El pasado 13 de enero, en un remoto lugar de las selvas del norte de Camboya, un hombre observó como una mujer desnuda, muy delgada y que caminaba ayudándose de los brazos y los nudillos, como un mono, salió rápida y repentinamente de la selva para robarle el bocata del almuerzo. Al llegar al pueblo, Oyadas, avisó a la policía que, finalmente, logró capturar a la chica.
Lógicamente, la notocia de la "mujer mono" corrió como un reguero de pólvora por toda la región, y llegó a oídos de Sal Lou, quien había perdido una hija en la selva hace 19 años, mientras pastoreaba búfalos, la niña tenía 8 años cuando desapareció y podría ser fácilmente identificable, gracias a una cicatriz característica que tenía en una de sus manos. Por lo que Sal Lou corrió al hospital donde se encontraba ingresada la chica.
La mujer no hablaba ninguna palabra inteligible, al parecer sólo recordaba tres palabras: "papá", "mamá" y "dolor de estómago", estaba muy delgada y engullía la comida a toda prisa, como un animal salvaje. Sal Lou se asustó al ver el rojo fulgor que desprendían los ojos de la chica, con una viva y asustada mirada, así como su aspecto delgado, desaliñado y salvaje, pero reconoció a su hija y la cicatriz era exactamente igual a como la recordaba, así que reclamó a Rochom P´ngieng, que así es como se llamaría, y se la llevó a su casa.
No es el primer caso de niños salvajes que han vivido durante años en la selva, y que inspiraron historias como la de Mowgli y "El Libro de la Selva", pero el caso de Rochom P´ngieng plantea algunos interrogantes: ¿Cómo ha logrado sobrevivir durante 19 años en la selva? ¿Por qué su pelo no era tan largo como cabría esperar? -Parecía evidente que alguien se lo había cortado alguna vez. Se sospecha que alguna de las familias o tribus nómadas que todavía habitan esa recóndita zona de Camboya, sin ningún contacto con la civilización, podrían haberla ayudado esporádica o temporalmente.
Rochom, una vez alimentada, aseada, vestida y recuperada, regresó por fin a su hogar, una modesta y cochambrosa casa que debía compartir con otras 12 personas de su familia. Al llegar le pusieron algunos videos familiares de karaokes y se quedó fascinada, sin pestañear, con la mirada fija en el televisor. Pero al amanecer del día siguiente, se quitó la ropa y trató de huir de nuevo a la selva.
La familia estaba algo intranquila porque pensaban que la chica podría estar poseída por algún espíritu maligno de la selva, y dormían con las puertas cerradas para evitar que el espíritu se apoderase de ellos y entrase en sus cuerpos durante la noche.
Las gentes de esa zona no tienen religión, propiamente dicha, pero sí ciertas creencias animistas. Un sabio anciano les recomendó que llevasen a Rochom a un monasterio budista cercano para que la exortizaran o limpiaran de espíritus malignos.
¡Pobre Rochom! ¿Cuál es ahora su verdadero hogar? ¿Dónde será más feliz?
Resuena en el sombrero: "Move to the Jungle".- The Rescuers (Madrid, 1986).
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