jueves, noviembre 17, 2011

ESPACIO Y TIEMPO EN EL ROCK



No, no os asustéis, esta no es una de esas sesudas entradas filosóficas, ni va sobre alguna etapa pasada de David Bowie, ni tampoco sobre rock furutista, ni música experimental, ni sobre el efecto de la ingravidez en la batería, va sobre algo mucho más simple y generalizado como es el problema de la falta de espacio y de tiempo.

Incluso algo tan trivial como puede ser un estilo musical se ve afectado por esta lacra de nuestro tiempo. En este caso, parte del problema procede del hecho de que el rock´n´roll fuese inventado en los Estados Unidos de Norteamérica, donde las ciudades, las calles, las casas, los garajes y los coches son considerablemente más grandes y espaciosos que en la vieja Europa, ya que aquí tenemos una mayor densidad de población, que nos obliga a vivir más hacinados y apretados que en la inmensa y vasta A M É RI C A.

Ciertamente, la tecnología actual permite concentrar un montón de efectos y posibilidades sonoras en unos diminutos microchips, integrados en un circuito electrónico que cabe en una caja de cerillas, pero, para los que nos gusta el rock´n´roll clásico y el sonido de los viejos instrumentos, nos encontramos con el problema que supone su gran volumen y peso, lo cual dificulta bastante su transporte. Me estoy refiriendo especialmente a cuatro elementos como son la batería, el contrabajo, el órgano y los amplificadores de válvulas o con altavoces giratorios como el “Leslie”.

En mis tiempos jóvenes de músico en activo, sufrí en mis propias carnes lo que supone cargar con un “Continental Vox” conectado a un “Leslie”, y, aunque estos instrumentos son propios del garaje sesentero, creo que, en el fondo, todos a los que nos gusta el rock´n´roll (y aún más si también somos aficionados al country) tenemos un corazoncito rockabilly, enraizado en los años 50, aunque con el espíritu rebelde del punk del 77 ¡Vaya jaleo de décadas! ¿No? ¿Cómo se come esto?

Mejor lo explico con un ejemplo: A principios de los 70 estaba de moda el llamado “Rock sinfónico”, en el que había bandas con un montón de avezados músicos, en su mayoría unos auténticos virtuosos, que disfrutaban tocando larguísimos y complejos temas cargados de interminables solos de guitarra. En contrapartida, a finales de los 70, surgieron grupos formados por tres o cuatro chavales inexpertos que descargaban su rabia y su energía juvenil sobre el escenario aporreando unos pocos instrumentos de segunda mano, en canciones que a lo sumo duraban 3 minutos, fue lo que se llamó “punk” y uno de aquellos primeros grupos fueron Los Ramones.

Pues bien, hace pocos días escuché en la radio el “Blitzkrieg Bop”, de los Ramones, en versión rockabilly, a cargo de un grupo actual llamado “Full Blown Cherry”, que, aunque son de Philadelphia (Pennsylvania, USA), lo cierto es que en la costa Este americana el estilo de vida se asemeja mucho al que tenemos en la vieja Europa, problema de espacio incluido, que ellos han solucionado transportando sus voluminosos instrumentos en el amplio maletero de un coche fúnebre (segunda foto). Si bien, esto de utilizar viejos y aparatosos instrumentos también tiene sus ventajas,… que resulta que nos han metido en un escenario demasiado pequeño, … no hay problema, el guitarrista siempre puede subirse encima del contrabajo, ofreciendo un bonito espectáculo circense que se añade a lo musical (primera foto) ¿Alguien da más? No os preocupéis chicos, seguro que algún día llenaréis grandes estadios… O mejor no, donde esté el encanto de un pequeño garito que se quiten todos los estadios y auditorios multitudinarios.

Resuena en el sombrero: “Blitzkrieg Bop”.- Full Blown Cherry (Philadelphia (Pennsylvania), 2005). P.D.: Veréis que en el indicador de tiempo del vídeo pone 3:03 min., pero en realidad sólo dura 1:51 min. ¡Rápidos que son estos chicos!

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