lunes, mayo 30, 2016

SABINAS MILENARIAS DEL DURATÓN























En las tierras segovianas de la cuenca alta del río Duratón, al Noroeste de los Montes Carpetanos, ese tramo de la Sierra de Guadarrama comprendido entre el Puerto de Somosierra y el Pico Colgadizos, se extiende una meseta de roca caliza, cubierta por un monte abierto adehesado de sabinas (Juniperus thurifera), algunas de ellas milenarias, que salpican fincas cercadas para el aprovechamiento ganadero de sus pastos, conformando un paisaje secular que ha permanecido inmutable desde la Edad Media.

La sabina albar es el único árbol capaz de crecer en estos secos e inhóspitos páramos calizos, sometidos a un clima extremo. Su follaje perenne, salpicado de pequeños gálbulos azulados, sus agrietados troncos de color ceniza, y el hecho de que el humo de su leña, al quemarse, huela a incienso, les confieren a estos árboles un aire de leyenda y un respeto reverencial. La textura de su corteza combina la frialdad de lo mineral con la entrañable calidez del arrugado rostro de nuestras abuelas. En sus vetustos leños, castigados por la intemperie y el paso del tiempo, algunos de ellos hendidos o huecos, podemos encontrar innumerables grietas, fendas, recovecos, vetas, formas caprichosas y artísticas filigranas barrocas, repletas de matices y sombras que nos pueden evocar caras, animales, objetos o paisajes (ver fotos 1 a 16).

La protección que brindan sus tupidas copas, frente a los gélidos vientos invernales y al implacable sol del estío castellano, permite el desarrollo del pasto y otra vegetación herbácea, entre la que destacan nutritivas leguminosas como el Astragalus incanus (foto 17), que extiende a ras del suelo los glaucos foliolos de sus hojas compuestas y sus flores rosadas, mientras que las orquídeas silvestres elevan sus esbeltos y enhiestos tallos, en los que se engarzan, cual joyas, las bellas flores del Satirión violeta (Orchis morio ssp. champagneuxii, foto 18), y las misteriosas flores de las “abejeras” (Ophrys lutea y O. scolopax de las fotos 19 y 20), cuyos extraños labelos parecen mirarnos con sus ojos oscuros, simulando ser las hembras de específicas abejas solitarias que atraen a los machos, quienes las polinizan durante sus forcejeos y trajines sexuales. La colorida y efímera belleza de estas pequeñas flores, contrasta con la majestuosidad imperecedera de las sabinas.

La explosión vegetal de este húmedo mes de mayo, se complementa con la fructificación de claros y frescos Champiñones silvestres (Agaricus campestris), sobre el oscuro mantillo que alfombra el pie de las sabinas (foto 21).

Todas las fotos by Mad Hatter, tomadas la semana pasada en los sabinares de Sigueruelo y Casla (Segovia).

domingo, mayo 15, 2016

EUROVISIÓN Y LA INTELIGENCIA COLECTIVA






El nuevo sistema de votaciones para elegir la mejor canción del festival de “Eurovisión”, celebrado el pasado 14 de mayo en Estocolmo, puede considerarse un buen ejemplo de lo que comentaba en aquella entrada sobre la “inteligencia colectiva”, en el sentido de que, cuando un enorme número de personas vota, los distintos grupos de poder (países vecinos o afines) se contrarrestan unos con otros y el resultado final es realmente justo y objetivo.

El comienzo del show fue realmente espectacular, todo un alarde tecnológico de modernidad cuasi futurista, que nos devolvió a nuestro actual tiempo de crisis, en el momento en el que aparecieron en la pantalla los presentadores suecos Petra y Mans, ella con un vestido convencional con brillos en tonos carne y él con traje azul marino y pajarita, aunque lo cierto es que luego, a lo largo del festival, se cambiaron varias veces de modelito y se modernizaron un poco.

Si duda, vivimos tiempos de cambio, de crisis, en el sentido etimológico de la palabra griega “krisis”, que viene de un verbo que significa “separar” y “decidir”. Estamos atravesando una encrucijada, en la que lo nuevo está próximo a llegar, pero aún no ha llegado, y lo antiguo está a punto de irse, pero todavía no se ha ido.

Tras la ronda de canciones, la primera parte de las votaciones se llevó a cabo de la manera convencional, mediante el voto de los distintos jurados elegidos por las televisiones nacionales de cada uno de los países, cuya puntuación suponía el 50% de la nota final, siendo el 50% restante determinado por el voto de los millones de espectadores de este mutitudinario festival, en el que, además de 40 países europeos, participan también otros como Israel y Australia.

Resultó enormemente sorprendente comprobar como algunos países que se habían quedado en los puestos de cola, tras la primera parte de la votación, remontaron un montón de posiciones al conocerse los resultados de las votaciones del público. Así vimos como la canción interpretada por la austríaca Zoë, una simpática y lozana joven de estilo clásico, obtuvo 120 puntos de los espectadores y terminó en 13º puesto con 151 puntos. Más espectacular y sorprendente si cabe, fue el caso de Polonia, con el melenudo cantante Michal Szpak, una especie de mesiánico Sargento Peppers con casaca roja que le otorgaba un look totalmente demodé de heavy metal procedente de lo que antaño fue el otro lado del telón de acero, y que, aún así, consiguió remontar desde el 36º puesto hasta el 8º con un total de 229 puntos, gracias a su emotiva canción “Color of your life”, llena de esperanza y positividad.

Rusia, la gran favorita, con una espectacular puesta en escena, un auténtico despliegue de tecnología punta, se quedó finalmente en el tercer puesto. El tema “You are the only one”, aunque de gran energía e intensidad, fue interpretado por el mediático Sergey Lazarev, en plan ángel oscuro, lo que reforzó la indudable exaltación del ego que refleja claramente el propio título de la canción.

Tampoco triunfó el minimalismo presentado por la anfitriona Suecia, a cargo de Frans, un chaval flacucho y desgarbado, que apareció en solitario sobre el escenario vistiendo una sencilla camiseta blanca, cazadora gris y zapatillas deportivas, cantando el tema “If I were sorry”, cargado de cierta negatividad y proyectando sobre el escenario las palabras “devil” y “lies”.

También de gran sencillez, pero con mucho más brillo y positividad, fue la impecable actuación de la angelical Dami Im, la representante de Australia, que interpretó un tema que inspiraba sosiego y conexión con la Naturaleza, “The Sound of Silence”, lástima que se quedara con la miel en los labios, ya que, tras haber alcanzado el primer lugar al finalizar la primera parte de la votación, vio como el televoto la relegaba a un amargo segundo puesto.

El triunfo fue para el tema “1944” defendido por la cantante Jamala, en representación de Ucrania. La canción tiene una fuerza descomunal y una intensidad desgarradora, un atípico y acomercial grito de rabia y protesta, que cuenta una historia inspirada en la vida de los padres de la propia artista, quienes padecieron el éxodo como refugiados durante la segunda guerra mundial, lo que le dota de un plus de autenticidad. Al contrario que la canción rusa, la ucraniana es una exaltación de la lucha colectiva y del poder de la colaboración. La fuerza de la Naturaleza también quedó patente en la espectacular imagen de un árbol dorado que emergió, creció y extendió sus numerosas ramas sobre el escenario de Estocolmo.

Por eso, me alegra comprobar que, con este sistema tan multitudinario y objetivo del televoto, en Eurovisión han dejado de funcionar los amiguismos y afinidades geopolíticas, ya no se valora tanto la imagen ni el frikismo, tampoco triunfan los ritmos bailables, ni siquiera la vanguardia más atrevida, lo que de verdad le importa a la gente (como siempre) es la autenticidad y que la canción nos emocione y nos toque el corazón.

El lema del festival, “Come Together”, tampoco es casual.

Resuena en el sombrero: “Come Together”.- The Beatles (Liverpool (UK), 1969).


miércoles, mayo 04, 2016

COINCIDENCIA PRIMAVERAL







Casi todos los años, las setas primaverales suelen salir en el orden siguiente:
1º) Las más tempranas son los Marzuelos (Hygrophorus marzuolus), como su nombre indica, acostumbran a salir en el mes de marzo, al poco tiempo de derretirse la nieve en el suelo de pinares y hayedos, si bien, dependiendo de las condiciones meteorológicas de cada año, a veces se adelantan a febrero y otras, como sucede este año, se retrasan hasta principios de mayo. Es una seta francamente difícil de encontrar, ya que apenas asoma su discreto sombrero pardo-grisáceo sobre la hojarasca del suelo, la imagen que presenta (2ª foto) pasa fácilmente desapercibida. En ocasiones la descubrimos gracias a que las ardillas o los ratones las han roído dejando ver su carne blanquecina que sí que contrasta con el sotobosque predominantemente oscuro.
2º) Entre marzo y abril, suelen salir algunos curiosos ascomicetos de los géneros Helvella (con frecuencia se adelantan a febrero-marzo), Morchella y Verpa, como la Helvella leucomelaena (fotos 6ª y 7ª), la Verpa digitaliformis (8ª foto) y la Morchella elata (colmenilla foto 9ª y sus esporas vistas al microscopio en la foto 10ª), de las que ya he hablado largo y tendido en ocasiones anteriores, y que este año han retrasado ligeramente su época habitual de fructificación.
3º) Después vienen las Sedas o Perretxikos (Calocybe gambosa), habitantes de prados basófilos en las proximidades de rosáceas (endrinos, rosales, maguillosos, cerezos), con su característico aroma que suelo describir como una mezcla entre harina y plastilina. Debido a la gran avidez que sienten muchos aficionados por esta seta, suelen cogerse demasiado pequeñas, aún sin desarrollar del todo, siendo raro encontrar ejemplares como el que puede verse en las fotos 3ª y 4ª, debido a la enrome fortuna de que casi todos los años sale alguno en un rincón del jardín de mi casa de la Sierra de Cameros (La Rioja).
4º) Por último, en prados estercolados por los excrementos del ganado, tenemos al gran Bejín rugoso (Calvatia utriformis), que también he comido alguna vez y cuya época habitual de fructificación suele ser el verano-otoño, si bien, frecuentemente, se superpone con los últimos perretxikos y esta atípica primavera ya han salido a primeros de mayo (foto 11ª).
Este año, tras un invierno relativamente cálido y seco, seguido de un inicio de primavera frío y húmedo, se ha producido una inusual coincidencia en el tiempo de fructificación de muchas de estas especies, propiciando también su feliz coincidencia en el reducido espacio de las mesas y los platos de nuestros comedores y cocinas, como se aprecia en la 5ª foto, donde pueden verse marzuelos, en el plato izquierdo, y perretxikos en el derecho, ambos revueltos con huevo, un poco de cebolleta y adornados con aliaria (hierba con un suave sabor a ajo).
Buen provecho y a disfrutar de esta preciosa primavera!
Todas las fotos tomadas a finales de abril y primeros de mayo by Mad Hatter en La Rioja.
Resuena en el sombrero: I Live in the Springtime”.- The Lemon Drops (Chicago, 1967).

lunes, mayo 02, 2016

MADRID Y LOS ÁRBOLES













La ciudad de Madrid es una de las ciudades de Europa con más arbolado urbano, ayer 1 de mayo estuve por allí y aproveché para visitar algunos de sus parques más importantes, como es el caso del Retiro, en el que podemos encontrar uno de los árboles más viejos de Madrid, un Ahuehuete o Ciprés de Moctezuma (Taxodium huegelii = T. mucronatum), que está declarado árbol singular, con un diámetro de 2 m. y una altura de 30, se cree que pudo ser plantado en 1.632 y ser el único árbol que sobrevivió a la destrucción del Retiro en 1808, cuando Napoleón instaló allí su Cuartel General, sirviendo la gran ahorquilladura del árbol para apoyar en ella un cañón.

Actualmente, el árbol está protegido por una valla (5ª foto), siendo su tronco ramificado en forma de candelabro verdaderamente imponente, sus ramas cuelgan péndulas al rededor, mecidas por la brisa y mostrando sus pequeños gálbulos o conos femeninos, aún verdes. En las proximidades, hay una fila de cipreses artísticamente podados y recortados (4ª foto), que forman un conjunto paisajístico de gran belleza (3ª foto).

Pariente cercano de este ciprés monumental, es el llamado Ciprés calvo (Taxodium distichum), propio de los pantanos de Florida y Louisiana, donde la base engrosada de su robusto tronco le permite vivir en terrenos permanentemente encharcados, como los que crecen en el estanque del Palacio de Cristal del Retiro (7ª foto).

Lo que más me gusta de este gran parque, ubicado en pleno centro de Madrid, es la forma en que árboles y personas conviven en armonía (1ª foto), la gente acude en masa durante los días festivos para disfrutar de los beneficiosos efectos terapéuticos del sol y el contacto con la Naturaleza, ya que, además de árboles y otra flora diversa, el parque también es habitado por una numerosa fauna: Desde las juguetonas ardillas, hasta las ruidosas cotorras grises argentinas y de Kramer, pasando por palomas, mirlos, gorriones, estorninos, petirrojos, ruiseñores, patos, cisnes negros, tortugas de Florida y carpas en los estanques.

En el Retiro encontramos 4 niveles de vegetación: En el nivel más alto, están grandes árboles como Pinos carrascos (Pinus halepensis), piñoneros (P. pinea) y Cedros del Himalaya (Cedrus deodara), con ejemplares centenarios que elevan sus copas hasta los 30 ó 40 metros de altura. Por debajo de ellos está el arbolado normal, con alturas entre 10 y 20 metros, siendo las especie predominantes los Castaños de Indias (Aesculus hippocastanum), los Olmos de Siberia (Ulmus pumila), los Plátanos (Platanus x hispanica), las Robinias (Robinia pseudoacacia) y las Sóforas (Styphnolobium japonicum) . Luego estaría el estrato arbustivo compuesto por boj, saúco, aligustres, rosales, photinias y otras muchas especies ornamentales. Para terminar en el suelo cubierto por herbáceas perennes y flores de temporada. Todos estos pisos ayudan a filtrar la poderosa luz mesetaria y contribuyen a crear un ambiente y un microclima más agradable y acogedor, ya que constituye un abrigo que deja pasar el sol y frena los vientos fríos, en invierno, mientras que en verano da sombra y frescor (2ª foto).

Efectivamente, la nítida luz de Madrid es característica y peculiar, parece acentuar los contrastes, como sucede con los Abetos de Masjoan (Abies x masjoannii), un híbrido en el Abeto blanco (A. alba) y el Pinsapo (A. pinsapo), cuyas oscuras copas columnares contrastan con el claro perfil de la Torre de Madrid, el blanco de las estatuas de mármol y la luminosa fachada del Palacio Real (fotos 9ª y 10ª).

Una pena que los Jardines del Campo del Moro no estuviesen abiertos ese día, aunque desde fuera pude contemplar un singular bosquete de enormes cedros centenarios, con más de 40 metros de altura y elegantes fustes de color oscuro.

Terminada mi visita a la Capital del Reino, me dirigí a la Estación de tren en Atocha, convertida en un enorme invernadero (10ª foto), otro buen ejemplo de cómo la vegetación (en este caso tropical) contribuye a crear un ambiente agradable y vivo, junto con el agua de los estanques, una vez más, abarrotados de tortugas de Florida que la gente, de manera insensata e irresponsable, libera en estos lugares cuando se cansa de tenerlas en casa o se hacen demasiado grandes para ser un animal doméstico.

Todas las fotos by Mad Hatter.

Resuena en el sombrero: En mayo Madrid está lleno de vida, aunque también los cementerios suelen estar repletos de árboles. Posiblemente, con esta entrada pegase más un tranquilo y sereno cuarteto de cuerda tocando en algún bello jardín palaciego, pero ya sabéis que a mi siempre me tira más el punk garajero: “Madrid es un cementerio”.- Los Nastys (Madrid, 2014).