lunes, julio 07, 2014

CONSUMISMO Y ROCK´N´ROLL




El consumismo exacerbado que promueve nuestra sociedad actual destruye la autosuficiencia, crea personas que se sienten completamente dependientes de los demás, y que por lo tanto son más propensos a entregar su capacidad de decisión a las autoridades.
La cultura del fundamentalismo consumista legitima la publicidad, la propaganda, y todo tipo de manipulaciones, incluyendo las mentiras; y cuando una sociedad legitima las mentiras y las manipulaciones, acaba con la capacidad de las personas de confiar entre ellos y crear propuestas democráticas.
Uno de los principales productos de consumo, ya que además adoctrina en un modelo cultural basado en la idealización del individualismo, es la televisión y las formas de arte para las masas, en especial la música pop.
En los años 50 y 60, el gran éxito que alcanzó el rock´n´roll entre la juventud occidental dio una importante y sofisticada vuelta de tuerca en las cotas de autoengaño alcanzadas por la sociedad moderna.
En efecto, el rock´n´roll ensalza la rebeldía y el sentido crítico respecto a las generaciones anteriores y sus venerables tradiciones, surgió la idea romántica del antihéroe, del “rebelde sin causa”, que, además, otorgaba una gran preponderancia a los aspectos estéticos (peinados, ropas, bailes) sobre los temas de fondo (¿Cuántas veces hemos escuchado aquello de “Importa más el ritmo y la actitud que las letras de las canciones”?).
En los 60, el movimiento hippie pretendía cambiar el mundo y se ensalzó el espíritu colectivo y la vuelta a la Naturaleza del ser humano. Sin embargo, al margen de unas pocas comunas hippies, con suma rapidez, nuestra sociedad de consumo enseguida se encargó de traducir aquellos elevados y profundos ideales en cosas tan banales como modas coloridas, consumo de drogas y canciones ligeras del llamado “flower power”.
Mucha gente realmente se creía que por dejarse el pelo largo y escuchar canciones de Dylan se convertían automáticamente en activistas sociales, personas de lo más guay, rebeldes y contestatarias, pero la realidad es que el “establishment” había conseguido “vendernos”, casi sin darnos cuenta, una revolución virtual fabricada a la medida de cada cual, basada en personas individualistas, incapaces de agruparse en colectivos sociales que realmente lograsen cosas importantes en el terreno político, empresarial y económico, que, al final, es lo que de verdad mueve el mundo.
A finales de los 70 y principios de los 80, el movimiento “punk”, de una forma más contundente y agresiva, terminó comercializándose de forma parecida, siendo un capítulo más del mismo juego de modas y mercados... “Enamorado de la moda juvenil”, como cantaba “Radio Futura”, o aquel “Quiero ser un bote de Colón”, de “Alaska y los Pegamoides”, grupos emblemáticos de la movida “afterpunk” madrileña. Si bien también hubo unos pocos visionarios que, no exentos de cierto sarcasmo y humor negro, supieron ver la realidad en canciones como “Autosuficiencia” de “Parálisis Permanente”: “Me miro en el espejo y soy feliz, y no pienso en nadie nada más que en mi…”
Es decir, el sistema consiguió que nos creyésemos rebeldes y revolucionarios, cuando en realidad seguíamos siendo los mismos borregos consumistas de siempre, a lo mejor con “pieles de lobo” en forma de chupas de cuero y otras indumentarias propias de las “tribus urbanas”, pero, al fin y al cabo, borregos individualistas autoengañados que corrían a las tiendas de discos, a las salas de conciertos, a escuchar programas de radio y a ver programas de televisión, en definitiva a consumir una serie de productos más o menos “marginales” o “minoritarios” de la llamada cultura “underground”.
Todo esto no quita que la música y las canciones jueguen un papel importante a la hora de transmitir valores de amor, solidaridad, justicia, espíritu colectivo, verdadera y profunda integración en la Naturaleza, respeto a todos los seres vivos, derechos humanos y participación… El verdadero “runrún” de la democracia real entre la gente.

Resuena en el sombrero: “Runrún”.- Nacho Vegas (Asturias, 2014).

2 comentarios:

CarlosRADAR dijo...

No puedo estar más de acuerdo, pese a que en otros tiempos habría querido rebatirte todo.

Mad Hatter dijo...

El rock´n´roll ayuda a visualizar algunos problemas, pero al banalizarlos, en cierta manera, y distraer a la gente, no ayuda a resolverlos, sino que enmascara un cierto conformismo, actuando más que nada como una forma de evasión. No obstante, es algo creativo y mucho mejor que otras actividades humanas. Muchas gracias por el comentario, querido Carlos.