No soy el único que piensa que nos encontramos a las puertas de una nueva era, la actual pandemia, el movimiento antirracista surgido en EEUU y el agotamiento del actual modelo capitalista, nos hacen presentir que se avecinan cambios importantes en el mundo.
Esta sensación ha sido reforzada durante este verano por dos encuentros que, en tiempos pretéritos, hubiesen sido interpretados por los augures como potentes señales de que algo importante se avecina. El 12 de julio, en la zona más baja de La Rioja, en la Reserva Natural de los Sotos del Ebro (Alfaro), observé un bullicioso bando de aves que, al aproximarse, pude comprobar que se trataba de un grupo de Aviones zapadores (Riparia riparia) que acosaban ruidosamente a un ejemplar albino, de un blanco inmaculado (ver primer dibujo).
Ayer sábado 22 de agosto, en uno de los lugares más altos de La Rioja, en un alto próximo al Puerto de Piqueras, a más de 1.720 m. de altitud, en el talud de una pista forestal, descubrí una roca que brillaba al sol con una colorida y bella iridiscencia, como si un minúsculo trocito de arcoíris se hubiese petrificado (ver 2ª foto). Creo que se trata de una fina capa de Calcopirita que recubre la roca arenisca de esa zona, pero no he podido evitar pensar que se trata de una nueva señal de que se avecinan importantes acontecimientos. Ojalá sea el inicio de una nueva era de respeto a la Naturaleza, a los derechos humanos, a la solidaridad y una mayor igualdad y participación de todos los seres humanos en el devenir de la vida sobre el planeta Tierra.
Algo similar a la premonición de aquel Bisonte blanco, de la que ya hablé hace años.
Por alguna extraña razón, siempre que hablo de estos temas de profecías y presagios, me llevan al lejano Oeste americano, quizás como símbolo máximo de la actual sociedad occidental.
Resuenan en el sombrero: “Rainbow Stew”.- Jason Ringenberg (Texas, 2004). Rainbow man.- Jeff Bates (Mississippi, 2003).
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