miércoles, enero 30, 2019

VERSIONES DE UNA VIDA (XXV)




Es evidente que la realidad del mercado y el pragmatismo económico se están imponiendo en las actuales políticas y en el funcionamiento y la organización de los Estados y las Asociaciones Supranacionales, como la Unión Europea.

Sin embargo, por alguna misteriosa ley de equilibrio universal o para contrarrestar las a menudo brutales y despiadadas leyes del mercado, la cultura empresarial está evolucionando hacia una paulatina y cada vez mayor conciencia social.

En los años 50-70 del pasado siglo, se desarrolló el “marketing”, una palabra evidentemente relacionada con la actividad mercantil. En los 90, se empezó a hablar del concepto de “calidad total”, que no sólo implicaba un cierto nivel de compromiso con los clientes (externos), sino también con los propios empleados (que pasaron a denominarse “clientes internos”), así como con la sostenibilidad y el medio ambiente.

Desde hace pocos años, se ha avanzado un paso más hacia la llamada “responsabilidad social”, que conlleva hacer copartícipes de las decisiones que se tomen, tanto a los potenciales clientes como a los trabajadores y empleados internos, es decir a la práctica totalidad de la sociedad, que parece estar obsesionada por los principios de “transparencia”, “participación ciudadana” y “honestidad”. Si bien, en el momento actual, los hechos demuestran que existe una notable carga de hipocresía, lavado de imagen, paripé y, en definitiva, falsedad.

Este “quiero y no puedo” o, mejor dicho, “no quiero, pero doy la impresión de que sí lo hago (de cara a la galería)”, es algo que también afecta a los partidos políticos, como se ha visto muy claramente en la evolución seguida por “Podemos”, partido que me ilusionó (como a tantos otros) en sus inicios y que motivó mi efímera inmersión en la escena política local (ver 3ª foto de la 1ª rueda de prensa de "Podemos" en La Rioja, el 12 de marzo del 2014).

La música también se ha interesado y se interesa por la política, como en tiempos de la famosa "canción protesta" en los 60-70; las estrellas más rebeldes del folk, como Pete Seeger y Bob Dylan; del country, como Johnny Cash y Willie Nelson; o del rock, como Neil Young y Bruce Springsteen, entre otros. Así como el punk más reivindicativo de bandas legendarias como The Clash e incluso grupos mods, no menos míticos, como The Jam.

Actualmente, hay bandas españolas de pop que hacen canciones con mucho contenido político, como León Benavente, Vetusta Morla y Amaral.

Pero la letra que he encontrado que mejor refleja la escena política actual, curiosamente, fue compuesta en 1966 por un grupo de las antípodas (Auckland, Nueva Zelanda), llamado The Bluestars (1ª foto), que versionaron en 1987 mis querdidos Chesterfield Kings (Rochester, New York) y que dedico a Pablo Iglesias "Coleta Morada":

"SOCIAL END PRODUCT":

"I carry my girl through the mean city street
I change my mind with every week
I don´t stand for the dream
In a house where those traditions mean
.

I´ve been labeled as an angry young man
Because I don´t fit into the master plan
Under society´s microscope
I look funny but it´s no joke
.

I´m a social end product so don´t blame me
I´m a social end product of society
It´s not my fault that I don´t belong
It´s the world around me that´s gone all wrong
.

How did you expect me to turn out?
Do you want me just a little boy scout?
Before you start to criticize me
Take a look and you will see
See, see, see
".

Que las disfrutéis!:

1) The Bluestars (1966).


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