Uno
de los defectos del bipartidismo es que nos jugamos el futuro a “cara o cruz”,
de manera que, cuando el juego se rompe, obligatoriamente le tiene que tocar a
uno de los dos partidos que se alternan en el poder. Lo extraño es que le haya
tocado al partido que está en la oposición, cuando lo lógico hubiese sido que
el mayor desgaste lo sufriese el partido que gobierna y que ha cometido
innumerables barrabasadas: Incumplimientos de programa; sumisión servil a la
Troika, el poder financiero y otros lobbies; importantes recortes en los
servicios públicos; escándalos de lo más variopinto (corrupción galopante, más
que probable financiación ilegal, un ex-tesorero en la cárcel, sobresueldos,
continuas meteduras de pata de Ministros
(Wert, Montoro, Guindos), los trabalenguas y explicaciones ininteligibles de
Cospedal, los comentarios machistas de Cañete, las carreras con la policía por las
calles de Madrid de una honorable sexagenaria haciendo gala de un
comportamiento chulesco propio de una auténtica “casta” de intocables; reyertas
a tiros entre militantes, etc., etc.).
Todo
ello, en medio de un dantesco escenario de auténtico estado de emergencia nacional:
Desahucios, suicidios, pacientes que fallecen por una deficiente asistencia sanitaria
o por la falta de fondos para la aplicación de la ley de dependencia, pobreza
creciente, malnutrición infantil, fracaso escolar, jóvenes forzados a salir del
país en busca de empleo, inmigrantes maltratados en las concertinas de Ceuta y Melilla, etc., etc.
Ciertamente,
el PSOE lo tenía muy fácil para tomar la alternativa, es casi imposible hacerlo
peor, pero claro, los ciudadanos no son tan desmemoriados como para olvidar la
famosa “herencia” de Zapatero, así como el no menos numeroso listado de casos
de corrupción en las filas socialistas. Además, en la izquierda hay más opciones
que se han visto notablemente incrementadas con la fulgurante irrupción de
nuevos partidos emergentes en el actual panorama político.
Rajoy
comentaba ayer que el bipartidismo no es algo indeseable, sino positivo para
los países avanzados, al aportar estabilidad y solidez política, permitiendo un
mayor desarrollo económico.
Felipe
González también es un ferviente defensor del bipartidismo, hasta el punto que
fue quien le dio el primer disgusto a Rubalcaba, al anunciar una posible gran
coalición PP-PSOE, en caso de que “el país lo necesite”, que los dirigentes
socialistas se apresuraron a desmentir.
Ciertamente,
el actual “status quo” bipartidista sirve para perpetuar y fortalecer al
verdadero poder económico, en manos de las grandes empresas multinacionales, y para
adormilar a una población indolente que, agobiada por la vorágine del día a día,
y anestesiada por el fútbol y la tele, acepta con sumisión su sino.
Pero
la “sopa boba” del pelotazo urbanístico estalló como una pompa de jabón salida
del ostentoso jacuzzi de un mafioso ruso en su mansión de la Costa del Sol, y
los alegres españolitos de bombo y pandereta despertaron de repente en medio de
la cruda realidad internacional, apareció una aterradora “prima de riesgo” que
se empeña en perseguirnos, sin tregua, amenazándonos con “el rescate”.
Ahora
parece que la pesadilla ha pasado y el PP no se da por aludido, asegura que el
bipartidismo no se ha roto y lamenta el desmoronamiento del PSOE, su “socio”
que le sirve de referencia y contrapeso.
La llamada social-democracia se ha ido apartando cada vez más de lo que
supone el espíritu de la izquierda, si bien esta terminología también se está
quedando obsoleta. Los partidos tradicionales no parecen querer ver que la
clave del asunto está en ofrecer y facilitar la máxima PARTICIPACIÓN de la
gente en todos los ámbitos, aprovechando las posibilidades y la rápida
comunicación que ofrecen las nuevas tecnologías a través de internet.
La “democracia representativa” en la que los ciudadanos se limitan a
depositar su voto y su confianza en determinado partido para que les represente
y gobierne en su nombre, se ha demostrado que no es suficiente, tiene fallos,
es fácilmente manipulada y distorsionada por la corrupción en manos de interese
privados que nadie vota.
El “régimen del 78” ha completado su ciclo y está de capa caída, el futuro es la “democracia
participativa” que requiere de una mayor y cotidiana implicación de los
ciudadanos en la política. Una actividad humana necesaria que debe dejar de ser
vista como algo “indigno, sucio y rastrero”, para volver a ser una actividad
noble, agradable, en la que uno pueda desarrollarse como persona, aportar sus ideas,
habilidades, dones, capacidades o competencias y hasta divertirse con ello, en
compañía de otras personas que comparten sus mismos ideales y objetivos.
Actualmente, la “democracia participativa” está representada en España por
una serie de nuevos partidos emergentes, muchos de ellos surgidos del
movimiento “15M”, siendo una pena que, pensando y actuando todos ellos de forma
similar o incluso complementaria, no hayan sido capaces de confluir en un
frente común, hasta la fecha. Para lo que propongo las siguientes ideas:
- El banderín de enganche (como dice Julio Anguita) o el nexo común más lógico y básico debería ser la
defensa de los derechos humanos, empezando por el derecho a vivir en un planeta
habitable, sin que la gente pase hambre (derecho a la vida), seguido del
derecho a una vivienda digna, derecho al trabajo y la justicia social.
- Habría que decidir aquellos asuntos que realmente sean fundamentales y
prioritarios para todo el mundo, centrando la atención y los esfuerzos en
ellos, dejando en un segundo plano los temas más influenciados por las
emociones y los sentimientos (soberanías territoriales, religiones, monarquía-república,
toros, caza) que suelen generar tensiones, crispación y división, siendo muchos
de ellos de difícil solución con el actual marco legal (Constitución, Tratados
UE).
- En los debates no deben hacerse juicios de valor, todas las ideas y opiniones
merecen ser escuchadas con respeto, sin descalificaciones, sin entrar en
aspectos personales y, por supuesto, sin faltar al respeto a nadie, sin
insultos ni violencia de ningún tipo. Se formulan propuestas de una forma lo más
objetiva posible, se escuchan, se debaten con calma, se vota y se decide por
mayoría.
- Simplemente, se trata de aplicar el SENTIDO COMÚN en pos del BIEN COMÚN,
dando la máxima PARTICIPACIÓN real a la gente, en todos los ámbitos (desde
asociaciones de vecinos hasta la UE), quizás de este modo, las reivindicaciones
nacionalistas y separatistas dejarían de tener sentido práctico.
Resuena en el sombrero: "Golpe maestro".- Vetusta Morla (Madrid, 2014).
Resuena en el sombrero: "Golpe maestro".- Vetusta Morla (Madrid, 2014).
2 comentarios:
Cada vez tengo menos esperanzas que alguno de los dos grandes partidos puedan cambiar algo. Son demasiadas inercias, demasiados intereses, demasiadas servidumbres para que una persona sola o un grupo de ellas pueda cambiar esos partidos para ponerlos en sintonía con lo que la ciudadanía reclama.
Por eso, cada vez pongo más esperanzas en los minoritarios. La clave es que sean capaz de conectar con la ciudadanía con un discurso aglutinador pero no populista. Ideológico, pero no sectario. No sé que opinarás de Podemos. Es pronto para decirlo, pero la manera en como se están comunicando (no entro en otras consideraciones) y están favoreciendo la participación es una estimulante muestra de que hay camino para quien sepa tocar las teclas oportunas.
Cierto Miguel.
Estuve un tiempo en el "Círculo de Podemos La Rioja", pero lo dejé por falta de tiempo y por algunas incongruencias que observé.
La idea es buena, pero no se si van a tener la suficiente capacidad de organización para contactar con una mayoría suficiente como para poder cambiar las cosas.
También observo un cierto oportunismo y un querer abarcar demasiadas cosas que pueden jugar en su contra.
Igualmente, sería muy importante que todos los partidos emergentes con planteamientos similares de democracia participativa ("Primavera Europea", Partido X, Piratas) se uniesen o colaborasen de una manera más práctica y eficaz.
Pero es cierto que se observan movimientos interesantes y esperanzadores ¡A ver qué pasa!
Saludos Miguel.
Publicar un comentario