martes, mayo 22, 2007

Pequeños Milagros


El domingo pasado, como salió un día muy lluvioso, me fui con mi hija al cine para ver "Charlotte´s Web" ("La Tela de Araña de Carlota") una de esas entrañables películas para niños, pero que también consiguen tocar el corazón de los adultos, sobre todo de los que no hemos dejado del todo de ser niños (ver entrada del 10 de abril "la estrategia del coyote").

La película está basada en un cuento del mismo título, escrito por el americano E. B. White en 1952, del que ya se habían hecho otras dos versiones anteriores, en película de dibujos animados. El argumento trata de un tema que me resulta fascinante (ver entrada del 3 de febrero "pequeños frutos"): el de los pequeños milagros cotidianos, pequeñas cosas que suceden todos los días sin que nos demos cuenta y sin que les prestemos la menor importancia, o breves encuentros, aparentemente intrascendentes, con ciertos ángeles, personas, animales, plantas u objetos, los cuales, sin darnos cuenta, en muchas ocasiones constituyen la esencia de nuestras vidas cotidianas y, a veces incluso, determinan nuestro futuro.

Esta enternecedora película consigue que hasta un bicho tan feo, cruel y repugnante, como es la araña para mucha gente, nos resulte simpático, tierno y hasta sensible, a pesar de que la sutil humanización de los rasgos de la cara de la araña Charlotte resulte, cuanto menos, de una inquietante y peculiar belleza, como puede observarse en las fotos de arriba. Por eso, os la recomiendo a todos los que padezcáis de "Aracnofobia" (título de otra película totalmente opuesta a la que nos ocupa). No os voy a contar más del argumento, únicamente añadir que, en la versión original, las voces de algunos de los personajes están puestas por gente tan poco conocida como Julia Roberts, Robert Redford u Oprah Winfrey.

Lo cierto es que las arañas son unos animales que siempre nos han producido cierta fascinación (ver entrada del 10 de mayo "Belleza Perversa" y no os perdais el vídeo de Los Negativos "Moscas y Arañas"), así como opiniones y sentimientos contrapuestos, como se pone de manifiesto en las películas ya comentadas, además de las de la saga basada en los cómics de "Spiderman" (también de rabiosa actualidad). Lo cual no es de extrañar, ya que estos invertebrados son unos auténticos prodigios de la evolución natural y de la bioingeniería. Su fuerza y agilidad son colosales, en proporción a su tamaño. El material con el que fabrican sus famosas telas es 4 veces más resistente que el acero, en relación a su peso, y mucho más elástico. Se dice que una seda de araña que tuviera el grosor de un lápiz sería capaz de detener a un Boeing 747 en pleno vuelo, y que una seda de araña puede estirarse hasta una longitud de veinte veces su tamaño original sin romperse.

Este milagroso material, con del que está compuesta la seda de araña, es una proteína soluble en agua, llamada fibroína, que se polimeriza (solidifica) al contacto con el aire. En la foto inferior, podéis ver una imagen de las glándulas productoras de seda de una araña en acción. Por eso, no es de extrañar que estos artrópodos sean objeto de estudio en numerosos laboratorios de investigación de los departamentos de defensa de las principales potencias mundiales, así como de no pocas industrias punteras en materiales tecnológicos.

Resuenan en el sombrero: "Love Has No Time".- Miracle Workers (Portland (Oregon), 1985. Ver entradas del 19 y 22 de enero "la hija de un minero" y "Pebbles"). Y "Spiders in My Sink".- Thee Fourgiven (Hollywood (California), 1984. Del sello de Lee Joseph "Dionysus Records", fundador también del grupo psycodélico de Tucson (Arizona) Yard Trauma, ver entrada del 7 de marzo "Traumas").

3 comentarios:

Carmen dijo...

Me gustan las arañas, siempre me han llamado la atención, y nunca dejo que los niños les hagan nada. Hay animales por los que uno siente predilección, y ellas son unas de mis preferidas, aunque ganen en atracción las serpientes. Cuando era adolescente -y el tiempo se disfrutaba a otro ritmo- me gustaba ver sus telas, que hacían tranquilas en la casa de mi abuela, ya muy mayor para ponerse (tan activa como fue) a quitar el polvo de toda la casa. Los rincones del piso superior, donde se almacenaban cientos de objetos que parecían inservibles pero que eran preciosos, estaban llenos de esas telas. Y las miraba mientras pensaba en esas cosas que entonces creía que únicamente descubría yo. Sentía amores primeros, pensaba en la existencia y... en fin, todo lo que ya sabeis.
Le he enseñado a Mario las fotos y cree que son "asquerosas", pero creo que al contarle esto que ahora estoy escribiendo las ha empezado a mirar con ojos diferentes. Le ha encantado distinguir su tela.
Besitos Mad.

Mad Hatter dijo...

¿Qué fotos le has enseñado?
Te recomiendo que vayas con tu hijo a ver "La Tela de la Araña Carlota", es francamente emocionante, y después de verla seguro que se enamora de las arañas tejedoras, pero mucho ojo con las Tarántulas y las Viudas negras ¡Eh!

Carmen dijo...

Pues Mad, qué fotos le voy a enseñar... las que has puesto tu, tururu. Y decidido, le llevo este finde al cine, probablemente el mismo domingo aunque no llueva. Y me lo apunto, nada de tarántulas y menos viudas negras (esas no me atraen, los viudos sin embargo... no sabría ser tan clara)