viernes, marzo 14, 2008

Nuevos Pecados, Pecados Viejos


Los medios han vuelto a sacar una rimbombante noticia a costa del morbo que producen los temas concernientes a la religión, el pecado y la Iglesia, especialmente si se trata de la Iglesia Católica.

Como bien explica "Frikosal" (uno de los ateos más preocupados por los asuntos religiosos que conozco), en una de sus últimas entradas, todo surgió a raíz de una entrevista que se hizo a Monseñor Gianfranco Girotti, director del penitenciario apostólico (el organismo encargado de supervisar la confesión y las indulgencias plenarias de la Iglesia), el cual, hablando sobre el pecado, comentó que también se peca cuando se daña el medio ambiente; se participa en experimentos sobre manipulación genética; cuando se acumulan excesivas riquezas; se consume o trafica con drogas; se ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social. Pero en ningún momento se ha publicado ninguna nueva lista oficial de pecados, avalada por el Papa en ninguna encíclica, ni nada parecido.

Al comentar la noticia con un sacerdote amigo de la familia, tratando de profundizar en el "misterio del pecado", éste mencionó algo sobre Orígenes y entonces me acordé de aquella otra entrada de "Frikosal".

Y, para enlazar con mi último post, recordar también que el tema religioso está muy presente en algunas canciones de los "Violent Femmes", tales como "Confessions", "Jesus Walking On The Water" o "Faith".

Es evidente que la Iglesia Católica es una institución muy antigua, que tiene una inercia y un anquilosamiento muy grandes en muchos temas y que, frecuentemente, comete el desatino estratégico y apostólico de meterse en "camisas de once varas", berenjenales y de entrar en detalles a los que, en mi opinión, no tendría por qué meterse, ya que no constituyen elementos esenciales de la fé Cristiana, especialmente, en lo referente a temas relacionados con el sexo.

Porque, si los obispos pueden hablar de política y de preservativos, supongo que yo también puedo opinar sobre la religión y el pecado, y, enlazando con aquella polémica y atrevida entrada mía sobre los "fariseos", he llegado a la conclusión de que muchos de los prejuicios que la Jerarquía Eclesiástica Católica tiene en relación al tema del sexo, no provienen de la esencia del Cristianismo, la cual se halla principalmente en el Nuevo Testamento, sino que, para encontrar la raíz del asunto, hay que remontarse a los "orígenes", es decir, al "Génesis" y a las interpretaciones teológicas que enunció un tal Orígenes, nada menos que en el siglo III d.C.

El "Génesis" nos dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, y que Adán y Eva vivían felices en el jardín del Edén, en un estado de "santidad primigenia", hasta que fueron tentados por el Diablo en forma de serpiente y comieron del fruto prohibido del "Árbol del Bien y del Mal". Ya que, al parecer, no les bastaba con vivir felices siendo los reyes de la creación en el Paraíso, sino que, por ambición, egoismo y soberbia, quisieron ser como Dioses y comieron el fruto del único árbol al que Dios les había prohibido comer. Fue el famoso "Pecado Original", el cual no sólo provocó la expulsión del Paraíso de Adán y Eva, sino que ha trascendido a toda su progenie, esto es, a toda la humanidad. Por así decirlo, se trata de un pecado "hereditario" con el que nacemos por el mero hecho de ser hombres, y que sólo es eliminado mediante el Sacramento del Bautismo, aunque lo ciero es que en el ser humano siempre queda un poso de maldad, una cierta tendencia natural a pecar.

"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella; mas ¡Qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida! Y pocos son los que lo encuentran (Mt. 7 13)."

Prosigue el "Génesis" narrando que, Adán y Eva, al tomar consciencia de que habían pecado, cayeron en la cuenta de su desnudez, sintieron vergüenza de sí mismos y se taparon con unas hojas de parra. Fueron expulsados del Paraíso y el mundo pasó a convertirse en un medio hostil, en el que debían vestirse para taparse y protegerse del frío, y se veían obligados a trabajar para poder comer, "ganandose el pan con el sudor de su frente". Mientras que la serpiente, por su parte, fue condenada a arrastrarse por el polvo durante toda su vida.

El siguiente episodio del "Génesis" es el conflicto entre Caín y Abel, y, a partir de ahí, los conflictos, la violencia y el pecado han ido aumentando en una espiral enloquecida, hasta el punto de que Dios se arrepintió de haber creado al hombre y quiso exterminarlo mediante el "Diluvio Universal", con la excepción de Noé y su familia, los elegidos que se salvaron, junto con todos los animales, que también los había puros e impuros (como bien nos recordaba "Bloggesa" no hace mucho).

Orígenes (185-254) dijo que, si bien está claro que, desde un primer momento, Dios nos ha hecho a su imagen, la semejanza con Él es algo que se debe ir adquiriendo poco a poco, a medida que nos acercamos a Dios, mediante la virtud, el cumplimiento de los Mandamientos y las Bienaventuranzas, y con la fuerza que nos proporcionan los Sacramentos, mientras que el pecado supone un paso atrás, un alejamiento de Dios.

Sin embargo, el asunto del sexo ya le debió causar serios problemas psicológicos y de fé a Orígenes, ya que éste llegó a autocastrarse utilizando unas piedras, cumpliendo textualmente aquella otra enseñanza bíblica que dice: "Y si tu mano derecha te es ocasión de pecado, córtatela y arrójala de tí; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo vaya a la gehenna (Mt. 5 30)."

Lo cual me induce a pensar que es en este teólogo del siglo III donde se encuentra el orígen (nunca mejor dicho) de que, desde entonces, la castidad sea vista como una virtud y como un signo de santidad, mientras que todo lo concerniente al sexo, fuera del matrimonio y la procreación (con las mínimas florituras posibles), pasara a formar parte del lado impuro, de esa tendencia natural a pecar, fruto del "Pecado Original".

Parece evidente que la Biblia tiene un lenguaje que resulta muy ambiguo en nuestros días, si bien intuimos que en sus textos metafóricos existe un gran fondo de verdad profunda, en relación a lo que es la esencia del ser humano, su verdadera naturaleza y el camino que Dios nos enseña para alcanzar la felicidad a través del amor. Sin embargo, me da la impresión de que la interpretación "oficial", inevitablemente humana y sesgada, que se hace de las Sagradas Escrituras ha caido y cae en no pocas obsesiones patológicas en relación al mal y a la vigilancia permanente para no caer en las tentaciones del Diablo, particularmente, en las relacionadas con el sexo.

En mi opinión, el pasaje bíblico del "Pecado Original" es una magnífica metáfora de la naturaleza humana, con todos sus claroscuros, que, desde el primer momento, como consecuencia del don divino de la libertad, el mal, junto con el bien, entraron a formar parte de nuestro corazón y de todo nuestro cuerpo, sin que haya partes concretas del mismo en las que el pecado tenga una mayor "concentración". No hay por qué avergonzarse de ninguna parte de nuestro cuerpo, ni de sentir el impulso natural del deseo sexual. Si bien, como seres humanos que somos, deberíamos ser capaces de controlarlo para no atentar contra la libertad de los demás, ni contra nuestras propias convicciones morales, libremente asumidas.

En el fondo, todo reside en la mente, y con el sexo pasa como con todo, se puede hacer un buen uso de él, de forma que sea una de las mayores muestras de amor que conocemos (incluso entre personas del mismo sexo), o se puede abusar de él y cometer un sin fin de aberraciones, perversiones y violaciones (incluso entre personas de distinto sexo). Ahora, renunciar al sexo "voluntariamente", se supone que para poder concentrar todos los esfuerzos y toda la atención en cosas más espirituales, me parece algo altamente peligroso y antinatural para el común de los mortales, quizás sea algo sólo alcanzable para unas pocas personas que hayan podido llegar a niveles espirituales muy elevados, pero, desde luego, no me parece algo que se pueda generalizar y hacer extensible "por real decreto" a todo el colectivo que constituye el clero.

El primate homínido más próximo al hombre, con el que compartimos un 99% de los genes, es el Bonobo o Chimpancé pigmeo, una criatura de Dios, un animalito que, siempre que tiene ocasión, practica innumerables juegos sexuales ajenos a la procreación. Por lo que quizás habría que preguntarle a los expertos en biología, asesores del Vaticano: ¿Sería el Bonobo el que realmente se subió al "Árbol del Bien y del Mal" y le alcanzó la manzana a Eva? -El Diablo tomó la forma de una serpiente, en aquel momento, pero... ¿Podría ser el Bonobo una obra exclusiva del Demonio ajena a toda intervención divina?

Resuena en el sombrero: "Love You More Than This".- The Sinners (Lund (Sweden), 1990).




Ilustración de arriba: Representación del "Pecado Original" en la bóveda de la Capilla Sistina.

8 comentarios:

Bloggesa dijo...

Excelente artículo. Aunque tengo que hacerte una pequeña rectificación: El "Génesis" nos dice que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios.
El "Génesis" dice que el hombre y la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1, 27). Renglones más allá, la mujer se le pierde al autor y hace Dios otra. Que se le olvidó, vamos. Aquí la explicación.

Mad Hatter dijo...

Muy interesante la figura de Lilith, "Bloggesa", no la conocía. A lo mejor también está emparentada con el Bonobo, como en una suerte de intentos por crear a la mujer y al hombre "adecuados". Y aún así luego se arrepintió y mandó el diluvio.
Si es que somos unos pecadores empedernidos e incorregibles.

atikus dijo...

Te van a excomulgar Mad!!!

es que esto de interpretar, sólo lo puede hacer Rouco ;)

frikosal dijo...

No es exactamente preocupación, es más bien que me fascinan. Gracias por las referencias.
Puestos a ser detallistas, de lo de las dos piedras yo no he encontrado ninguna referencia seria. Pero quien sabe.
¿Recuerdas donde lo oiste?

Mad Hatter dijo...

Bueno "Atikus" estamos en un país libre, todos podemos opinar de todo, y, al margen de algunos detalles sexuales, creo que no digo ninguna herejía.

Pero si lo de autocastrarse con piedras lo dijiste tú "Friko", y con una piedra sola, ya me dirás como lo iba a hacer, lo lógico es coger dos piedras, una en cada mano, y ¡plas, plas! Perdón por lo descriptivo y doloroso que resulta sólo de imaginárselo.

frikosal dijo...

Bueno, yo dije "Me dicen un amigo que en algunos colegios enseñaban que Orígenes utilizó una piedra como instrumento de emasculación, pero yo no he encontrado nada al respecto."

No tiene más importancia, pero me gustaría saber a quien se le ocurrió eso. Parece que algunas frases tienen vida propia y se propagan a su aire.

Interesante lo del bonobo.

WODEHOUSE dijo...

Me hace gracia lo de Frikosal: "El ateo más preocupado por la religión." Y es que los menos preocupados parecen ser los propios interesados. Ahora la religiosidad es muy tibia, de baja intensidad diría yo... mientras uno tenga sus cositas en orden parece que lo demás le importa ocho pepinos y medio.

Mad Hatter dijo...

En mi opinión, la Iglesia Católica está realmente preocupada por la religión y por los temas espirituales, aunque, por desgracia, tampoco tiene "sus cositas" muy en orden. Lo que le sucede es que tiene unos prejuicios, inercias, lastres y sesgos muy grandes que no es capaz de superar por el excesivo conservadurismo y la falta de apertura de miras de sus dirigentes. Cosa que también les sucede a muchas otras organizaciones, partidos y empresas, por cierto.
Lo que no puedo entender es esa estrategia tan absurda de hacer hincapié y de entrar tan frecuentemente al trapo, que los medios se encargan de azuzar constantemente, de los temas relacionados con el sexo. Me da la impresión de que el celibato les lleva "sin querer" a obsesionarse con el asunto.