jueves, febrero 01, 2007

LOBOS

El abandono del campo y el desarrollo de las poblaciones de caza mayor han traido consigo el regreso de una auténtica leyenda, un proscrito, un personaje olvidado de nuestros cuentos e historias rurales más ancestrales: -EL LOBO-.

Pronunciar su nombre sigue siendo tabú en muchos pueblos ganaderos de la sierra, los cazadores mongoles tampoco se atreven a nombrarlo y emplean un lenguaje de símbolos para referirse al animal sagrado en el que habitan los espíritus de sus antepasados. Por ejemplo, si un lobo ha matado un potro y quieren salir al día siguiente a abatirlo, cogen un trozo de boñiga de caballo, hacen una pelotita y se la pasan de unos a otros cuando están reunidos frente al fuego a la hora de cenar y, sin decir una sola palabra, todos saben lo que tienen que hacer a la mañana siguiente.

Estos cazadores mongoles son expertos cetreros, capaces de abatir un lobo estepario mediante la utilización de Águilas reales amaestradas. Una vez abatido el lobo, le piden perdón, rezan una oración, le arrancan la piel y la sacuden al viento para liberar su alma.

El éxito del lobo reside en su gran inteligencia, su capacidad de adaptación y en la jerarquizada estructura social de sus manadas, de forma que el líder siempre es el animal más inteligente y más fuerte, y debe demostrarlo constantemente para continuar en el cargo. Sólo el macho y la hembra "alfa" se reproducen, los demás son colaboradores que trabajan para el éxito y la superviviencia de toda la manada. La caza se realiza mediante un trabajo en equipo perfectamente coordinado. Una vez abatida la pieza, los lobos comen siguiendo un estricto orden jerárquico, y han desarrollado un complejo lenguaje de signos y actitudes para evitar, en la medida de lo posible, los conflictos, las peleas y sobretodo el derramamiento de sangre entre congéneres.

Pero el lobo no sólo es una máquina de matar perfecta, también tienen su corazoncito, se enamoran, tienen celos, se deprimen, tienen sus venganzas, resquemores y rencillas. A veces, en el territorio de la manada, aparece un macho nómada solitario y se enamora de una loba marginada de rango inferior, huyen juntos en la oscuridad de la noche y buscan un lugar apartado y solitario donde fundar una nueva manada. El trato que procura el lobo para con su amada es exquisito, delicado, caballeroso, el juego de la seducción entre ellos es largo, laborioso y complicado, pero finalmente triunfa el amor, la pasión corre a raudales y muy pronto resonarán en el valle los aullidos de los orgullosos padres llamando a su camada, proclamando que una nueva manada domina la vida y la muerte en el valle.

Aprendamos de los lobos, elijamos mejor a nuestros líderes, y evitemos que se cumpla el viejo adagio: "Homo lupus homini est" (El Hombre es un Lobo para el Hombre).

(Ilustración: "Lobos del Norte" óleo de Manuel Sosa, 2005)

Resuena en el sombrero: Will the Wolf survive?.- Los Lobos (Los Ángeles, 1984):

No hay comentarios: