Es curioso comprobar cómo se incrementan los sentimientos de solidaridad y simpatía entre las personas cuando caen copiosas nevadas. No sé por qué, pero se ven más sonrisas por la calle, nos reimos más, los niños y los no tan niños jugamos a tirarnos bolazos de nieve, a deslizarnos con plásticos por las cuestas y a hacer muñecos de nieve.
Sobre todo cuando hace sol y la intensa luz reflejada en la blanca nieve lo invade todo, incluidos nuestros corazones blindados.
Sobre todo cuando hace sol y la intensa luz reflejada en la blanca nieve lo invade todo, incluidos nuestros corazones blindados.
El pueblo italiano de Viganella (en la foto) está situado en un precioso valle alpino, se construyó en el siglo XIII en un lugar con agua abundante y fácil acceso a las minas de hierro de la zona. Sin embargo, tiene un serio problema, durante los tres meses más fríos del invierno ni un solo rayo de sol toca el pueblo en ningún momento, las altas montañas circundantes privan a sus habitantes del cálido abrazo del astro rey.
Pero al alcalde se le ocurrió una brillante idea: instalar un gran espejo en la ladera de en frente que se moviese siguiendo la trayectoria del sol a lo largo del día, de tal forma que el pueblo recibiese el reflejo de su cálida luz y disfrutase de sus beneficiosos efectos.
Y así se hizo, tras un año de deliberaciones y tras conseguir convencer al Gobierno para que les subvencionase la inversión de 100.000 euros necesaria para instalar el gigantesco espejo, éste ha sido finalmente inaugurado el pasado mes de diciembre de 2006.
El espejo ha atraído a numerosos turistas a este pueblo alpino casi abandonado, en una temporada de invierno con muy poca nieve y aciaga para las estaciones de esquí. Los turistas esperaban poder calentarse al sol y tomar refrescos en las terrazas debajo de una sombrilla, pero la verdad es que se encontraron con un molesto brillo proveniente de la montaña que les deslumbra los ojos y una tenue luz que apenas calienta un carajo.
Para atenuar la decepción inicial, animar un poco el cotarro, caldear el ambiente y levantar los ánimos, el Ayuntamiento quiere organizar un concurso de "Miss Espejo en Bikini". Bueno, creo que habrá que visitar los Alpes para disfrutar de sus frondosos bosques y bellos paisajes ¿No?
No se puede negar que el sol siempre ha sido, es y será un gran aliado del turismo, ya lo decían "Los Diablos" en 1970 con su canción del verano "Un rayo de sol". Y en cuantos otros miles de canciones aparece la palabra "sunshine".
Me pongo el sombrero que hace mucho sol y resuenan: "Mirror, mirror".- The Fleshtones (New York, 1987); y "Love me till the sun shines".- The Lyres (Boston, 1982).
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