Cuando era pequeño, a veces jugaba con la cabra del pastor del pueblo al que solía ir a veranear con mi familia. Recuerdo que la llamábamos “Norte”, debido a que tenía un largo pelo rubio y unos grandes cuernos que nos recordaban a un vikingo.
Los pueblos bárbaros del Norte (Vikingos, Hunos y Godos) siempre se han caracterizado por dedicarse al asedio y pillaje de los pacíficos y civilizados pueblos del Sur, cuna de antiguas y grandes culturas, como los Egipcios, los Griegos y los Romanos. Concretamente, a la civilización Griega le debemos el nacimiento de asuntos tan importantes como la Filosofía, el Deporte (*) y la Democracia.
En estos tiempos, afortunadamente, ya no nos dedicamos a guerrear y tratar de expoliar al vecino a fuerza de espadas, hachas, lanzas, escudos, arcos y flechas, sino que ahora utilizamos armas mucho más civilizadas, sofisticadas y sutiles, a través de los mercados y los “rescates financieros”, pero el resultado viene a ser el mismo, es decir, que los serios, racionales y trabajadores pueblos del Norte mantienen su dominio y control sobre los informales, pícaros y golfos pueblos del Sur. Por fin el Norte ha recuperado su posición natural, es decir, los que mandan son los del Norte, como tiene que ser y “como Dios manda” (*).
Sin embargo, muchos tenemos la sensación de que hemos perdido el Norte, más que nunca, por lo que convendría pararse, centrarse, reflexionar, recuperar la esencia fundamental de la vida y volver a las raíces.
Es conocido el dicho de “
la cabra tira al monte”, el ganado caprino siempre ha sido visto por los forestales plantadores de árboles como el enemigo a batir. Si bien, es una de las mejores formas que ha encontrado el hombre para sacar provecho de los duros pastos leñosos y los
pétreos ramajes que cubren los desolados páramos y las agrestes sierras ibéricas, convirtiendo en alimento rico en proteínas (leche y carne) los duros matorrales que subsisten sobre los suelos secularmente descarnados.
Ciertamente, todos llevamos una “cabra” dentro que debemos controlar para no dejarla desbocada a su libre albedrío, de forma que nos tire y nos arrastre a la pereza, a la ira o a la avaricia.
Tampoco es buena la estrategia de la “
avestruz”, que en demasiadas ocasiones hemos adoptado los despreocupados y timoratos pueblos del Sur, sin afrontar los problemas a su debido tiempo.
Para ello, nada mejor que escuchar los relajados y serenos sonidos de folk moderno que nos trae la banda escocesa “The Magnetic North” (segunda foto) que han versioneado a los “Beach Boys” en su época más gloriosa del “Pet Sounds” (en la primera foto Brian Wilson, tras la famosa foto de portada con las cabras).
¡Cabritas y avestruces a mi!
Resuena en el sombrero (desde el Sur de Europa y el Norte de España): “
You Still Believe in Me”.-
The Magnetic North (Scotland (UK), 2012).
(*- Si bien el Sur sigue manteniendo su supremacía en muchos deportes ¡Aupa Nadal! ¡Viva La Roja!).