lunes, marzo 22, 2021

LA JUSTICIA SE QUITA LA VENDA PARA VER LA TELEVISIÓN



La noche del 21 de marzo de 2021, Tele5 televisó los dos primeros capítulos de una serie de entrevistas hechas a Rocío Carrasco Mohedano, que pasarán a la Historia de la televisión y quizás de la sociología del siglo XXI, ya que nunca antes una mujer famosa se ha “abierto en canal” de una manera tan emotiva y profunda, contando asuntos tan íntimos y delicados como un intento de suicidio (05-08-2019), debido a unos “presuntos” maltratos físicos, pero principalmente psicológicos, por parte de su ex - marido, durante la friolera de 25 años.

Digo “presuntos”, porque el litigio ya fue juzgado en los Tribunales, resultando sobreseído el caso, sin haberse probado delito alguno.

La entrevista transciende a la dura historia personal que se expone en público, ya que pone de manifiesto temas más profundos de mayor calado social, debido a la reflexión siguiente:

Seguro que Rocío Carrasco ha cometido errores en su vida (como cualquier otra persona) pero cuando, finalmente, hizo lo correcto, esto es, pedir ayuda psicológica y la mediación de la Justicia, el problema no sólo no se resolvió sino que empeoró.

¿Por qué?

Este caso (histórico) ha puesto de manifiesto lo siguiente:

1º) El enorme poder que tienen los llamados programas del “corazón” o de “cotilleo”, que se están convirtiendo en una especie de “justicia paralela”, que, aunque no tiene consecuencias penales, quizás tenga una mayor credibilidad e impacto social que la Justicia oficial.

2º) Las grandes deficiencias en cuestiones de “género” que está demostrando la Justicia oficial, no sólo en este caso, sino en otros muchos. Si bien sobre este asunto quiero hacer un inciso que me gustaría que no fuese malinterpretado:

Es evidente que los casos de maltrato de mujeres, por parte de los hombres, son un problema grave de nuestra sociedad. Muchas veces, sobre todo cuando se trata de maltrato psicológico, es muy difícil obtener pruebas concluyentes. Con respecto a la palabra “género”, el hecho de que los casos de hombres maltratados por mujeres sean minoritarios, tampoco debería suponer un hándicap para que se hiciese Justicia a todas las personas, ya que también hay casos de autolesiones, intentos de suicidio y suicidios (sin crímenes previos) en hombres. Cada caso es un mundo, la Justicia debería saber investigar y desentrañar la verdad, para llegar a sentencias justas, en todos los casos.

La maldad existe (tanto en hombres como en mujeres) y debería ser mucho más castigada que la negligencia, el descuido o la torpeza. Si bien partimos de otro problema filosófico de base, y es que, a pesar de su nombre, las “penas” no buscan el castigo sino la reinserción de los delincuentes. Aquí también hay altas dosis de hipocresía políticamente correcta que deberían aclararse.

Con respecto al éxito de los programas del corazón, pienso que se debe a que hacen un mayor énfasis en lo emocional, en la trayectoria previa de los personajes y utilizan tecnologías polémicas pero tan impactantes como el “polígrafo de la verdad”.

Sinceramente, quizás no sea objetivo ni científico al 100%, pero hay que ser muy buen actor y tener elevadas dosis de autocontrol y entrenamiento, para engañar a la “máquina de la verdad”, o para que los gestos, la mirada, el tono de voz, las lágrimas y el “lenguaje no verbal”, en general, no delaten la verdad o la mentira de lo que se está contando.

La Justicia es uno de los poderes fundamentales en una democracia, es un servicio público para la resolución de conflictos que cuesta mucho dinero a las arcas públicas. Sin embargo, estamos viendo que hay programas de televisión que están ganando dinero por “juzgar” a las personas de una forma que cada vez está siendo más aceptada, seguida y creída por el público ¿Por una mayoría de ciudadanos? ¿Más justa? ¿Más real? ¿Más cercana? ¿Debería haber más psicólogos en los tribunales? ¿Deberían los jueces saber mucho más de violencia de género, psicología e inteligencia emocional y no sólo de leyes? ¿Podrían los tribunales hacer uso de programas de televisión y de polígrafos?

Resuena en el sombrero: “Heartache”.- Violent Femmes (Milwaukee (Wisconsin), 1986, de su álbum “The Blind Leading the Naked”).

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