jueves, octubre 05, 2023

VERSIONES DE UNA VIDA (XCIV)


En 1984, había que tener valor para pedirle a Jim Clark (The Byrds) que hiciese coros en una canción del primer álbum de los Long Ryders, concretamente en “Ivory Tower”, ya que era evidente que bebían en las mismas fuentes que sus ancestros californianos, si bien en aquella época el mítico músico no gozaba precisamente del gran reconocimiento del que nadie duda en la actualidad. Y había que tener talento y aún más valor para atreverse con una versión de uno de los más legendarios forajidos del Country como fue el gran Waylon Jennings (fallecido en 2002). Porque aquellos jovenzuelos con flequillos sesenteros se empeñaron en revitalizar sus raíces folk, imprimiéndole un ritmo más acelerado, casi Punk, pero sin perder las steel guitars ni la serena elegancia del Country. A mediados de los 80, consiguieron la increíble proeza de que muchos jóvenes, aguerridos y rebeldes punkies europeos conocieran este tradicional estilo musical y se ilusionasen con estos grandes clásicos (ver enlace del último vídeo del final).

Hace pocos días, se ha publicado una lista con los 10 mejores álbumes de Americana de todos los tiempos y, para sorpresa de propios y extraños, el “State of Our Union” (1985) de los Long Ryders está en el 5º puesto, por delante de la Credence Clearwater Revival o los Flying Burrito Brothers (el nº 1 lo ostenta el gran Steve Earle). Y también hay que recordar que hicieron una de las mejores versiones de la que para muchos es la mejor canción de la historia o, al menos, un auténtico himno generacional.

Encuadrados dentro del denominado "Nuevo Rock Americano", siempre he pensado que estos tipos merecerían que esculpiesen sus semblantes en la roca de una montaña, como hicieron en Mount Rushmore con los rostros de los principales Presidentes estadounidenses (1927-1941), en Dakota del Sur.

Aún recuerdo cuando les escuché por primera vez, hace ya 40 años, con aquel inolvidable “And She Rides” que parecía llegar galopando entre una colorida y serena niebla psicodélica, iluminando el oscuro panorama de los primeros 80. Dos años más tarde (1985), con aquella otra trepidante y épica canción en la que rememoraban la histórica expedición que realizaron Lewis y Clark a la Costa Oeste. Si bien una de mis favoritas siempre ha sido "Lights of Downtown".

Tras su último disco, en 1987, volvieron a reunirse a principios de los 2000 y en 2019 publicaron “Psychedelic Country Soul”, y en marzo de este año 2023 han sacado “September November” que están presentado estos días en nuestro país, esta noche tocan en “El Sol” de Madrid, el 7 de octubre lo harán en Bilbao y el 8 en Barcelona ¡¡¡Lástima que me pilla de viaje y no podré verles!!!

Hay que recordar a su bajista de siempre, Tom Stevens, quien falleció repentinamente por causas desconocidas el 23 de enero de 2021.

En la entrevista que Diego R. J. les hizo ayer en “El Sótano” de Radio 3, confesaron que su canción favorita de Long Ryders es “I Had a Dream” que abre su álbum “Native Sons” (1984) y fue compuesta por Stephen McCarthy.

Con respecto a la canción que hoy nos ocupa "(Sweet) Mental Revenge" (la dulce venganza de la Historia que siempre termina por reconocer el verdadero talento). A modo de anécdota personal, decir que el bueno de Waylon, para hacer que rimase con “train”, lo hizo pasar por la periférica y norteña ciudad de Caribou, en el Estado de Maine, que yo confundí con la palabra “mane” (melena), razón por la que siempre que la escucho pienso en la cabellera o barba (”dewlap”) que cuelga del cuello de los caribúes o renos norteamericanos.

¡¡¡Mucha salud y disfrutadlas!!!

1) Waylon Jennings (Texas, 1966).

2) The Long Ryders (California, 1984).

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