lunes, septiembre 14, 2009

TERRA ALTA, TERRA FERIDA








Era el último día del verano, la vendimia estaba en su apogeo, los arroyos llevaban el agua justa para que no se murieran los peces, aunque ya no volvería a escuchase el eco de las risas de los chiquillos bañándose en el río.

En el frescor del alba, los higos lloraban dulces lágrimas de miel, y el rocío, al escurrir por la piel de los frutos, hacía llorar leche de almendra a los almendrucos, mosto a las uvas y aceite dorada a las olivas.

Es como si los frutos del final del verano, conectados por las raíces a las entrañas de la tierra, llorasen por el dolor que dejó el incendio, todavía muy patente en el recuerdo y en el paisaje.

Nada más bajar del coche, divisé en el horizonte la altiva cumbre sobre su elegante garganta, del color de la piel tostada por el sol, que emergía sobre las blancas nubes que se aferraban a las voluptuosas y onduladas laderas como si de una vaporosa y luminosa blusa se tratase.

Bajo la falda de la montaña, cuyos estratos dibujan franjas alternas de roca caliza blanca y el verde oscuro de los pinos, el incendio había dejado un paisaje irregularmente tostado, habiendo respetado milagrosamente algunas manchas de vegetación sin quemar, a modo de las escamas sobre una piel que hubiese sido quemada y pelada por el sol.

Conozco estas bellas montañas desde hace un año y dos meses, y las he recorrido varias veces, pero en esta ocasión he inspeccionado y revisado a fondo cada palmo del terreno y he descubierto recovecos inexplorados y preciosos rincones. Me he adentrado por estrechos y húmedos barrancos cubiertos de una tupida espesura. Estaba ansioso por disfrutar de sus paisajes, sus aromas, sus texturas, como si fuese la última vez, consciente de que quizás podrían perderse en el próximo incendio. Deseaba recoger, atesorar y guardar en lo más profundo de mi corazón todas esas sensaciones, como si tuviesen que durarme para todo el año.

Eran las fiestas del pueblo de Horta de Sant Joan, en la comarca catalana de la “Terra Alta”, donde el pasado mes de julio se produjo un grave incendio en el que desgraciadamente fallecieron cinco bomberos.

Esta comarca se caracteriza por sus excelentes vinos, su aceite de oliva, sus almendras y sus higos. Me resultó muy sorprendente que en la bandera de Horta de Sant Joan figura una cruz roja junto a una hoja de higuera (ver la penúltima foto). Quizás sea debido al ejemplar milenario de este árbol que crece al pie de las escalinatas del Convento de San Salvador, situado en un espectacular paraje de riscos escarpados, en un cerro, en frente del pueblo (ver cuata foto).

También me llamó la atención que una de las calles principales del pueblo, la que sube desde la plaza a la iglesia parroquial y el Ajuntament, está dedicada al Medio Natural y en su cartel figura el escudo de los ingenieros de montes (ver la última foto). Quizás sea debido a que el gremio forestal, el famoso ICONA, realizó numerosas obras y repoblaciones forestales y llevó a cabo la protección y conservación de recursos naturales tan valiosos como las poblaciones autóctonas de Cabra montés, cuyo aprovechamiento cinegético supuso un importante motor de revitalización y de desarrollo sostenible en esta zona montañosa de los Puertos de Tortosa y Beceite.

El pueblo de Horta de Sant Joan también es famoso porque en él vivió durante ocho meses el genial pintor Pablo Picasso, a raíz de que un buen amigo suyo, Manuel Pallarés, que era de ese pueblo que entonces (1898) se llamaba Horta d´Ebre, le invitó a pasar allí una temporada para que se recuperase de una escarlatina que había contraído en Madrid, correspondiendo así a la buena acogida que los padres del pintor le dieron en su casa de Barcelona.

Sin duda, los abruptos perfiles y los rotundos volúmenes característicos de los impresionantes paisajes de este pueblo y las montañas que lo rodean influyeron en el desarrollo del estilo cubista del famoso pintor.

Unos paisajes de una belleza tan extrema que nos puede causar tanto placer como dolor... “It´s in me, it´s in you”.

Resuena en el sombrero: “Pleasure and Pain”.- The Chameleons (Manchester (UK), 1983). Sí, ya sé que no son muy catalanes, pero es para conectar algo con la antepenúltima entrada.




Fotos by Mad Hatter (pinchando en las fotos se ven ampliadas).

8 comentarios:

WODEHOUSE dijo...

Muy bonita entrada, muy bonitas fotos. Un paisaje rotundo, primitivo. muy bonito. nunca lo habia pensado, la relacion entre el cubismo de Picasso y este paisaje.

Mad Hatter dijo...

Gracias "Wood".
Es que en el Convento de Sant Salvador hay una exposición de fotografías que hizo Picasso en Horta, donde explican muy bien cómo pintó algunos cuadros cubistas.
Es un lugar precioso y mágico. Una magia que afortunadamente no ha conseguido romper el incendio.
Abrazos.

Le Mosquito dijo...

Jamás se me habría ocurrido relacionar el cubismo de Picasso con estos paisajes. De ser cierto, es un claro ejemplo del daño que puede hacer natura en el seso del hombre.

Mad Hatter dijo...

En ese caso, deberíamos dejarnos dañar más a menudo la sesera por la madre natura.
Lo cierto es que a mi el cubismo no me hacía mucha gracia, pero después de verlo así tan en su salsa y tan bien explicado, ponían unas proyecciones en las que las pinturas cubistas se iban construyendo "pieza a pieza" y surgían los volúmenes en su máximo esplendor, pues ahora me parece una forma de arte muy bella, interesante y meritoria.
Suele pasar con muchas cosas y con muchas personas que cuanto más las conoces más te gustan.
Un abrazo.

Le Mosquito dijo...

Tienes mucha razón. Lo hemos comentado muchas veces: "No se ve si no se mira".

WODEHOUSE dijo...

Y sigo maravillada al descubrir que el cubismo no fue inventado, ni fruto del azar, sino que compruebo el dicho de Gaudí referido a que el arte no era inventar sino nada más que copiar de la naturaleza. Sostenía que ya estaba todo inventado, que solo había que mirar. besazos bien vistos.

Mad Hatter dijo...

Cierto "Wood", el arte no consiste en inventar sino en descubrir.

India Ning dijo...

Así es como uno debe deleitarse con los paisajes, aunque no siempre se puede y se sabe. Has hecho una estupenda y merecida propaganda de la Terra Alta.

Siento llegar tan tarde a esta entrada, se me pasó por alto. Glups.

Un saludo!