lunes, mayo 02, 2016

MADRID Y LOS ÁRBOLES













La ciudad de Madrid es una de las ciudades de Europa con más arbolado urbano, ayer 1 de mayo estuve por allí y aproveché para visitar algunos de sus parques más importantes, como es el caso del Retiro, en el que podemos encontrar uno de los árboles más viejos de Madrid, un Ahuehuete o Ciprés de Moctezuma (Taxodium huegelii = T. mucronatum), que está declarado árbol singular, con un diámetro de 2 m. y una altura de 30, se cree que pudo ser plantado en 1.632 y ser el único árbol que sobrevivió a la destrucción del Retiro en 1808, cuando Napoleón instaló allí su Cuartel General, sirviendo la gran ahorquilladura del árbol para apoyar en ella un cañón.

Actualmente, el árbol está protegido por una valla (5ª foto), siendo su tronco ramificado en forma de candelabro verdaderamente imponente, sus ramas cuelgan péndulas al rededor, mecidas por la brisa y mostrando sus pequeños gálbulos o conos femeninos, aún verdes. En las proximidades, hay una fila de cipreses artísticamente podados y recortados (4ª foto), que forman un conjunto paisajístico de gran belleza (3ª foto).

Pariente cercano de este ciprés monumental, es el llamado Ciprés calvo (Taxodium distichum), propio de los pantanos de Florida y Louisiana, donde la base engrosada de su robusto tronco le permite vivir en terrenos permanentemente encharcados, como los que crecen en el estanque del Palacio de Cristal del Retiro (7ª foto).

Lo que más me gusta de este gran parque, ubicado en pleno centro de Madrid, es la forma en que árboles y personas conviven en armonía (1ª foto), la gente acude en masa durante los días festivos para disfrutar de los beneficiosos efectos terapéuticos del sol y el contacto con la Naturaleza, ya que, además de árboles y otra flora diversa, el parque también es habitado por una numerosa fauna: Desde las juguetonas ardillas, hasta las ruidosas cotorras grises argentinas y de Kramer, pasando por palomas, mirlos, gorriones, estorninos, petirrojos, ruiseñores, patos, cisnes negros, tortugas de Florida y carpas en los estanques.

En el Retiro encontramos 4 niveles de vegetación: En el nivel más alto, están grandes árboles como Pinos carrascos (Pinus halepensis), piñoneros (P. pinea) y Cedros del Himalaya (Cedrus deodara), con ejemplares centenarios que elevan sus copas hasta los 30 ó 40 metros de altura. Por debajo de ellos está el arbolado normal, con alturas entre 10 y 20 metros, siendo las especie predominantes los Castaños de Indias (Aesculus hippocastanum), los Olmos de Siberia (Ulmus pumila), los Plátanos (Platanus x hispanica), las Robinias (Robinia pseudoacacia) y las Sóforas (Styphnolobium japonicum) . Luego estaría el estrato arbustivo compuesto por boj, saúco, aligustres, rosales, photinias y otras muchas especies ornamentales. Para terminar en el suelo cubierto por herbáceas perennes y flores de temporada. Todos estos pisos ayudan a filtrar la poderosa luz mesetaria y contribuyen a crear un ambiente y un microclima más agradable y acogedor, ya que constituye un abrigo que deja pasar el sol y frena los vientos fríos, en invierno, mientras que en verano da sombra y frescor (2ª foto).

Efectivamente, la nítida luz de Madrid es característica y peculiar, parece acentuar los contrastes, como sucede con los Abetos de Masjoan (Abies x masjoannii), un híbrido en el Abeto blanco (A. alba) y el Pinsapo (A. pinsapo), cuyas oscuras copas columnares contrastan con el claro perfil de la Torre de Madrid, el blanco de las estatuas de mármol y la luminosa fachada del Palacio Real (fotos 9ª y 10ª).

Una pena que los Jardines del Campo del Moro no estuviesen abiertos ese día, aunque desde fuera pude contemplar un singular bosquete de enormes cedros centenarios, con más de 40 metros de altura y elegantes fustes de color oscuro.

Terminada mi visita a la Capital del Reino, me dirigí a la Estación de tren en Atocha, convertida en un enorme invernadero (10ª foto), otro buen ejemplo de cómo la vegetación (en este caso tropical) contribuye a crear un ambiente agradable y vivo, junto con el agua de los estanques, una vez más, abarrotados de tortugas de Florida que la gente, de manera insensata e irresponsable, libera en estos lugares cuando se cansa de tenerlas en casa o se hacen demasiado grandes para ser un animal doméstico.

Todas las fotos by Mad Hatter.

Resuena en el sombrero: En mayo Madrid está lleno de vida, aunque también los cementerios suelen estar repletos de árboles. Posiblemente, con esta entrada pegase más un tranquilo y sereno cuarteto de cuerda tocando en algún bello jardín palaciego, pero ya sabéis que a mi siempre me tira más el punk garajero: “Madrid es un cementerio”.- Los Nastys (Madrid, 2014).

1 comentario:

La Luz del Monte dijo...

Un artículo detallista y técnico, sobre las especies forestales ajardinadas que cubren ciertos parques públicos de la ciudad de Madrid, y cierta fauna que habita en ellos... Es interesante recordar de vez en cuando, lo importantes que son estos pulmones públicos que hay en las ciudades, y los beneficios que aportan al ciudadano... Otras ciudades, como Vitoria y Barcelona, también están muy concienciadas en estos temas.
Enhorabuena por el artículo y las fotografías.
Un saludo.