A menudo se utiliza el tren como alegoría de la vida, debido a que los viajes en tren tienen un principio y un destino final, durante el trayecto hay varias estaciones donde bajan y suben pasajeros con los que podemos compartir experiencias, información o conocimientos. El tren también puede atravesar túneles y puentes, superar obstáculos, enfrentarse a riesgos o momentos de peligro, sufrir accidentes, e incluso atropellar objetos o personas.
Por eso hay infinidad de canciones de todos los estilos que se refieren al ferrocarril, al tren o a sus vías. Enlazando con la última entrada, uno de los cantantes que se ha referido en más ocasiones al mundo del ferrocarril ha sido Johnny Cash, con canciones como "Rock Island Line" (1957), "Waiting for a train" (1962), "Casey Jones" (1962), "Orange Blossom Special" (1964) y "I´ve been working on the railroad" (1973), por citar algunas de las más famosas.
Ciertamente, el traqueteo y los sonidos propios del tren combinan muy bien con el estilo sincopado del "Boom-Chica-Boom" que caracterizó la música del "hombre de negro", sonidos éstos que, además, debieron quedar bien grabados en su memoria desde su más tierna infancia, cuando vivía con su familia en una humilde casa próxima a las vías del tren en Dyess (Arkansas).
Más que por la música en sí misma, Johnny Cash llegó a ser tan famoso porque era un excelente contador de historias, que a menudo versaban sobre las miserias, desgracias y grandezas de la clase trabajadora y de la gente más desfavorecida. Entroncando con el tema del ferrocarril, la canción que quizás sea más entrañable es la que le dedicó a Casey Jones, un maquinista de Kentucky que falleció heróicamente el 30 de abril de 1900, en Vaughan (Mississippi), cuando se dirigía de Memphis (Tennessee) a New Orleans (Louisiana), al permanecer a los mandos de un tren que iba a estrellarse inexorablemente contra otro que estaba parado en la vía, durante una noche con niebla y lluviosa, con objeto de poder frenarlo lo suficiente para que los pasajeros del tren estacionado salvasen la vida, a cambio de la suya. Si bien, la azaña del maquinista más famoso de la "Illinois Central Railroad" ya había sido rememorada a principios del siglo XX, por una balada que le dedicó un compañero suyo afroamericano llamado Wallace Saunders, en la cual debió inspirarse sin duda Johnny Cash cuando compuso ese espléndido tema, en 1962, incluido en su álbum "Blood, Sweat and Tears".
Pero la alegoría del tren también se ha utilizado para simbolizar el mal, un mal insaciable que va devorando a todos los pecadores que encuentra a su paso, esto al menos es lo que canta un moderno discípulo de la etapa más gospel y cristiana de Johnny Cash, como es Josh Turner, en la canción que le dió a conocer en 2003 "Long Black Train".
Se trata de un jovencito nacido en South Carolina el 20 de noviembre de 1977, poseedor de una voz extraordinariamente grave y profunda, con la que se está abriendo camino en el difícil y competitivo mundo del "mainstream". Posiblemente, la canción tenga algo que ver con la que en 1964 Johnny Cash cantara con la Carter family, titulada "Long Black Veil".
Otras canciones muy logradas de Josh Turner, en una línea parecida, son: "Lord have mercy on a country boy" y "Me and God", ésta última cantada junto a Ralph Stanley (leyenda del Bluegrass) y Diamond Río, ambas incluidas en su último LP "Your Man" (2005).
En la religiosa y puritana Norteamérica, lo cierto es que desde sus comienzos siempre ha habido músicos obsesionados con la idea del bien y del mal, la virtud y el pecado, los ángeles y el demonio, como por ejemplo le ocurrió a Jerry Lee Lewis (miembro del famoso "Million Dollar Quartet" de la "Sun Records" junto a Elvis Presley, Johnny Cash y Carl Perkins), quien estaba convencido de que todos los que tocaban, cantaban y bailaban rock´n´roll irían derechitos al infierno.
De nuevo aquí nos sirve la alegoría del tren, porque en las rutas del ferrocarril siempre hay dos sentidos, el problema surge cuando, en algún momento, dos trenes discurren en sentidos opuestos por la misma vía, como le pasó al pobre Casey Jones.
Resuenan en el sombrero: "Casey Jones + Orange Blossom Special".- Johnny Cash (Nashville, 1965); y "Long Black Train".- Josh Turner (Nashville, 2003). Dedicado a Manolo Fernández de "Toma Uno", por inspirarme esta entrada.