Particularmente, el movimiento psycodélico, muy relacionado en sus orígenes con el consumo de ciertas drogas alucinógenas, como el ácido lisérgico (ver entrada del 11 de octubre "Puro Sandoz"), con su estética delirante, multicolor, fantástica y libertaria, siempre ha tenido un gran atractivo para bastante gente joven y no tan joven.
Últimamente se vuelve a escuchar por la radio el penetrante sonido del sittar, tan característico de la influencia de la música hindú en la psicodelia y que introdujeron los Beatles en la música pop, a mediados-finales de los 60.
Ayer sin ir más lejos escuché por casualidad en la radio a un nuevo grupo de Lisboa (Portugal), llamados "Plastica" que copia descaradamente el sonido y hasta parte del nombre de uno de los grupos más exagerados y estrambóticos del "revival" psycodélico de los 80, como fueron "Plasticland", de Milwaukee (Wisconsin, USA).
Parece que a los portugueses les va mucho este rollo de la psycodelia, porque también hay otro grupo de los que utilizan sittar llamado "Saturnia".
La verdad es que en la actualidad no soy ningún experto en este tipo de música (ni en ninguna otra), ya que he desconectado bastante del mundillo de la escena "underground", se que (como casi siempre desde los Beatles) hay infinidad de grupos británicos seguidores de este estilo. Pero los americanos, especialmente los californianos y en particular los habitantes de San Francisco, la ciudad hippy por excelencia, siempre han sido insuperables. Particularmente interesantes resultan para mí esos grupos en los que se mezcla la influencia psycodélica con sonidos más tradicionales provenientes del folk e incluso del country, como son "Beachwood Sparks" o "Kings of Leon", que siguen los pasos de bandas míticas de los 60 como Buffalo Springfield, The Byrds o Flying Burrito Brothers.
En cualquier caso, a pesar de las ligeras pinceladas de originalidad y de los inevitables toques de innovación tecnológica que se introducen en cada nueva oleada "revival", una vuelta al pasado por segunda vez ya me parece una excesiva "rumia", que resulta un tanto manida y hasta aburrida. Si bien en este caso no puedo ser muy objetivo, ya que yo, como es lógico, me quedo con el primer "revival" de los 80, ya que lo considero mucho más energético, efervescente, imaginativo y creativo que el actual, sin que nunca pueda nadie llegar a superar a los auténticos y legendarios padres hippies de los 60.
Resuena en el sombrero: "Nothing´s From Today" The Vipers (New York, 1984).