En las zonas más frías del planeta, en países tan occidentales y civilizados como Canadá, Noruega o Finlandia, las mujeres deben cubrirse la cara y la cabeza cuando salen a la calle, para evitar que se les congele la piel de la cara (1ª foto).
Mientras que
en los países musulmanes más radicales, a pesar del calor, las mujeres deben
cubrirse también la cara, dejando únicamente libres los ojos, la nariz y la
boca, por motivos religiosos y culturales (2ª foto).
Hace pocos
días, observé a mi hijo, con dos añitos recién cumplidos, sintiendo pudor por
primera vez al verse desnudo, con la cara seria y preocupada, hacía esfuerzos por
taparse la colita, estirándose del polo hacia abajo.
Me pregunto
en qué momento el mono, el animal desnudo y desvergonzado, comenzó a sentir
vergüenza de su propia desnudez y empezó a usar taparrabos y otras ropas, para
convertirse en el ser humano vestido y avergonzado: “6 Cuando la mujer vio que el árbol era apetitoso
para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir discernimiento, tomó
de su fruto y comió; luego se lo dio a su marido, que estaba con ella, y él
también comió. 7 Entonces se abrieron los ojos de los dos y descubrieron que
estaban desnudos. Por eso se hicieron unos taparrabos, entretejiendo hojas de
higuera.” (Génesis, 3).
Resuenan en
el sombrero: “Shock the Monkey”.- Peter
Gabriel (London, 1982); y “Si
amanece”.- Rocío Jurado y Raphael (Madrid, 2000).
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1 comentario:
No hay que extrañarse por el pudor de los niños, pues "(you know)children are the only ones who blush". Puede que sea porque aún tienen remembranza de lo que fuimos antes de la caída.
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