viernes, diciembre 15, 2006

ÁRBOLES DEL AMOR



Anoche, en el Telediario de la 1ª hablaron sobre la tradición de los árboles de Navidad, la cual se remonta casi 3.000 años atrás, cuando las doncellas colgaban alimentos, golosinas y abalorios de las desnudas ramas invernales, y los guerreros ponían los restos de sus botines, todo ello para recordar a los árboles que no se olvidasen de florecer y fructificar de nuevo en la primavera y verano siguientes.

Los Celtas creían que los espíritus de sus antepasados vivían en los árboles, y por ello se dirigían a ellos con frecuencia en busca de respuestas y protección. Una de las especies más veneradas era el sagrado Tejo (Taxus baccata), debido a que es de hoja perenne, extraordinariamente longevo, de crecimiento lento y venenoso en todas sus partes, salvo los arilos color rojo coral de sus frutos, con los que se puede hacer una rica mermelada.

Los guerreros celtas llevaban una bolsita de cuero al cuello con corteza de Tejo, con objeto de ingerirla en caso de ser capturados por el enemigo, al objeto de suicidarse para no poder revelar ningún secreto ni información.

Con la llegada del cristianismo a Europa, los primeros evangelizadores solían construir sus iglesias románicas en las proximidades de Tejos, para ganarse el respeto y la veneración de los habitantes locales. Y la tradición de decorar los árboles poco antes del solsticio de invierno fue transmitida a los "Árboles de Navidad".

Durante la Edad Media, el Tejo estaba protegido por la Corona Inglesa, castigándose con la horca a quien osase cortar un Tejo Real (Royal Yew), ya que con su madera se fabricaban los arcos de mayor alcance de la época, por lo que era considerado un arma estratégica de primera magnitud.

Actualmente, pueden encontrarse Tejos milenarios junto a las ermitas románicas y los cementerios europeos, y se están investigando sus propiedades medicinales, por haberse encontrado ciertos compuestos en su corteza con posibles propiedades anticancerígenas.

El Tejo, con sus atractivos y decorativos frutos rojos, y con su perenne follaje verde oscuro, es el perfecto árbol de Navidad, un árbol que, dada su gran persistencia y longevidad, simboliza el amor eterno, y que, como éste, también tiene sus dosis de magia, riesgo y veneno.

Por último, señalar que, habitualmente, el nombre vulgar de "Árbol del Amor" se suele aplicar a la especie Cercis siliquastrum, una leguminosa ornamental de uso frecuente en jardinería, debido a su bella y abundante floración primaveral de color rosa intenso.

Resuena en el sombrero: "Down in the Valley of Hollow Logs".- Handsome Family (Chicago (Illinois, USA), 1997).

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