Desde que la inmensa mayoría de los seres humanos abandonamos la vida
nómada y nos establecimos en pueblos y ciudades, nos apegamos a un territorio determinado, trazamos fronteras, pusimos vallas, cercados, puertas y candados. Lo que nos obliga a defender nuestra tierra, nuestra “
patria”, mediante ejércitos armados a los que hay que dotar, mantener y estructurar mediante una cadena de mando regida por un orden jerárquico, en cuya cabeza se encuentra el
Rey o monarca, es decir, nació la “
Monarquía”.
Las sociedades más sabias se dieron cuenta que es imposible que el Rey supiese de todo, por lo que necesitaba de un consejo asesor de sabios, ancianos o expertos en cada una de las materias, que le ayudase a tomar las mejores decisiones. Además, se dieron cuenta que cuantas más personas participan en la toma de una decisión, mejor será aceptada y asumida por el pueblo. Así fue como los antiguos griegos inventaron la Democracia.
Sin embargo, este nuevo régimen no frenó las ansias expansionistas del ser humano y su afán por imponer sus propias ideas a los demás, invadiendo territorios y acaparando todas las riquezas que le sea posible. Un problema que aún no hemos solucionado y seguimos buscando la forma en la que estructurar los territorios y las culturas, así como equilibrar y consensuar los poderes, para que todos los pueblos convivamos en paz, sin matarnos entre nosotros, sin esquilmar el planeta Tierra y con la máxima igualdad, progreso, libertad y justicia que sea posible.
Resulta evidente que una forma de avanzar en esta búsqueda es a través de fomentar la comunicación y la
participación, como atestigua el creciente interés para el desarrollo de la transparencia y la participación ciudadana en la toma de decisiones. Incluso la Administración pública donde trabajo (Gobierno de La Rioja) impartió un curso de participación ciudadana para aquellos funcionarios que quisimos asistir (ver foto del 22/04/2022).
Un sabio dicho popular que todo el mundo conoce y comparte es “la unión hace la fuerza”. Por ese motivo hemos creado la Unión Europea, sin embargo, en el seno de la Europa actual no son pocos quienes no se sienten a gusto con la actual estructura territorial, siendo esta problemática fuente de grandes tensiones y discrepancias que dificultan enormemente o impiden la correcta gobernabilidad y el avance de la sociedad.
Una forma que me parece correcta y adecuada para desenredar este nudo histórico es a través de la participación, aprovechando la gran velocidad de comunicación que nos ofrecen las nuevas tecnologías. Actualmente, es posible que miles de personas muy distantes entre sí, debatan sobre un mismo tema, lleguen a conclusiones y voten en un tiempo razonable y con las debidas garantías de veracidad que garanticen que nadie haga trampas. Sería posible que, para todos los asuntos importantes sobre los que hay que tomar una decisión, se comenzase a nivel de barrios, de forma que cualquier persona pueda aportar ideas o propuestas en un tiempo razonable (dos semanas) para que éstas sean debatidas y votadas, explicando por qué se elijen unas opciones y se desechan otras. Las propuestas elegidas en cada barrio serán de nuevo agrupadas debatidas y votadas en el siguiente nivel: la ciudad. Y así sucesivamente ascendiendo la escalera de los distintos niveles: Barrios-Pueblos y ciudades-Comarcas-Provincias-Comunidades Autónomas-Estados-Zonas europeas-Unión Europea. De forma que se posibilita la participación de todos los ciudadanos en todos los territorios, debatiendo, argumentando, explicando y votando todas y cada una de las decisiones que rigen nuestras vidas. Entiendo que en la actualidad sería posible ir de la plaza del pueblo a Bruselas en unos 6 meses, mediante un proceso telemático de encuestas, debates y votaciones, para los que cada vez existen más aplicaciones y programas informáticos: Mentimeter, Trello, Miro, Jamboard.
Para ello, evidentemente, sería imprescindible establecer unos equipos multidisciplinares que incluyesen expertos en cada materia, pero también usuarios, gestores y asociaciones de diversa índole, al objeto de tener el mayor número posible de puntos de vista.
Otro asunto de vital importancia para la credibilidad del sistema, sería contar con equipos de informáticos, interventores y árbitros, lo más independientes, fiables y honestos que fuese posible, para que velasen por la corrección, veracidad y honestidad de todo el proceso, en cada uno de los escalones o niveles.
Igualmente importante es informar correcta y verazmente al conjunto de la sociedad de las decisiones que se toman, por qué se toman y cuánta gente ha participado en la toma de cada una de las decisiones. Para ello sería fundamental contar con equipos de informadores y comunicadores en el máximo número de foros: medios de comunicación, redes sociales, charlas presenciales, reuniones vecinales, etc.
Resuena en el sombrero: "
Come together".-
The Beatles (Liverpool (UK), 1969).
