Empujadas por las olas de frío provenientes del norte, llegan a nuestros bosques unas bellas aves envueltas de un cierto halo de misterio. Se trata de ejemplares en migración de becada, sorda o chocha perdiz (Scolopax rusticola), también denominada por algún poeta cazador como "la dama de los ojos de terciopelo", posiblemente debido a que sus ojos ocupan una posición bastante más atrasada y elevada en la cabeza de lo que suele ser habitual en un pájaro, estando el lugar en el que se espera encontrar los ojos normalmente ocupado por plumas oscuras. Esta posición de los ojos le permite tener un campo visual de 360º.
El plumaje de este ave es ciertamente abigarrado, repleto de delicadas líneas, bandas, jaspeados y manchas, con todas las tonalidades del pardo, el ocre, el marrón, el gris, el negro y el blanco. Resulta de una belleza incomparable y es tremendamente efectivo para mimetizar al ave en el suelo del bosque, donde pasa totalmente desapercibida durante su descanso diurno.
Su tamaño, ligeramente menor que el de una perdiz, y su exquisita carne hacen de ella una presa muy apreciada, tanto por los cazadores humanos, como por sus predadores naturales. Por lo que la becada ha desarrollado una serie de adaptaciones morfológicas y de comportamiento (etológicas) que le han permitido sobrevivir durante millones de años.
Este ave es capaz de detectar los cambios de tiempo con días de antelación, al objeto de programar sus migraciones invernales. La mayor parte de las becadas que llegan a la Península Ibérica proceden de los países nórdicos y de los bosques situados a orillas del Báltico. Existe una pequeña población autóctona que cría en las montañas más húmedas del Norte de España, así como una curiosa población relicta y sedentaria que habita en las laurisilvas de las Islas Canarias.
El alimento principal de la becada lo constituyen las lombrices de tierra y las larvas de insectos que encuentra en el suelo del bosque mediante su largo, flexible y sensible pico. Por este motivo, resulta fundamental para el ave ser capaz de prever los cambios de tiempo con la mayor antelación posible, para evitar así los duros e impenetrables suelos helados y los fuertes fríos, que la harían morir de hambre en pocos días.
Además de poder ver en todas direcciones mientras esta agachada buscando alimento con el pico hundido en el suelo, este ave posee otras curiosas cualidades como son: su habilidad para no dejar rastros olorosos en el suelo del bosque, su rápido vuelo zigzagueante, su capacidad para transportar en vuelo a sus pollos nidífugos sujetos entre las patas y el pico. A lo que se añaden un sinfín de leyendas, historias inverosímiles y anécdotas de todo tipo que los cazadores han recopilado durante sus apasionantes jornadas venatorias. Y es que, según parece, la caza de la becada engancha sobremanera a quienes la practican, hay clubes formados por apasionados forofos de esta misteriosa ave y de los perros de muestra especiales que requiere su caza.
Sus vuelos nupciales, durante los cuales los machos sobrevuelan en círculos determinadas parcelas del bosque en los serenos atardeceres de finales de abril, contribuyen a acentuar el halo de misterio que envuelve a esta bella y emplumada "dama de los ojos de terciopelo".
Resuena en el sombrero: "Heading for the Woods".- The Watermelon Men (Uppsala (Suecia), 1986).
(Ilustración por "Mad Hatter", portada del trabajo de caza de 1990).
El plumaje de este ave es ciertamente abigarrado, repleto de delicadas líneas, bandas, jaspeados y manchas, con todas las tonalidades del pardo, el ocre, el marrón, el gris, el negro y el blanco. Resulta de una belleza incomparable y es tremendamente efectivo para mimetizar al ave en el suelo del bosque, donde pasa totalmente desapercibida durante su descanso diurno.
Su tamaño, ligeramente menor que el de una perdiz, y su exquisita carne hacen de ella una presa muy apreciada, tanto por los cazadores humanos, como por sus predadores naturales. Por lo que la becada ha desarrollado una serie de adaptaciones morfológicas y de comportamiento (etológicas) que le han permitido sobrevivir durante millones de años.
Este ave es capaz de detectar los cambios de tiempo con días de antelación, al objeto de programar sus migraciones invernales. La mayor parte de las becadas que llegan a la Península Ibérica proceden de los países nórdicos y de los bosques situados a orillas del Báltico. Existe una pequeña población autóctona que cría en las montañas más húmedas del Norte de España, así como una curiosa población relicta y sedentaria que habita en las laurisilvas de las Islas Canarias.
El alimento principal de la becada lo constituyen las lombrices de tierra y las larvas de insectos que encuentra en el suelo del bosque mediante su largo, flexible y sensible pico. Por este motivo, resulta fundamental para el ave ser capaz de prever los cambios de tiempo con la mayor antelación posible, para evitar así los duros e impenetrables suelos helados y los fuertes fríos, que la harían morir de hambre en pocos días.
Además de poder ver en todas direcciones mientras esta agachada buscando alimento con el pico hundido en el suelo, este ave posee otras curiosas cualidades como son: su habilidad para no dejar rastros olorosos en el suelo del bosque, su rápido vuelo zigzagueante, su capacidad para transportar en vuelo a sus pollos nidífugos sujetos entre las patas y el pico. A lo que se añaden un sinfín de leyendas, historias inverosímiles y anécdotas de todo tipo que los cazadores han recopilado durante sus apasionantes jornadas venatorias. Y es que, según parece, la caza de la becada engancha sobremanera a quienes la practican, hay clubes formados por apasionados forofos de esta misteriosa ave y de los perros de muestra especiales que requiere su caza.
Sus vuelos nupciales, durante los cuales los machos sobrevuelan en círculos determinadas parcelas del bosque en los serenos atardeceres de finales de abril, contribuyen a acentuar el halo de misterio que envuelve a esta bella y emplumada "dama de los ojos de terciopelo".
Resuena en el sombrero: "Heading for the Woods".- The Watermelon Men (Uppsala (Suecia), 1986).
(Ilustración por "Mad Hatter", portada del trabajo de caza de 1990).
3 comentarios:
Oye, dibujas estupendamente. ¿Qué es eso de trabajo de caza? ¿Tienes cuadernillos?
Pues eso mismo digo yo, no sabía que dibujaras así, qué sorpresa Mad!! que fiera chico!!
Se trata de un trabajo que tuvimos que hacer en 3º de Ingeniero de Montes en la asignatura de caza, que yo hice sobre la becada.
Pues es que los reyes nos han traido un scanner nuevo, el viejo se nos estropeó hace años, y estoy escaneando algunos dibujos antiguos.
Los carteles para anunciar los concieros de The Rescuers y la carátula de la maqueta, también los dibujaba yo.
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