martes, enero 08, 2013

INDI-GO!


El otro día escuchaba junto a mi hijo una canción infantil que repasa los colores del arcoiris, en la que se nombran múltiples cosas representativas de las distintas gamas del espectro visible, ya sabéis: rojo (cereza, tomate); naranja (cítrico, calabaza); amarillo (limón, paja); verde (hojas, ranas); azul (cielo, turquesa); etc…; pero al llegar al color índigo (azul oscuro), una y otra vez repetían la misma cosa: berenjenas ¡Pero si las berenjenas no son azules sino de color violeta oscuro, casi negro! (pensaba yo). Vamos a ver… qué cosas hay que sean de color índigo… Umm… ¡Leches, pues no es tan fácil! Lo cierto es que se trata de un color bastante poco frecuente en la Naturaleza. Buscando con más calma, he encontrado estos bellos ejemplos:

Comencemos por lo más básico y elemental, como es el mundo mineral, en el que encontramos a la espectacular Ágata azul (9ª foto) y a la austera pizarra (10ª foto), si bien esta última roca es más bien de color grisáceo con reflejos azulados, dependiendo del ángulo en el que incida la luz, tal y como sucedía con aquel oscuro madero húmedo sobre el que crecía el hongo Tremella, debido a un efecto óptico-fotográfico.

Siguiendo en este misterioso reino fúngico, además de aquel extraño moho azul de las choperas, tenemos al no menos espectacular Lactarius indigo (7ª foto), seta comestible propia del Este de Norteamérica, Centroamérica y China, aunque hay alguna cita del Sur de Francia, que forma micorrizas con numerosas especies de árboles, tanto frondosas como coníferas. En nuestras más cercanas florestas carpetovetónicas encontramos a la pequeña y austera Helvella juniperi (6ª foto), cuya aterciopelada superficie piléica recuerda mucho al color del dorso del heráldico Halcón Peregrino (Falco peregrinus, 5ª foto), sobre todo el de las hembras adultas de la subespecie peregrinus, propia de Europa central. Si bien, entre las aves europeas, no hay índigo que supere al de la modesta pero no menos bella Golondrina común (Hirundo rustica, 4ª foto) que alegra nuestras primaveras y veranos con sus vivarachos trinos e inverosímiles cabriolas aéreas.

Debemos cruzar el charco para encontrar un color índigo tan intenso como el del brillante macho del llamado Indigo Bunting (Passerina cyanea, 2ª foto) cuyo eléctrico plumaje supera con creces los desgastados colores de cualquiera de los avechuchos del viejo mundo. Este bello pájaro comedor de semillas comparte hábitat con un reptil de color y nombre similares, se trata de la Eastern Indigo Snake (Drymarchon couperi, 1ª foto), propio del S.E. de USA. Se trata de un enorme culebrón que puede alcanzar los 3 metros de largo, aunque no es venenoso, pero tiene la facultad de ser inmune al veneno de las demás serpientes, lo que le permite alimentarse de ellas, o sea que es una especie de serpiente caníbal (ofidiófaga).

Más al Sur, en las selvas brasileras encontramos al gran Guacamayo azul o Ara Jacinto (Anodorhynchus hyacinthinus, 3ª foto).

Nos habíamos saltado las flores, entre las que tenemos al género Lupinus, una leguminosa (familia Fagaceae) que se extiende por los cinco continentes, si bien la especie que tiene flores de un color índigo más puro quizás sea el Lupinus pilosus (8ª foto), propia del Mediterráneo Oriental, desde Grecia hasta Israel.

Para finalizar con música (como siempre), antes de que se acuñara el término “indie” (referido a la música pop independiente), a principios de los 80, ya existían precedentes de un colorido pop naif con tintes psicodélicos, provenientes de las doradas y soleadas playas californianas, bañadas por el Océano Pacífico de profundas aguas de color índigo ¡Indi-Go!

Resuenan en el sombrero: “Blue”.- The Rain Parade (Los Ángeles (California), 1984). Por no repetir aquel otro “Blue” de mis queridos Jayhawks. También hay un dúo americano (de Athens, Georgia) de chicas que cantan folk-rock que se llaman las "Indigo Girls" que además, en 2005, hicieron una versión de la canción de Elton John titulada "Mona Lisas and Mad Hatters" que estaba claro que tenía que poner. Aunque, visto que es un color tan raro y alienígena, quizás le pegue más una música más “New Age Espacial”, como la que lleva haciendo desde hace 35 años el grupo barcelonés “Neuronium”, con el músico belga Michel Huygen a la cabeza. En el vídeo de esta canción de 1988 - “Prelude” - se puede apreciar una de esas bonitas alfombras azules de Wild Lupine (Lupinus perennis), tan características de las praderas norteamericanas.

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