jueves, diciembre 23, 2021

VERSIONES DE UNA VIDA (LXV)


Ayer, el programa de TVE1 “Lazos de Sangre” estuvo dedicado a la figura de Alaska y, como no podía ser de otra forma, inevitablemente salió su marido Mario Vaquerizo que, frente a todo pronóstico, constituyen una de las parejas más duraderas de la farándula y el famoseo español.

Siempre que veo a Mario no puedo evitar acordarme de dos artistas de talla infinitamente superior, como son Ray Davies y Greg Prevost (pido perdón, de nuevo, por tamaña herejía).

Me resultó muy curioso y sorprendente cuando pusieron un trozo de una entrevista que le hicieron a Alaska en 1984, en la que describía al hombre de sus sueños y coincidía enormemente con la imagen actual de Mario, aunque ya era predecible que le gustaría un tipo alto, delgado, de largo pelo negro, vamos... el típico “crápula rockero”.

Y es que, por muy modernos y sofisticados que nos creamos, en el fondo todo es mucho más sencillo. Los tres acordes del “I Need You de The Kinks son imbatibles y eternos, como demuestra una curiosa y reciente versión instrumental realizada por los franceses Les Robots.

Mucha salud y disfrutadlas!:

1) The Kinks (Londres, 1965).

2) Les Robots (París, 2021).

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viernes, diciembre 10, 2021

LOS EXTREMOS SE TOCAN (XXXIII)


A finales de los 70, el movimiento “Punk” surgió como un revulsivo a la comercialización de la música y la cultura. Fue una revolución juvenil que reivindicaba la inmediatez, la desinhibición, la espontaneidad, el hazlo tú mismo y la libertad, que tuvo cierta conexión con el “Anarquismo”.

Años más tarde, a principios de los 80, el Punk se fue oscureciendo, dejándose influenciar por el cine de terror, el “Gore” y la literatura más tenebrosa del romanticismo, en lo que se llamó “Afterpunk siniestro” o “Rock Gótico”.

Por eso, a quienes vivimos aquellos tiempos, se nos clava una espina en el corazón cuando vemos camisetas de Los Ramones a la venta en los grandes almacenes, y suena su música en el hilo musical de los centros comerciales.

El capitalismo lo absorbe todo y, en cierto modo, todo se frivoliza. De forma que se ha llegado a la paradoja que la imagen de artistas tan oscuros, singulares y alternativos como Jeffrey Lee Pierce (Gun Club) y Nick Cave (Birthday Party) haya llegado a tener cierta similitud con la de políticos conservadores como José María Aznar (España) y Boris Johnson (Reino Unido), y no sólo porque algunos de los viejos punks han cambiado la chupa de cuero negro por el traje de chaqueta azul marino, por el alborotado peinado de algún político un tanto estrambótico, o por la muerte del Anarquismo. Sino porque hay algo misterioso y terrorífico en la forma en la que todo evoluciona.

Pido perdón, de antemano, por la herejía que supone la publicación de esta entrada, pero me apetecía reflexionar por la forma en la que todo y todos evolucionamos, envejecemos, cambiamos y vamos decayendo, inexorablemente. Así como, por el misterio y el terror que siempre están presentes en nuestras vidas, a veces de forma solemne, y otras de un modo un tanto ridículo y sorprendente.

Resuena en el sombrero: “Hand of God”.- Nick Cave & Warren Ellis (París, 2021).

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