lunes, diciembre 11, 2006

Hansel y Gretel


El mundo infantil está muy relacionado con la fantasía, el mundo de los sueños, la inocencia y muchas otras cosas que habitualmente relacionamos con la Navidad, como las casas de galletas de gengibre (Gingerbread House), una tradición navideña muy anglosajona (en la foto se puede ver la que hicieron ayer mi mujer y mi hija).
Pero los niños también pueden ser crueles y despiadados, y muchos cuentos infantiles narran historias realmente oscuras y truculentas. De pequeños casi todos hemos hecho perrerías con lupas, frascos o cajas de cerillas a algún desgraciado animalillo que se cruzó en nuestro camino en el momento inapropiado.
La psycodelia también tiene algo de todo esto, de sueños y pesadillas infantiles, de "Alicia en el País de las Maravillas" y otros cuentos de la época romántica del siglo XIX. También de los viajes y expediciones que realizaron los grandes exploradores de ese siglo a países exóticos, como las selvas y los desiertos de África y Asia, repletos de animales extraños, el fascinante y espiritual mundo de la India, las tierras áridas y mágicas de las "Mil y Una Noches", etc... Todo ello envuelto en una caleidoscópica y misteriosa nebulosa multicolor.
Hay quien piensa que este tipo de música y estética, propiciada por el consumo de drogas alucinógenas, es el precursor del actual movimiento "House", y que ambos buscan una evasión de la realidad mediante la evocación de mundos exóticos, irreales y la ensoñación, que no son sino metáforas de una especie de regreso al mundo etéreo y confortable del útero materno, que es rememorado mediante el empleo de ritmos machacones y sincopados que recuerdan lejanamente a los sonidos que el feto escucha en el vientre de su madre.
Uno de esos cuentos infantiles truculentos es sin duda "Hansel y Gretel" de los Hermanos Grimm, lo que me hace recordar la genial canción de Germán Coppini (a quien siempre he relacionado con nuestro querido "Atikus") junto a Teo Cardalda en su etapa con los "Golpes Bajos", incluida en el mágnífico LP "A Santa Compaña" publicado en 1984 (la portada con ellos vestidos de ancianas gallegas es genial), que decía cosas como estas:
"La pequeña bailarina por tí a vuelto a preguntar,
sentados los dos al fuego, cuentan cosas de su Capitán.
Te echamos todos de menos.
No han vuelto a dar cuerda a la caja musical,
que tristes parecen las burbujas de champán.
¡Eh, te he vuelto esta vez a fallar!
Se van quedando dormidos en cada rincón del hogar.
Los corazones de trapo están muy lejos de la realidad.
Dejo entornada la puerta,
de un momento a otro puedes cruzar el umbral, aferrada a tu retrato.
No das señales de vida, yo ya empiezo a envejecer.
Te acuerdas de esa casita, pensaban construir un hotel.
Regalos amontonados, Hansel y Gretel están llorando,
las hadas buenas ya se han marchado."
O la canción que abre el disco "Escenas olvidadas" que dice una dura frase que se me quedó muy gravada, con aquello de "No se ama a los sumisos, simplemente se les quiere". La delirante "Colecciono moscas" y la impagable versión del "Come prima", en italiano.
En fin, por alusiones, esta última locura he de dedicarsela a "Atikus" ¡Va por tí machote!
Resuenan en el sombrero: "The Gingerbread House".- Plasticland (Milwaukee (Wisconsin, USA), 1985). Además de las ya mencionadas de Golpes Bajos (Vigo (Galicia), 1984).

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