jueves, noviembre 11, 2010

RESPUESTAS SIN PREGUNTA


Johnny "Rotten" Lydon, quien fuera cantante de los "Sex Pistols", dijo en cierta ocasión: "No tengo ni puñetera idea de lo que quiero, pero sé exactamente cómo conseguirlo". Esta incongruencia punk es fiel reflejo del funcionamiento de nuestra irreflexiva sociedad actual. A menudo deseamos obtener respuestas rápidas y que nos sean útiles de manera inmediata, antes incluso de plantearnos las preguntas, sin pararnos siquiera a pensar qué es lo que realmente queremos, porque eso de dudar, pensar, reflexionar y hacerse preguntas es un incordio y una pérdida de tiempo en nuestra ajetreada e interesada vida diaria.

La filosofía consiste, básicamente, en hacerse preguntas "inútiles", por el mero deseo de saber, cuyas posibles respuestas, además, no agotan o satisfacen totalmente la pregunta, sino que, por el contrario, suelen suscitar nuevas preguntas y hacen que aumente el interés por la materia en cuestión. Por ejemplo, cuando alguien pregunta "¿Qué hora es?", lo hace porque está interesado en alguna actividad o acontecimiento, como acudir a una cita, al trabajo o a un espectáculo, y una vez que le dicen la hora, se queda satisfecho, se olvida del asunto y sigue a lo suyo. Sin embargo, si alguien pregunta "¿Qué es el tiempo?", lo hace por el mero hecho de saber, sin que le mueva ningún interés particular inmediato. Por este motivo, a los jóvenes y a los niños les suele interesar la filosofía cuando se les introduce a ella de una forma amena, despertando en ellos su curiosidad innata, simplemente porque quieren saber cómo funciona el mundo que les rodea.

Pero la filosofía no se conforma sólo con responder preguntas, lo importante no es la respuesta o solución al problema en sí, sino la argumentación, el camino o el método que se ha seguido para llegar a esa respuesta. La filosofía debe ser razonada, argumentada y explicada, es, por tanto, contraria al dogma.

Además, alcanzar o conocer las respuestas correctas, no tiene por qué tener implicaciones prácticas en nuestra actitud y comportamiento en la vida. Muchas veces, por egoísmo, comodidad o debilidad, aún sabiendo cual es la forma correcta de actuar, no obramos bien y somos incongruentes con nuestros propios valores y nuestra forma de pensar. Ya lo decía Publio Ovidio en el siglo I, en una de sus obras poéticas más importantes, "Las Metamorfosis", cuando Medea decía aquello de: "Video meliora, proboque; deteriora sequor" (Veo el bien y lo apruebo, pero sigo el mal).

Sócrates afirmó que no está en nuestro poder el ser hombres justos o injustos. Si preguntásemos a alguien, decía, si le gustaría ser justo o injusto, nadie escogería la injusticia, y lo mismo sucedería con el valor y la cobardía, así como con las demás virtudes y defectos. Evidentemente, todo el que es vicioso, no lo es voluntariamente. Ni, en consecuencia, será virtuoso voluntariamente (Aristóteles. "Magna Moralia" 1187a7).

El niño, cuando nace, es tirano por naturaleza, sólo es a través de la educación, la convivencia, el ejemplo, el diálogo y la experiencia como nos vamos convirtiendo en personas con una ética y un comportamiento aceptables.

Es particular y paradójicamente frecuente en nuestro país, encontrarnos con gente que se enorgullece de ser impersuadible, y dicen cosas como: "Yo pienso lo mismo desde los 18 años". Lo cual es indicativo de que esa persona, posiblemente, no ha pensado nunca en su vida, sino que a los 18 años se le metió (o alguien le metió) una idea en la cabeza y allí se ha quedado encerrada como una mosca dando vueltas dentro de una botella.

Para el correcto funcionamiento de la democracia y de cualquier organización o empresa, es básico y fundamental tratar de persuadir pero a la vez ser persuadible. No hay que vencer, sino convencer. De nada sirve cerrarse en banda, estar demasiado seguro de todo, eludir las dudas y no plantearse preguntas. El pensamiento debe ser siempre creativo y dinámico, nunca dogmático, estático, ni inamovible.

Reflexiones suscitadas tras la atenta escucha del sabio discurso del gran pensador y filósofo contemporáneo Fernando Savater, quien, por cierto (hablando de Aristóteles), en 1991 publicó un libro muy leído en todo el mundo, titulado "Ética para Amador" (el hijo de Fernando), emulando la gran obra clásica "Ética a Nicómaco" (el hijo de Aristóteles).

Resuena en el sombrero: "It Happened to Me".- The Coal Porters (Los Angeles (California), 1995):


6 comentarios:

nancicomansi dijo...

AY, que tendríamos que leer más los clásicos...que por ello han pasado siglos y son aún aplicables sus reflexiones...
NUetsra sociedad es asquerosamente "utilitaria"y "pragmática"...todo debe dar interese y satisfacciones, cuanto antes mejor; y así nos luce el pelo....
oyes...¿será casualidad se haya eliminado la filosofía de la enseñanza media? unas nociones no harían ningún mal, pero haber si va a ser que en el fondo no interesa la gente pensante...

Un besazo bien "reflexivo", eso si...!

Mad Hatter dijo...

Muy bien, "Nancinicómaca", has dado en el clavo. Es cierto, los librepensadores siempre han estorbado mucho al poder.
Se nota que saqué sobresaliente en filosofía en COU ¿Verdad? Es que tuvimos una profesora muy buena (en el buen sentido, no penseis mal que os conozco).
Besos "platónicos".

WODEHOUSE dijo...

si, abundando en lo de yo sigo pensando igual desde los18 años...mal vamos.
El cambiar de ideas es evolucionar y crecer.

Mad Hatter dijo...

Muy bien, "Wood", también has dado en el clavo, eso es.
Besos crecidos y evolucionados.

atikus dijo...

Sólo con ver operación triunfo o algún programa de telebasura (gran hermano etc) se da uno cuenta lo lejos que estamos de los clásico.

Pienso luego existo, no pienso luego veo la tele.


Abrazos

Mad Hatter dijo...

Hombre "Atikus", tampoco hay que ser tan radical, hasta las cosas más cutres de la tele nos pueden hacer reflexionar. Y la entrevista a Fernando Savater la vi en la tele, eso sí fue en la "2", hay mejores programas de los que pensamos, aunque los ponen a horas bastante intempestivas, pero no se puede generalizar.
Abrazos con toga.