El arquitecto Jorge Yeregui (Santander, 1975) dice que la crisis económica está llenando el paisaje de despojos arquitectónicos. Su voluntad crítica y su mirada estética le han llevado al proyecto "En el camino", cuyo mejor resultado se pudo contemplar en el Monasterio de la Cartuja el pasado otoño de 2008.
A un lado y otro de cada carretera, de cada autopista, el viajero atento puede advertir cotidianas presencias: moteles, ventas, estaciones de servicio... y pre-ruinas, esos "edificios singulares que se han convertido en ruinas incluso antes de finalizar el proceso de construcción", explica el arquitecto afincado en Sevilla Jorge Yeregui. Sobre ellas versa el proyecto "En el camino", una obra que ha entusiasmado al director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), José Lebrero, y cuyo resultado más asequible pudo ser disfrutado por los visitantes de la Isla de la Cartuja.
Yeregui montó una inmensa valla publicitaria en la pradera del CAAC, frente a la Gerencia de Urbanismo, que mostró una pre-ruina, en lo que constituye "una forma de alertar sobre una sociedad de consumo que nos lleva a construir cosas que luego no podemos pagar y abandonamos".
Ésa es la explicación de gran parte de las edificaciones abandonadas que jalonan la geografía: "Las pre-ruinas engendran una contradicción, una ilusión frustrada, y, al resultar inhabitables, se convierten en construcciones a medio camino entre la escultura y la arquitectura".
Inspirado en el trabajo de Robert Smithson, un recorrido por los monumentos de Passaic, en los que el creador recorrió el extrarradio de Nueva York en busca de objetos y edificios abandonados, el proyecto de Jorge Yeregui acerca su objetivo a la geografía andaluza, "donde se concentra el mayor número de pre-ruinas".
"Estoy interesado en todo aquello que pasa desapercibido a ojos del hombre", afirma. Y las pre-ruinas, justamente, "están colonizando silenciosamente el paisaje, pero al contrario que los vestigios del pasado, éstas no necesitan arqueólogos sino detectives que investiguen qué ha sucedido para que lo que un día fue la ilusión de alguien se convierta en un desecho de la sociedad".
Actualmente inmerso en el doctorado, Jorge Yeregui tiene claro que no se plantea "levantar más edificios": "Lo que a mí me interesa es el análisis de la ciudad, del urbanismo y, por tanto, también de la sociedad". Sus inquietudes ya quedaron explicitadas en su anterior trabajo, "El valor del suelo", un proyecto fotográfico que investigó sobre el mercado inmobiliario asociado al turismo. Aquella colección situó el nombre de Yeregui en el mapa de los creadores más inquietos y ahora, el CAAC, está decidido a mostrar durante tres meses una muestra del talento de un arquitecto que lleva años siguiendo con lupa "los despojos de la cultura del ladrillo, del urbanismo brutal", como son los macrocomplejos turísticos en la costa o las pre-ruinas que anidan como presencias fantasmales en todos los caminos.
"Para mí el arte es uno de los mejores medios de comunicación, por eso estoy decidido a poner mi bagaje como arquitecto al servicio de la creación y del pensamiento", asegura Yeregui.
En la foto de arriba, paisaje próximo al pueblo de Sojuela (La Rioja). En primer término, pueden verse las ruinas de una vieja tenada para el ganado, y al fondo lo que hasta hace poco era una pre-ruina surgida por el fallido intento de construir un polideportivo para el pueblo, una especie de compensación de la constructora por la cesión de terrenos llevada a cabo para construir una urbanización con campo de golf, un kilómetro más arriba, que sí se hizo hace un par de años. Hace unos días, parece que la obra se ha retomado como consecuencia del Plan de ayuda a los municipios impulsado por el Estado y las Comunidades Autónomas para tratar de reactivar la economía y luchar contra la crisis.
5 comentarios:
Hola Mad.
Ante todo, gracias por la visita y el comentario.
Efectivamente se trata de un pinsapo, hermoso ejemplar de unos 5 metros de alto.
Lo planté en mi casa (bueno, en el jardín...) : ) hace unos 20 años y es la primera vez que aparecen los conos; así que me esmeré haciéndoles fotos.
Planté otros cuatro pequeños en los jardines del sitio en el que trabajo. Sólo ha sobrevivido uno de ellos y su estatura no es ni de 2 metros: allí pasa más calor y recibe menos agua en verano.
Y después de toda esta botánica explicación, te comento que oí algo en Radio 3 acerca de este proyecto y que, inmediatamente, me acordé de una de esas ruinas ruinosas que reina junto a una carretera de mucho paso en las afueras de mi Ronda de mis dolores.
Se trata de un matadero comarcal de dimensiones gigantescas que se dejó paralizado a medio construir, hace, pues como la edad de mi querido pinsapo.
Ahí está y alguna gente lo usa para guardar caballos y perro de cacería, imagino que con autorización de las autoridades (im)pertinentes.
Triste y derrochador ¿no?
Saludos sin ruina.
Algunos edificios han pasado de joven promesa a vieja gloria, sin haber llegado a existir de forma funcional.
Esperemos que el plan de ayudas, sirva para terminar esas ruinas a medio construir...
Palabra de verificación: redomi, parecen notas musicales
GAlicia está llena de pre-ruínas y lo peor es que algunos viven dentro. HAce poco pasé por la costa norte llena de edificios de apartamentos en construcción... totalmente abandonados, supongo que debido a la crisis. En cualquier caso, el panorama es desolador.
Besos construídos.
Buen tema. Es que una de las cosas más decentes que pueden hacer los arquitectos es no construir.
Yo estuve pensando en ir a fotografiar alguna de las ciudades fantasma que han quedado a medias.
Merecido varapalo nos ha dado el parlamente europeo hoy mismo con este tema de la maldita construccion.
Ay, qué bien vivir tan cerca de los bosques de Pinsapos, ahí en la Serranía de Ronda, Secretario. Es una de nuestras mejores joyas botánicas ibéricas.
Me has pillado, de nuevo Radio 3 está detrás de esta entrada.
Debería haber una ley contra las pre-ruínas, que quien las haya dejado a medio construir que las quite y si no que lo haga la Comunidad Autónoma a su cargo. Aunque supongo que para algunas siempre queda la esperanza de que puedan terminarse y servir para algo.
Las ruínas siempre han tenido cierto encanto romántico, del que suelen carecer las pre-ruínas, aunque algunas pueden tener cierto valor escultórico-arquitectónico, adecentando algo el entorno.
Bueno, veo que hay pre-ruínas por toda España, muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Besos constructivos.
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