Es algo que, aunque sucede inexorablemente todos los años, no por ello deja de sorprendernos y alegrarnos. Después de este duro y largo invierno, parece que por fin ha llegado la primavera, al menos desde el punto de vista fenológico, ya que astronómica y oficialmente la primavera comenzará con el equinoccio el próximo 21 de marzo.
Después de las últimas nevadas, las templadas temperaturas y la proximidad de la luna llena han provocado que comiencen a florecer los Almendros, los Jaramagos, Mostazas y Rabanillos silvestres de la familia de las Crucíferas, los Sauces (Salix), las Pamplinas (Veronica), las Violetas (Viola), los Tusílagos (Tussilago farfara), las Chirivitas (Bellis), los Dientes de león (Taraxacum officinale) y las Cincoenrama (Potentilla), mientras que los Álamos (Populus alba) extienden sus amentos al viento (amentos masculinos en la tercera foto). Me encanta el nombre en catalán de este bello árbol de nuestras riberas: “l´aube”.
Pero la flor que más me ha llamado la atención esta primavera ha sido la del Tusílago (en las dos primeras fotos). Es una de esas flores precoces, que emergen del suelo de forma asombrosamente rápida, misteriosa y mágica, entre el barro y las rocas, antes de que les salga cualquier vestigio de las verdes hojas, aparecen en el extremo de unos tallos rojizos y escamosos, entre los restos secos y grisáceos de las hojas del año pasado. Como si fuesen pequeños soles de un radiante color amarillo que son visitados profusamente por las abejas y los sírfidos, que buscan con avidez los primeros sorbos de néctar del año.
Néctar que también es ofrecido por otras flores tempranas, como las diminutas y delicadas Pamplinas (Veronica sp.) de un bello e intenso color azul, o las conocidas Violetas (Viola sp.). Si bien, sólo la especie V. odorata desprende el delicioso y característico aroma de esta flor tan cantada en tonadas, coplas y versos. Siendo mucho más frecuentes, en los suelos más pobres y ácidos de nuestras sierras, las especies inodoras del género (V. canina (4ª foto) y V. riviniana).
Curiosamente, todas estas flores, además de salir tempranamente a finales del invierno y comienzos de la primavera, tienen en común sus propiedades medicinales expectorantes. La más potente y utilizada, como su propio nombre indica, es el Tusílago (que significa antitusivo en latín), ya que las flores de esta planta contienen mucílagos, taninos, inulina, flavonoides y alcaloides que fluidifican las secreciones bronquiales y ayudan a su eliminación, calman la tos e impiden que se desarrollen las inflamaciones de faringe, laringe, amígdalas y bronquios, por lo que también resulta ideal para que los exfumadores limpien sus bronquios y regeneren las mucosas respiratorias.
Para depurar los bronquios se recomienda una mezcla de 15 g. de Tusílago, Pulmonaria, Liquen de Islandia, Marrubio y brotes de Pinabete, disponiendo una cucharada sopera de la mezcla por cada cuarto de litro de agua. Se hierve durante 2 minutos y se deja reposar otros 10. Debe tomarse una taza bien caliente cada 4 horas. Para mejorar el sabor puede agregarse una cucharadita de miel.
También se usa para bajar la temperatura corporal (fiebre), para lo cual resulta muy efectiva la tisana que se prepara combinando 15 g. de Tusílago, Amapola, Genciana y Saúco, disponiendo una cucharada sopera de mezcla por cada taza de agua. Se hierve durante 3 minutos y se mantiene en infusión durante un cuarto de hora. Pasado ese tiempo se agrega zumo de limón y miel para disimular el sabor amargo.
Las Pamplinas (Veronica officinalis, V. persica, V. chamaedrys, ver quinta foto) también se utilizan para la tos, como expectorante, como tónico estimulante del apetito, como estomacal en trastornos digestivos, así como para las afecciones renales y reumáticas, habiéndose comprobado la eficacia de su zumo contra la gota. Contiene taninos, jugos amargos, ácidos orgánicos, vitamina C y aceite esencial.
Las mencionadas Violetas también sirven para ablandar la tos y dulcificar las secreciones de las vías respiratorias, facilitando la expectoración. El mucílago de las flores posee propiedades demulcentes, antitusivas y antiinflamatorias. También contiene ácido salicílico de propiedades como analgésico y antipirético, y los alcaloides de la raíz ejercen una acción hipotensora, si bien éstos, junto a la saponina que contienen las raíces, pueden producir vómitos y trastornos nerviosos y circulatorios, cuando se sobrepasan las dosis recomendadas, por lo que se desaconseja el uso de las raíces de esta planta para fines medicinales.
Tradicionalmente, las Violetas se han utilizado contra la gripe, los resfriados, la faringitis, la bronquitis, el enfisema, el asma, la gastritis y el reumatismo.
Las llamadas “curas de primavera”, mediante el consumo (verduras, ensaladas e infusiones) de plantas depurativas son todo un clásico de la fitoterapia tradicional. Parece como si la Madre Naturaleza hubiese hecho coincidir la floración de estas flores tempranas para ayudarnos a expulsar todos los virus y las toxinas que hemos ido acumulando durante el invierno, para que podamos respirar profundamente, llenar nuestros pulmones con la cálida brisa primaveral y disfrutar del aroma de las primeras flores.
Fotos by Mad Hatter, excepto la última de Veronica chamaedrys (bajada de internet).
16 comentarios:
Yo recuerdo que mi abuela recogía unas flores de color violeta veteadas de blanco, que a fecha de hoy aún no sé cómo se llaman y hacía infusiones curativas con ellas.
¿Flores violeta con blanco? Buffff... pues hay muchas. A ver, busca en "Google imágenes" por alguno de estos nombres a ver si sale alguna que te suene: Malva, Lino (Linum), Pulmonaria, Nomeolvides (Myosotis), Salvia, Romero (Rosmarinus).
Llevabas mucho tiempo sin dar señales de vida, Raquel.
Hay otras flores violetas, las ipomeas, cuyas semillas, en infusiones pueden ser alucinógenas...
La primavera ha llegado
y algunos los ha alterado...
Como me gusta el buen tiempo, que estaba ya hartito de temporales.
La malva, Madd, gracias, ahora que lo he visto he recordado, y mira si abundan por acá, jajaja.
Sí, he tenido un poco abandonados los blogs, he estado muy centrada en las fotos, para finales de abril inauguro una exposición que durará quince días.
Besote.
Pues sí "Futuro boticario", ya era hora de que llegara el buen tiempo.
La Ipomea, el famoso "Don Diego de día", no sabía que sus semillas eran alucinógenas. Como dice el dicho: "Nunca te acostarás sin saber una cosa más".
Un abrazo.
De nada Raquel, es que la Malva es una de las plantas medicinales (y comestibles) más populares y utilizadas. Es conocido el dicho: "Con un huerto y un malvar hay medicinas para un hogar".
Que tengas mucha suerte con la exposición fotográfica ¿Habrá flores?
Habrá, habrá, casi todo primeros planos al natural aunque también algunos bodegones retocados.
Hatter humus: Me dejo esta entrada para mañana despacito, para asimilarla, pero el D. Diego no se le llama también el Galán de Noche? Al menos en Málaga se les llama de las dos maneras, no hay consenso en la nomenclatura...
Por más que miro y remiro los Tusílagos, no los reconozco. Creo que no los he visto nunca; será porque no los hay en las zonas que frecuento, supongo...
Sí he observado, y sin entender la razón, que los sírfidos, puestos a elegir, acuden antes a una flor amarilla que a otra.
Buenas recetas.
:)
Muy bien "Wood", hay que ver lo aplicadita que eres. Eso de los Don Diegos y Galanes de noche y de día es un poco follón sí, yo tampoco me aclaro mucho. Por eso siempre es conveniente poner los nombres en latín, porque así no hay dudas.
"Mosquito": El Tusílago es una planta Europea, propia de los climas de influencia atlántica, algo fríos, que crece en taludes frescos a menudo rezumantes de humedad, creo que se enrarece mucho o no hay a medida que se va hacia el Sur y las costas.
Los sírfidos (esas moscas con apariencia de avispa o abeja) suelen ser de tonos amarillentos (con rayas negras y blancas), quizá por ello se sientan más atraídos hacia un color que les resulta familiar y atractivo. Digo yo. Usted sabrá más de eso, aunque sólo sea por afinidad bicheril chupóptera.
Es broma, un saludo "Mosqui".
Caray, no hacía falta que aclarases que es broma. No sé mucho de sírfidos, excepto que me gusta observarlos. Sí, algo al respecto de su color quería haberte comentado (¿Pretenden mimetizarse? ¿Influye la flor en su color?) Como bien sabes, existen sírfidos cuyo amarillo no es tan intenso, o, ni siquiera es amarillo. Observaré si estos prefieren otras flores más afines a sus tonos.
En cuanto a la clasificación que has hecho en mi blog: No había caído (qué bobada) en que la segunda fotografía es de flor de romero. Tan atolondrado estuve observando la flor a ravés de la lente, que no la asocié al romero. Joer, hay que estar tonto. A veces el ojo se interesa en una parte y no observa el total.
Ja, ja, ja! Acabaremos haciendo una tesis sobre los sírfidos, "Mosqui".
Esta familia de dípteros carecen de aguijón y son totalmente inofensivos, con sus colores, muchas especies consiguen tener un aspecto similar al de avispas y abejas, poseedoras de un temible aguijón, lo que les sirve como defensa. En la Naturaleza, la mezcla de colores amarillo, naranja o rojo con negro, suele ser un código "universal" que significa: "Peligro, no me comas que soy venenoso".
Hay muchas flores de color amarillo porque es muy luminoso, llamativo y contrasta con el verde circundante.
Las larvas de los sírfidos tienen un aspecto parecido al de orugas de lepidópteros, hay una de ellas, perteneciente a la especie Scaeva pyrastri, de color verde, que es una temible y útil devoradora de áfidos (pulgones). Una vez observé como una de ellas iba avanzando por la rama de un Madroño, cogía un pulgón con la boca, lo levantaba en el aire, lo devoraba en pocos segundos y pasaba por el siguiente.
Parece que la primavera te activa las neuronas, el caso es que llevas varias entradas provechosas, bien condimentadas, abundantes y sobre todo bien servidas como no podía ser menos.
El caso es que oiga, yo ni idea de todo esto que nombras y refieres, así que los ojos me hacen chiribitas (no sabía que era una planta) cuando te veo haciendo chicuelinas cual maestro en el ruedo hablándonos de pamplinas como si fuesen autenticas verónicas a lo Declan Mac Manamus esta vez, dando hasta recetas de auténtico boticario, esto es el no va más de la sabiduría. En fín, si me permite antes de quitarme el sombrero o la pamela en mi caso me tomaré una de esas Violetas para aclararme la garganta tras mi alocución. un besazo.
Gracias "Wood", las recetas las he copiado de un fitoterapeuta que vi en internet, aunque algún curso he dado en la materia, no soy ningún experto.
Pero como este menda también sa criao en Madrí, pues le dedico a usté esta copla que ma inspirao su parrafada... Ahí va:
"Como aves precursoras de la primavera
en Madrid aparecen las violeteras,
que pregonando, parecen golondrinas
que van piando, que van piando
Llévelo usted señorito
que no vale más que un real
llévelo usted señorito
lleve usted este ramito
pa lucirlo en el ojal".
Pa ti pa siempre ¡Chulapa!
Y como le decían a mi abuela cuando pasaba por la Calle Mayor:
"¡Vaya un chopo criao en ribera!"
Te voy a regalar unas violetas de la Pajarita, las más famosas de Madrid, en la Plaza de canalejas. y es que hoy...te has salido!
Guapetón.
Si es que leyendo la entrada me parecía que el caballero del sombrero nos había salido médico también!!
Los cursos de fitoterapia los hiciste en Madrid?
Besotes, y me encantan estas entadas ^_^
Gracias "Arwen".
No, el cursillo de fitoterapia lo hice en Herce, un pueblo de La Rioja Baja, cerca del Balneario de Arnedillo.
Besos sin pamplinas.
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