ryan Air), que trae todos los días, principalmente en verano, a cientos de turistas del Reino Unido, los cuales disfrutan del privilegiado microclima y la excelente gastronomía de
La Rochelle.
Muy cerca, en el extremo Oeste de la costa, a una distamcia de 3 km., se encuentra la
Isla de Ré, famosa por sus criaderos de ostras y por sus salinas, en las que se produce una de las mejores sales del mundo, la "
Fleur de Sel". Desde
La Rochelle se puede ir tanto en barco, en los cruceros que salen diariamente del puerto, como por tierra (en coche, en bici o a pie), a través del puente de 3 km. que se construyó en 1988 y que aún sigue provocando disputas entre los lugareños. En la isla también se cultivan algunos viñedos que producen vinos de excelente calidad, y se crían unos graciosos
burros lanudos autóctonos (ver foto de abajo).
La Rochelle es una ciudad excelente para pasear y andar en bici, ya que, además, fuera de las zonas peatonales y los parques, el tráfico suele ser bastante horrible y caótico, especialmente durante la época estival. Nosotros, nada más llegar, dimos un paseo junto a la playa y por el puerto, donde nos encontramos con el bello y efímero "monumento" de arena que veis en la foto de arriba, y degusté algunas de sus afamadas ostras regadas con un buen vino blanco (
Musquette), más que nada para quitarme la arena de la boca (je, je)(foto del centro).
Otros días tuvimos ocasión de probar los platos típicos de la zona: "
Moules avec frites" (mejillones al vapor con patatas fritas), muy suaves y exquisitos; un delicioso y contundente cocido de
Cous-cous con verduras, garbanzos y carnes de todo tipo; los afamados quesos franceses; así como las dulces y sabrosas "
Mirabelles", unas pequeñas ciruelillas muy ricas y que vienen muy bien para "regularizar" nuestro maltrecho tracto digestivo, tan propenso a desequlibrarse durante los viajes, ya se sabe.
La Rochelle les encanta a los niños por los muchos atractivos que tiene para ellos como son: el minizoo que hay dentro de su mayor parque, donde pueden dar de comer a gamos, cabras, patos y burros, montar unos curiosos coches de caballos a pedales, jugar al minigolf, retozar en los castillos hinchables, ver espectáculos callejeros de mimos, magos o perros amaestrados, visitar el curioso "
Museo de los Autómatas", repleto de muñecos y robots antiguos, así como de preciosas maquetas de barcos y trenes, y, por supuesto, atiborrarse de creps, gofres, helados,
chichis (churros) y chucherías.
Sólo tiene un par de inconvenientes: el primero es que no resulta nada barato; y el segundo es que en verano hay mucha, demasiada gente, y los días de lluvia, que por estas latitudes siempre toca alguno, todo el mundo se concentra en dos lugares: el centro comercial (
Carrefour) y el espléndido "
Aquarium", ambos enormes, pero no lo suficiente como para acoger a la ingente cantidad de turistas que durante los días de sol se distribuyen por las numerosas playas, restaurantes y diversos centros de ocio al aire libre.
Y para terminar igual que como he empezado, retomo el tema musical (cómo no), de los 80 (para variar), ya que no han sido muchos los grupos franceses que han llamado mi atención, entre ellos están:
Les Spurs (beat),
Les Thugs (garaje),
Kid Pharaon & the Lonely Ones (una mezcla entre
Jonathan Richman y
John Cale) y
Gamine, éstos últimos son quizás los que alcanzaron una mayor fama a nivel internacional con su gran éxito, "
Julie, Julie", incluido en un disco producido nada más y nada menos que por
Chris Wilson (
Flaming Groovies) y
Robin Wills (
Barracudas), del cual podeis disfrutar en el siguiente video: