Uno de los momentos más emocionantes en la vida, es cuando ves que tu hijo comienza a gatear, tan sólo se trata de unos pocos centímetros arrastrándose sobre la alfombra, pero significa que, por primera vez en su vida, tu hijo es capaz de desplazarse por sí mismo, sin la ayuda de sus padres.
Hasta ahora, había que llevarlo en brazos o en cochecito para ir de un lugar a otro, cuando se sentaba había que vigilarlo para que no se cayese, pero ahora, de repente, le ves gatear de un extremo al otro de la habitación ¡Ya no te necesita para moverse a corta distancia, ni para alcanzar los juguetes! Aunque su mayor movilidad exigirá un plus de atención a partir de ahora, pero no importa, es una buena señal, significa que está creciendo, que se está haciendo mayor.
Gatear no es ninguna tontería, implica tener que alzarse sobre el suelo y coordinar adecuadamente los movimientos de las cuatro extremidades. De hecho, en algunos colegios realizan el ejercicio o actividad de gatear, incluso hasta los 14 ó 16 años, ya que se ha comprobado que esto activa áreas del cerebro que fomentan la creatividad y el equilibrio emocional y mental del individuo, disminuyendo nuestro ego y potenciando nuestro “yo” verdadero. Es algo que nos acerca a nuestros antepasados cuadrúpedos, así como a la Madre Tierra.
¡A gatear my baby!
Resuena en el sombrero: “Be My Baby”.- The Ronettes (New York (USA), 1963).
Foto by Mad Hatter.