A principios de los 80, un protozoo multicolor creció como una mancha de aceite por el panorama musical, extendiendo sus viscosos pseudópodos por los cinco continentes. Se trataba del llamado movimiento “neopsicodélico” que surgió como una rama florida dentro de la oscura escena siniestra dominante en aquel momento, con grupos como los británicos The Chameleons, Echo & the Bunnymen, The Sound, Psychedelic Furs y los australianos The Church.
Algunos de ellos han conseguido sobrevivir a duras penas hasta nuestros días, como los Chameleons (actualmente se han visto obligados a adoptar el nombre de “Chameleons Vox”, por imperativo legal) que estos días están de gira por nuestro país o los Church, también de gira por Australia en compañía de los “Simple Minds” y DEVO !!! (Con la llegada de los fríos invernales quién pudiera irse a las antípodas para verles y disfrutar del cálido verano austral).
Pues sí, aquí hace frío y llueve, por lo que nuestros bosques se han llenado de extraños hongos multicolores. A menudo se hace referencia a la Naturaleza para caracterizar colores suaves (bosque, hoja, musgo, arena, cielo) pero hay algunos hongos silvestres que exhiben unos brillantes colores eléctricos que contrastan fuertemente con el entorno natural en el que crecen, despertando nuestros sentidos (ya que, además del color, también intervienen la forma, el tacto (la textura), el olor y el gusto), con auténticos latigazos que llaman poderosamente nuestra atención.
Este el caso de la Tremella aurantia, un ascomiceto que parasita al basidiomiceto Stereum hirsutum, un hongo de pudrición de la madera. Su color amarillo vivo contrasta con el gris con reflejos azulados de la madera muerta húmeda en la que se desarrolla (1ª foto). A menudo se confunde con una especie similar, Tremella mesenterica, que parasita a especies del género Peniophora. No es tóxica, pero tampoco suele comerse debido a su escaso sabor y a su consistencia blanda y gelatinosa, si bien parece que posee propiedades medicinales inmunoreguladoras, por lo que es consumida por los chinos (¡cómo no!) para hacer una sopa en la que también añaden semillas de loto, bulbos de azucena y jojoba.
Otra seta que llama la atención por su color es la Pie azul (Lepista nuda) de tonos azulados pálidos por su parte inferior y pardo-violáceos en la parte superior del sombrero (2ª foto). Es una seta que le gusta comer a bastantes personas, pese a su olor y sabor algo fuertes, si bien su ingesta no es recomendable, ya que es bastante laxante (produce diarrea a mucha gente) e incluso algo tóxica cuando le ha caído alguna helada, cosa bastante frecuente ya que se trata de una seta bastante tardía.
The Church, grupo emblemático de la neopsicodelia ochentena, puede que fuesen tachados de ser algo fríos y estáticos (setas), pero la belleza de su música, con esos mágicos trenzados de guitarras que envuelven como guirnaldas la aterciopelada y grave voz de Steve Kilbey, así como su estética, sobria y oscura, pero elegante y con el toque de color de sus vistosas camisas paisley, estampadas con paramecios, flores y otros imaginativos diseños psicodélicos, les confieren una calidad (propia de las setas más selectas) que es difícil de encontrar en las ruidosas y aglomeradas junglas de la música actual, y si no me creeis disfrutad del siguiente vídeo:
Resuena en el sombrero: “Electric Lash”.- The Church (Canberra (Australia), 1983).
No hay comentarios:
Publicar un comentario