viernes, agosto 08, 2025

VERSIONES DE UNA VIDA (CXX)


Hay recuerdos de la infancia que permanecen grabados de por vida, en un profundo recoveco de nuestra mente y nuestro corazón, como cuando antaño se podía hacer fuego en el campo, por la noche, todos reunidos al calor de la hoguera, se contaban historias, se comía, se bebía y se cantaban canciones. Recuerdo la muy curiosa y singular “Ani Kuni”, cántico ancestral originario de las tribus arapahoes de Colorado y Wyoming, que se cantaba en una tonalidad de llanto, no se sabe si a modo de nana o de “Padre Nuestro”. La canción fue adoptada por el movimiento “Scout” como canción de campamento. La letra dice lo siguiente:

En las noches / cuando la Luna / como plata se eleva / y la selva ilumina / y también la pradera, / viejos lobos de la tribu / cantarán al espíritu, / al espíritu del fuego /”.

La Naturaleza nos sumerge en el misterio de la vida. A la mañana siguiente, sobre las cenizas aún húmedas, tras haber apagado bien con agua los rescoldos de la hoguera nocturna, solían acudir a absorber sales minerales con su espiritrompa, unas grandes mariposas rayadas, que parecían tener unos oscuros ojos en el reverso de sus alas con los que nos miraban fijamente, de un modo profundo e inquietante (ver fotografía de Hipparchia fidia, tomada a finales de Julio de 2025, en la Sierra de Cameros (La Rioja). Esta mariposa tiene un contrastado diseño, en el que predominan los colores blanco, negro, gris y pardo, que recuerda al arte tradicional de los indígenas amerindios.

Otro recuerdo entrañable de la infancia, relacionado con el "lejano Oeste", son los muñequitos de plástico con los que jugábamos a indios y vaqueros.

Resuenan en el sombrero:



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