jueves, septiembre 06, 2018

VERSIONES DE UNA VIDA (X)



A menudo escucho decir “El Rock and Roll es el nuevo Jazz”. Ciertamente, el rock nunca morirá. La explicación de por qué esta música ha conseguido atrapar a millones de personas de varias generaciones es muy sencilla (y compleja a la vez). Básicamente, el Rock´n´Roll consigue conectar, de una forma intensa y divertida, los valores más elevados del ser humano, como es el amor universal, con nuestros instintos más primitivos (no diré la palabra “bajos”), como es la energía vital, más concretamente, el impulso sexual. Sin ocultar nuestro lado más oscuro y sin desvelar el profundo misterio que encierra todo ello.

Y este eje, del que también nace el Soul, el Pop y el Punk, indefectiblemente pasa por… Litlle Richard. Sobre todo hay una canción que me parece que aglutina el compendio de todo, y lo más fundamental, de lo que va todo esto, incluidas las redes sociales y los blogs, que no es otra cosa que la COMUNICACIÓN, en su sentido más positivo y universal, es decir, el envío de mensajes de amor, sin esperar nada a cambio y, muchas veces, desesperados, como es este desgarrador canto titulado “Send me some lovin´” que la “Reina del Rock´n´Roll” lanzó en 1956 y que ha sido versionado por innumerables artistas tan geniales como Buddy Holly, Otis Redding, Sam Cooke y un largo etcétera. Los últimos en hacerlo son unos chicos de San Roque (Cádiz) que han vuelto a agarrar el contrabajo y la armónica para revivir las raíces del Rock and Roll más auténtico, genuino y primitivo ¡Ole por ellos!”.

Que las disfrutéis:

1) Little Richard (1956).

2) Howlin´ Ramblers (2017).

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