martes, agosto 30, 2022

LOS COLORES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO


Cuando veo alguna película en color de los años 60 o de los 70, como la reposición de algunos capítulos de la serie “Curro Jiménez” que han puesto este verano en TVE, antes de comer, me llama la atención la intensidad de los colores que visten los paisajes naturales. Los árboles parecen más verdes que ahora, el cielo era más azul, hay otro brillo en las caras de la gente. No creo que sea únicamente debido a la fotografía y al primitivo “Tecnicolor”.

El pasado 29 de agosto, en el periódico “La Rioja” se publicó un artículo (ver foto) sobre un estudio científico, realizado en el Sur de Francia por la Universidad del País Vasco en colaboración con el “Centre d´Ecologie Fonctionnelle et Evolutive de Montpellier (CEFE – CNRS)”, publicado en “The American Naturalist”, que versa sobre el palidecimiento progresivo observado en el plumaje de un bello pajarillo de nuestros bosques, sotos, parques y jardines, como es el Herrerillo común (Cyanistes caeruleus), el cual ha ido perdiendo color (hasta un 15%) en el transcurso de los últimos 15 años, o sea a un ritmo de un 1% por año.

Por lo visto, producir color es caro energéticamente, y como la alimentación del pajarillo se ha visto reducida en cantidad y calidad, debido al cambio climático, estas carencias se han visto reflejadas en la pérdida de color de su plumaje.

En 1962, Rachel Carson, en su famoso libro “Primavera Silenciosa”, ya advertía de los efectos perjudiciales de los pesticidas en el medio ambiente, especialmente en las aves, y culpaba a la industria química de la creciente contaminación.

Afortunadamente, tomamos consciencia de ese problema y la legislación europea y de muchos otros países del mundo ha puesto límites a la composición química, la comercialización y el uso de los pesticidas que se utilizan en la agricultura. Aunque no estamos siendo capaces de hacer lo mismo con los gases de efecto invernadero, el “cambio climático” sigue avanzando galopante cual imparable “jinete pálido del Apocalipsis”, y una más de sus perniciosas consecuencias es la pérdida de color.

Otro ejemplo es el “blanqueamiento” y muerte de los corales, que se está produciendo en los mares tropicales, como consecuencia del aumento en la temperatura y la acidez de los océanos.

Resuena en el sombrero: “Pale Shelter”.- Tears for Fears (Bath (UK), 1983).

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