La emergencia del tecno-pop, a principios de los 80, supuso un auténtico aldabonazo para buena parte de la juventud del momento, en especial para los europeos, que anhelábamos que los avances tecnológicos de la época se trasladasen al mundo de la música popular. Lo paradójico fue que, ciertamente, las formas, las herramientas, los instrumentos, los sonidos e incluso la estética se cargaron de complicados aparatos electrónicos y aires vanguardistas, pero, en cuanto al contenido, parecía buscarse la quintaesencia de lo profundamente humano, a través de las máquinas. Es significativo que uno de los grupos más emblemáticos del tecno británico se llamase "Human League" (la Liga Humana).
Tras una era de predominio casi absoluto del funky negro norteamericano en las discotecas de todo el mundo, unos jovenzuelos paliduchos del "Viejo Mundo" alzaron la voz y sus sintetizadores para proclamar: "Aquí estamos, somos tecnológicos, incluso "cabezas cuadradas", pero también tenemos nuestro corazoncito, a nuestra manera, somos apasionados y también sabemos bailar".
Unos alumnos aventajados en esto de bailar con traje, corbata y pelo corto fueron los británicos "Depeche Mode". Si bien, rápidamente fueron evolucionando hacia una imagen más dura, ligada a una profundización hacia facetas más sociales, emocionales y psicológicas, llegando incluso a lo espiritual y religioso, tal es el caso del tema "Personal Jesus" (Martin Gore, 1989), que dice cosas como estas:
"Feeling unknown
And you´re all alone
Flesh and bone
By the telephone
Lift up the receiver
I´ll make you a believer
Take second best
Put me to the test
Things on your chest
You need to confess
I will deliver
You know I´m a forgiver".
Una canción que me impactó porque, al margen de sentimientos religiosos, expresa muy bien ese deseo que todos hemos sentido alguna vez de teletransportarnos en carne y hueso, a través del teléfono o del ordenador. Y todas las personas tenemos la necesidad de abrirnos, sincerarnos y confesar nuestros sentimientos más profundos y verdaderos a un confidente, un amigo o compañero de fatigas frente al que podemos relajarnos y quitarnos la careta sin miedo.
Ciertamente, las nuevas tecnologías han aumentado y acelerado mucho nuestra capacidad de comunicación, pero muchas veces a costa de eliminar las "inteferencias" de lo emocional, en los chats y mensajes escritos, ocultamos la información más humana que transmitimos a través de la voz, los gestos y el lenguaje no verbal, si bien, a pesar de ello, en ocasiones, las emociones son tan fuertes que parece como si las feromonas, la piel, el sudor y las caricias circulasen por la red.
Si "Depeche Mode" me impactaron, cuando en 2002, un anciano Johnny Cash versionó este tema, la sorpresa fue mayúscula, si bien, en el fondo, todo encajaba y tenía mucho sentido, nada chirriaba y, verdaderamente, consiguió descubrirme la esencia más profunda de esta gran canción, puesto que este gran artista, "el Hombre de Negro", marcó una etapa muy importante en mi vida.
¡Que las disfrutéis!
1) Depeche Mode (1990).
2) Johnny Cash (2002).