A pesar de que la tarde era fría y había caído una copiosa nevada, decidimos dar un paseo por el pinar para quemar los kilos de más que habíamos cogido durante las Navidades. Como tantas otras veces, la diversión principal consistía en identificar y seguir las huellas que habían dejado los diferentes animales del bosque sobre el recién estrenado manto blanco "¡Mira! Por aquí ha pasado una ardilla brincando por el suelo, aquí hay unas patitas de pájaro, posiblemente un arrendajo, buscando las bellotas que enterró durante el otoño, pues aquí ha estado correteando una pareja de ratones de campo ¿No ves las marcas que han dejado al arrastrar sus rabos? Y aquí se cruzaron con las de un zorro ¡Ala! ¡Venid, venid aquí! Éstas son de un jabalí ¡Parecía muy grande! Y aquí están las de un corzo".
De vez en cuando, nos veíamos sorprendidos por los montones de nieve que caían desde las copas de los árboles, por lo que aprendimos a aguzar el oído a fin de escuchar el sonido que anticipa el deslizamiento de la nieve por las ramas de los pinos, para que no nos pillase debajo.
De repente, al ponerme de pié, después de estar un rato agachado observando las redondeadas huellas que había dejado una garduña, escuché el revoloteo de unas alas justo encima de mi cabeza, y justo alcancé a ver como un pájaro rechoncho, algo más grande que un gorrión, salía volando rápidamente de una rama baja. Al acercarme, ví entre el espeso ramaje un bulto oscuro, bajé ligeramente la rama y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con un robusto nido hecho con ramitas de pino y líquenes, en cuyo interior había tres preciosos huevecillos de color azul turquesa claro, finamente moteados de marrón "¿Un nido con huevos en enero?" Me pregunté asombrado.
Tras enseñarles orgulloso mi descubrimiento a mi padre y a mi hermano, regresamos a casa ansiosos por averiguar en el libro de "Aves de España" de qué pájaro se trataba. "No puede haber muchos pájaros que pongan sus huevos en invierno", pensé. Rápidamente, me quité las botas y corrí hacia la estantería a coger el grueso y pesado libro y, mientras me calentaba los pies junto a la lumbre, busqué y rebusqué con avidez entre las manoseadas páginas de la sección de "Bosques". Al poco rato exclamé "Éste tiene que ser, el Piquituerto". Escuchad lo que pone aquí:
"Las fuertes nevadas que durante el invierno caen en nuestras montañas no son obstáculo para que en pleno mes de enero la hembra del Piquituerto ponga sus 3 ó 4 huevos de color azul pálido. Depositados con intervalo diario, la hembra los incuba durante dos semanas. Alimentada por el macho, atiende a los pollos entre 17 y 22 días. A las pocas semanas, el pico de los pollos, recto al nacer, crece y se curva dándole su aspecto característico, dotando a estas aves de una magnífica herramienta con la que extraer los piñones de las coníferas con los que se alimentan".
Muy a menudo se escucha en el pinar el característico reclamo de los bandos de Piquituertos, un metálico "quip-quip-quip", que entonan desde lo alto de los pinos, posados muy erguidos, los machos con su plumaje rojizo y las hembras de color verdoso.
Estos pájaros llevan una vida errante, en busca de bosques de coníferas que tengan piñones en abundancia, lo cual no siempre se produce, debido a la vecería propia de muchas especies forestales, por lo que a veces se ven obligados a realizar largos desplazamientos e incluso a horadar las manzanas con sus extraños picos, en busca de algunas pepitas que aplaquen la escasez de piñones.
Seguramente, alguna vez habréis visto en el suelo del pinar el resultado de sus festines, unos montones de piñas de color rojizo, con las escamas partidas. En el dibujo de abajo figuran los diferentes aspectos que presentan las piñas tras ser comidas por diferentes animales:
Debido al gran uso que se ha hecho y se sigue haciendo de las frugales y sufridas especies de pinos autóctonos para realizar las repoblaciones forestales, casi se puede asegurar que el futuro de este pájaro no corre ningún peligro.
19 comentarios:
Pues es un pajarillo precioso. No sabía que había aves que ponían huevos en invierno. ¡Con el frío que hace!
Un abrazo.
Sí, hay que tener cuidado de no molestarles mucho porque a poco rato que estén fuera del nido se pueden enfriar fatalmente los huevos.
Un cálido abrazo.
Qué bonito! Desde que tengo a House estoy más sensible con los pajarillos. Parece que ahora tengo ojos para verlos, aunque sea en los arbustos de los parques urbanos. Y cuántos hay!.
Una vez vi un cuento infantil, de esos desplegables, precioso, que hablaba del piquituerto. Pensé (en mi ignorancia) que era un pájaro mitológico o invención para los niños. Nunca me molesté en averiguarlo. Gracias por sacarme de dudas. Si vuelvo a ver el cuento, te lo regalo.
Besitos retuertos.
Si ponen los huevos en Invierno,cuando nacen los pajarillos?
La verdad es que los que nazcan,deberian de considerarse auténticos supervivientes,es una valentía nacer y criarse en esas condiciones climatológicas...
yo quiero un pajarillo de esos!!!!!
:)))
Me hubiera encantado acompañaros en ese paseo. Me queda tantísimo por aprender! Algunas cosas, como los rastros, yo creo que en los libros no pueden aprenderse.
Creo que vives en una zona excepcional por lo que respecta a la naturaleza. Aquí, en el parque natural, el único rastro son los destrozos de los jabalies y los incontables (no exagero) excrementos de los perros domésticos. A veces, una caquita que parece de garduña. Pasan horas y horas y no se ve ni un milano, solamente algún cuervo.
Muchas gracias, Lula, muy amable.
Pues nacen en febrero, "Ratiña", de manera que coincide con la época de mayor cantidad de piñones en las piñas, antes de que se abran en marzo y la semilla caiga al suelo para poder germinar. Por eso, me ha preocupado mucho ver este pasado domingo cómo las piñas se estaban abriendo al sol de este atípicamente cálido mes de enero, y lo piñones estaban cayendo en masa. Y no había ni una gota de nieve, ni de lluvia, claro. Preocupante, muy preocupante.
Pues sí, me considero un privilegiado, "Friko". Aquí casi nos quejamos de lo contrario, de demasiada poca gente. Los pueblos de la Sierra de Cameros se están quedando desiertos, sobre todo los días laborables de invierno, hay veces que no te encuentras con nadie, a lo sumo alguna vaca, yegua, perro o gato. Los corzos, los zorros y las garduñas entran en los jardines de las casas por la noche.
En fin, supongo que encontrar el término medio es difícil, como en casi todo.
Que tal? vengo del blog de FUTBLO y he visto un comentario que has hecho sobre un ave de cuyo nombre no quiero acordarme. En la zona donde vivo, este nombre corresponde a un pajaro totalmente distinto al que tu dices, he dejado una pequeña explicación.
Me gustaria pasarte algunos datos de las especies que alli conocemos para ver que otras diferencias curiosas podemos encontrar, aunque en mi pueblo bautizamos a algunos pajaros con nombres que seguro no figuran en ningun diccionario.
Las fotos son muy chulas y vivir entre un paisaje como este es todo un privilegio, un saludo.
Bienvenida Eva, por lo que me dices debes ser de la zona de Levante ¿No?
Pero debo insistir en que ese pájaro negro que corretea por los arrozales de tu pueblo con nombre vulgar impronunciable es de la misma especie que el de la foto de "Lazy Blog", si bien en el trópico los colores de los animales suelen ser más intensos, y puede que en tu pueblo se cace más a los jóvenes (menos vistosos) que estarán más tiernos para comer y serán más fáciles de cazar, pero los adultos de "Gallinula chloropus" tienen el pico rojo y amarillo, reflejos azulados en el pecho y unas finas bandas blancas por los laterales del pecho, así como unos dedos desproporcionadamente largos en las patas, de color verde. Y te aseguro que los hay en los arrozales de tu pueblo y en casi cualquier charca, ya que es un ave muy común, aunque suele pasar muy desapercibida porque vive escondida en lo más espeso de la vegetación durante el día.
A las pocas líneas de tu relato, me he imaginado sentado como un mocoso, y escuchando una misteriosa historia relatada por un adulto.
Y a medida que avanzaba en la lectura me parecía más misteriosa, más amena, y más interesante.
Te lo digo como lo siento. Luego he pensado en si esta historia real, contada así, podría interesar; captar la atención de un corro de mocosos y mocosas. Estoy seguro de que sí, y despejando las más pesimistas de las previsiones e ideas que en otras ocasiones hemos expuesto acerca de la apatía infantil/juvenil.
Lo difícil, en principio, sería reunir a ese corro de chiquillos, pero seguro que si esto fuese posible, tu narración atraparía de tal manera al mocosable, que dejarían caer de sus manos los puñeteros mandos de la video consola. Ya te digo.
Impresionante, de verdad.
Gracias.
Muchas gracias "Mosquito". Afortunadamente, cada vez se hacen más cosas parecidas a esta con grupos de niños, dentro de lo que se denomina actividades de educación ambiental. Monitores con conocimientos en naturaleza (geología, flora, fauna, rastros, usos y costumbres rurales) van por el monte o por el campo enseñando lo que ven a los chavales, es algo que les encanta y una de las mejores formas de inculcar el respeto por la naturaleza (que se hace extensible al prójimo).
Sí, Mad. Yo mismo he diseñado y programado encuentros/sesiones entre expertos,-vocacionales y/o profesionales- y grupos de niños o jóvenes. Por eso me pareció, y así o sentí, una ponencia muy, muy amena.
Un abrazo.
Bueno, bueno...¿seguro que todos estos animales "corretean" por las montañas de este nuestro país? es que los de ciudad ya nos pensamos que es cosa de lejanos paises que salen en los documentales de la dos...
Cuanto más se conoce, más se disfruta, eso es impepinable...tu tienes distracción asegurada; la mayoría de nosotros, mismamente una "menda lerenda" sólo vería irregularidades en la textura de la nieve donde tu ves pisadas de tal o cual animal...
Ay, señor, señor...
Sólo se que no se nada...;)
Ja, ja! Nanci, has hecho que me sienta como Abel Chapman, un naturalista inglés que, junto a Buck, escribió el famoso libro titulado "Unexplored Spain" en 1910.
Es bastante curioso y un tanto vergonzante que los descubridores de la Naturaleza Ibérica hayan sido naturalistas centroeuropeos (ingleses, suizos, alemanes y franceses, principalmente).
Aquí, por ejemplo, la gente que vivió en la zona de huellas fósiles de dinosaurios (icnitas), durante mucho tiempo creyó que se trataba de las huellas del caballo de Santiago.
me han entrado ganas de sacarme las botas y calentarme a la lumbre, suscribo el comentario de mosquito...
un abrazo
Hatter, es usted un pozo de conocimiento y es siempre un placer poder leerte. Ameno e instructivo.
Un saludo
Un placer, una vez más.
Piquituerto, buen nombre para un pajaro valiente y nada friolero.
Es que después de lo de la pollita de agua del otro día... este tiene un nombre mucho mas politicamentecorrecto...
¡A amigo! Pero el quiz de la cuestión es ¿Es piquituerto a izquierdas o a derechas? Porque la Polla de Agua está claro que es de centro (je, je).
Necesitamos mucho más de lo que tenemos. Cuanto más mejor. ¿Cómo quieres ser feliz sin nada? Imposible. Vivimos en el siglo XXI
Saludos cordiales
Publicar un comentario