Cuando se tratan temas de mejora genética forestal, en la que se seleccionan especies, variedades, procedencias, ecotipos e individuos (árboles “plus”), suele emplearse un lenguaje que a menudo suena un tanto clasista e incluso “racista”.
Así, los anglosajones emplean el término “softwood” para referirse a las coníferas y la madera que estas producen, con independencia de su dureza; mientras que denominan “hardwood” a las frondosas y a su madera.
Por lo general, cuanto más rápidamente crece un árbol, antes se corta (el turno es más corto) y la madera suele ser más blanda y de peor calidad (como la de chopos, eucaliptos y algunos pinos), por lo que suele usarse para las industrias papeleras, de tableros de fibras, contrachapados, envases y tablas de baja calidad. Mientras que las maderas más duras, que tardan más en crecer, suelen reservarse para usos más “nobles” como carpintería, ebanistería, muebles, barcos, herramientas, artículos deportivos, instrumentos musicales y esculturas.
En Europa, las maderas nobles provienen de especies de frondosas, tales como: el nogal (Juglans regia), el castaño (Castanea sativa), el cerezo (Prunus avium), el roble albar (Quercus petraea), el roble americano (Quercus rubra), los tilos (Tilia platyphyllos y T. cordata), los fresnos (Fraxinus excelsior y F. angustifolia), los arces (Acer pseudoplatanus, A. campestre y A. opalus), el peral (Pyrus communis var. pyraster) y los serbales (Sorbus sp.).
Éstos últimos quizás sean los menos conocidos y, al tratarse de especies “secundarias” (otro término clasista) que suelen vivir diseminadas de manera escasa y puntual en el seno de masas forestales más extensas de las especies denominadas “principales”, debido a su escasez y a la calidad de su madera, alcanzan elevados precios en el mercado, como sucede con el Serbal o Peral de monte (Sorbus torminalis).
Otra especie de serbal muy interesante es el denominado Pomar (Sorbus domestica), que produce una madera muy similar a la del S. torminalis, de mayor calidad que la del cerezo, y que además produce frutos comestibles. El Pomar presenta una acusada dominancia apical, escasa ramificación (como puede apreciarse en la tercera fotografía), es resistente a la sequía, puede vivir en climas continentales, con gélidos inviernos y tórridos veranos, y se adapta muy bien a suelos pesados arcillosos, que se encharcan durante el invierno y permanecen secos en verano. El nombre de “domestica” es debido a que era plantado con frecuencia en los ribazos, bordes de viñas, setos y huertos, por ser uno de los árboles frutales más duros y rústicos que existen en muchas zonas de la Península Ibérica.
Aunque la madera del Pomar es de mayor calidad que la del cerezo, tarda más tiempo en crecer que éste, de modo que si los cerezos se cortan a los 40-60 años, el pomar no bajaría de los 80, para poder alcanzar los diámetros de corta apropiados (60 – 70 cm).
La segunda foto corresponde a un pomar de 2 savias (años de cultivo) recién plantado, en el año 2005, en una ladera del valle del Ebro (Galilea, La Rioja), bastante seca y venteada, sobre suelos arcilloso-limosos, que se repobló en mezcla con Pino carrasco (Pinus halepensis). Cinco años más tarde, en junio de 2010, ese ejemplar se había secado, debido sin duda a las duras condiciones de la estación, pero unos metros más abajo todavía subsisten algunos pies que llegan a alcanzar 1,90 metros de altura y 2 cm. de diámetro (como el de la tercera foto).
En una estación más apropiada, en la Sierra de Cameros, en una ladera de escasa pendiente, aunque con suelos que también se encharcan en invierno y se secan en verano (sin riego), podemos encontrar ejemplares como el de la cuarta foto, que con 10 años tiene 3,30 m. de altura y 3,5 cm. de diámetro.
Con estos datos y teniendo en cuenta las curvas de crecimiento (más conocidas) del cerezo, no es aventurado estimar las siguientes curvas de crecimiento en altura y diámetro para el pomar:
El único inconveniente que presenta esta especie es que puede ser atacada por el peligroso “Fuego bacteriano” (Erwinia amylovora), nefasta enfermedad que afecta a los frutales de pepita y otras rosáceas leñosas. Si bien, parece que el pomar no es especialmente sensible.
Durante los últimos años, han proliferado empresas que promocionan la plantación de árboles de madera de calidad, como una forma de inversión de alta rentabilidad y que además es sostenible, ecológica y que aporta unos beneficios seguros y tangibles (no especulativos). Si bien, las premisas de las que parten y las previsiones que anuncian no son del todo lo realistas, en la mayoría de los casos. Sin embargo, esto no es óbice para considerar que la plantación de árboles es una inversión económicamente viable y digna de ser promovida, por los beneficios indirectos que reportan al medio ambiente y al conjunto de la sociedad, motivo por el que son o han sido subvencionadas mediante fondos públicos (cofinanciados por la Unión Europea), ya que se trata de inversiones que requieren unos fuertes desembolsos iniciales, mientras que los beneficios directos se generan a medio o largo plazo. Para los que quieran hacer números, las cifras más fiables que he conseguido recopilar, son estas:
Una plantación de nogales para madera tiene un crecimiento comprendido entre 1 y 3,5 m3/Ha.año, 2,5 a 8 m3/Ha.año en el caso del cerezo. El precio medio de la madera en rollo de cerezo y nogal para tablón está entre los 120 y 180 €/ m3, si bien el precio de la mejor chapa extra alcanza los 1.300 €/ m3. El coste aproximado de una plantación de este tipo, incluida la compra de terreno, establecimiento de la instalación de riego por goteo, clareos, laboreos, podas y tratamientos fitosanitarios es de unos 37.000 €/Ha.
Durante los últimos años, han proliferado empresas que promocionan la plantación de árboles de madera de calidad, como una forma de inversión de alta rentabilidad y que además es sostenible, ecológica y que aporta unos beneficios seguros y tangibles (no especulativos). Si bien, las premisas de las que parten y las previsiones que anuncian no son del todo lo realistas, en la mayoría de los casos. Sin embargo, esto no es óbice para considerar que la plantación de árboles es una inversión económicamente viable y digna de ser promovida, por los beneficios indirectos que reportan al medio ambiente y al conjunto de la sociedad, motivo por el que son o han sido subvencionadas mediante fondos públicos (cofinanciados por la Unión Europea), ya que se trata de inversiones que requieren unos fuertes desembolsos iniciales, mientras que los beneficios directos se generan a medio o largo plazo. Para los que quieran hacer números, las cifras más fiables que he conseguido recopilar, son estas:
Una plantación de nogales para madera tiene un crecimiento comprendido entre 1 y 3,5 m3/Ha.año, 2,5 a 8 m3/Ha.año en el caso del cerezo. El precio medio de la madera en rollo de cerezo y nogal para tablón está entre los 120 y 180 €/ m3, si bien el precio de la mejor chapa extra alcanza los 1.300 €/ m3. El coste aproximado de una plantación de este tipo, incluida la compra de terreno, establecimiento de la instalación de riego por goteo, clareos, laboreos, podas y tratamientos fitosanitarios es de unos 37.000 €/Ha.
Fotos by Mad Hatter: 1) Parcela de ensayo de distintas procedencias de cerezo (Prunus avium), en Albelda de Iregua (La Rioja), midiendo con la forcípula un ejemplar autóctono (procedente de la Sierra de la Demanda) de porte extraordinario (la foto no está trucada y el hombre tiene una estatura normal). 2) Pomar (Sorbus domestica) de 2 savias en Galilea (La Rioja), recién plantado en el año 2005. 3) Pomar próximo al anterior, 5 años más tarde (junio de 2010), sin riego. 4) Pomar de 10 años de edad en un prado de la Sierra de Cameros (La Rioja), sin riego. 5) Pomar de 150 años de edad en Oliván (La Rioja), declarado árbol singular, con un diámetro de 80 cm y una altura de 13 m. 6) Nogal (Juglans regia) procedente de una nuez que ha germinado entre los escombros de un solar (Logroño, La Rioja), porque en ocasiones las especies nobles pueden vivir en lugares no tan nobles.