martes, mayo 17, 2011

ATRACCIÓN FATAL FLORAL









Un día de comienzos de primavera, en uno de mis muchos paseos campestres de juventud, descubrí con asombro un extraño vástago de color verde pálido que se erguía entre las hierbas de un prado, se trataba de un laxo racimo de flores de color pardo oscuro que se engarzaban de forma dispersa sobre un tallo vertical. Rápidamente, me acerqué para examinar las flores con mayor detalle y vi que estaban formadas por unos pequeños pétalos de color verdoso, excepto el situado en el centro, apuntando hacia abajo, que era más grande y abombado, de color marrón, con una textura mate aterciopelada, con algunos pelos más largos situados en unas extrañas protuberancias y con una curiosa mancha en forma de “H” gótica en el centro, de color gris azulado metálico, de forma que parecía como si aquella extraña flor simulase que ella misma estaba siendo permanentemente visitada por un insecto peludo, similar a una abeja ¡Si hasta parece tener ojos!

Intrigado por aquella misteriosa flor, estuve mucho tiempo buscando en los libros de botánica que pude encontrar (entonces no había internet), hasta que un buen día, en una guía de flores y plantas de la Península Ibérica que tenía unas bonitas fotografías, la encontré “¡Ésta es! ¡Por fin!” Su nombre científico es Ophrys sphegodes (ver primera foto) ¡Una orquídea! Y su nombre vulgar “Flor araña” u “Orquídea araña temprana” (“Early Spider Orchid” en inglés), y estaba junto a otras de aspecto parecido a las que se denominaba genéricamente “Abejeras” (Ophrys apifera, en la 4ª foto) “¡Claro! ¡Si es que tienen todo el aspecto de abejas posadas en una flor¡ ¿Cómo se iban a llamar si no?”.

Aquel descubrimiento me causó una gran impresión, ya que entonces no sabía que había orquídeas en la flora europea, pensaba que eran unas vistosas y exóticas flores propias de las selvas tropicales, pero resulta que sí, que en los relativamente fríos prados y bosques de España, al igual que en todas las zonas templadas del hemisferio Norte, también hay orquídeas silvestres, eso sí, mucho más pequeñas y discretas que las tropicales, y la mayoría de ellas pasan gran parte del año enterradas en el suelo, en forma de pequeños tubérculos de los que, a finales del invierno, emerge una modesta roseta de hojas a ras del suelo. Y, además… ¿Para qué diablos puede pretender una flor el tener siempre una abeja encima?

Con el tiempo, fui descubriendo muchas más especies de orquídeas, ya que La Rioja es muy rica en taxones de esta familia (Orchidaceae), incluso, no hace mucho tiempo (en 1999) el fotógrafo y orquidólogo Carlos Enrique Hermosilla encontró en esta Comunidad Autónoma una nueva especie para la Ciencia, a la que denominó “Ophrys riojana” (en la segunda foto).

Como suele suceder, al mismo tiempo que las conocía, aprendí a respetar estas plantas, ya que me di cuenta de que son bastante raras y escasas, y tardan mucho tiempo en desarrollarse (algunas especies precisan de 17 años desde que cae la semilla al suelo hasta que emiten la primera flor), por lo que no se deben cortar ni arrancar, ni tampoco se pueden trasplantar para ponerlas en el jardín o en una maceta de casa, ya que las raíces de todas ellas están asociadas a unos hongos específicos del suelo en el que viven, de los que dependen tanto para alimentarse como para que germinen sus pequeñísimas y numerosísimas semillas (cada flor produce entre 10.000 y 15.000 semillas microscópicas). Dichos hongos tienen unos requerimientos ecológicos muy estrictos, por lo que ni ellos ni sus hospedadoras, las orquídeas, sobrevivirían a un trasplante casero convencional.

El género al que pertenecen las “Abejeras”, las “Flores araña” y similares fue denominado por Linneo en 1753 como Ophrys, palabra griega que significa “ceja”, no se sabe muy bien por qué, quizás por esa confluencia de pilosidad y ojos que se aprecia en muchas de las especies que integran este género. Éstas tienen un peculiar sistema de polinización a través de los insectos, pero no de la forma habitual, mediante la oferta de néctar (alimento), sino que lo que ofrecen a cambio de que transporten su polen es ni más ni menos que… sexo. Para ello, la flor simula ser la hembra de una abeja solitaria, al objeto de que los machos, al intentar copular con el falso insecto vegetal, recojan los sacos polínicos (polinios) de una flor y los trasladen hasta el estigma de la siguiente. Para llevar a cabo este sofisticado engaño, el labelo central de la flor tiene la apariencia (forma, color y pilosidad) de la hembra de una especie concreta de abeja solitaria, incluso segrega un aroma similar a las feromonas de atracción sexual de estos himenópteros, y hace coincidir la época de floración con el momento en el que emergen los machos de las abejas, antes de que lo hagan las hembras, de forma que éstos acuden ansiosos a intentar copular con los señuelos florales de falsas hembras, hasta el punto de que a veces se producen verdaderas orgías (ver octava foto). Sin embargo, al poco tiempo, los machos, decepcionados, aprenden a rechazar a las perversas flores y se dedican a buscar a sus verdaderas hembras que, más avanzada la primavera, ya empiezan a volar.

De esta forma, cada especie de orquídea es polinizada por una o a lo sumo tres especies de insectos, lo cual está siendo utilizado para identificar nuevas especies de orquídeas, así como para dudar de la autenticidad de algunos de los taxones propuestos, es decir, dos orquídeas aparentemente idénticas, en base a sus características visuales, pueden pertenecer a especies distintas por el hecho de que emitan aromas distintos que atraigan a diferentes especies de insectos polinizadores; y viceversa, dos especies de orquídeas catalogadas como distintas podrían ser realmente la misma especie por el hecho de ser polinizadas por la misma especie de insecto, tal y como sucede con las denominadas “Espejo de Venus” (5ª foto), unas bellas Ophrys de las que se han descrito dos especies: O. specullum (= O. ciliata) y O. vernixia, muy parecidas entre sí, habiéndose comprobado recientemente que ambas son polinizadas por la misma especie de himenóptero: Dasyscolia ciliata.

Ciertamente, la taxonomía de esta familia es harto compleja y conflictiva. Atraídos por la sofisticación y el misterio que envuelve a estas bellas flores, así como por el prestigio que supone ponerle nombre a una nueva especie y que tu apellido figure junto al nombre científico propuesto, hay numerosos expertos y autores que se empeñan en descubrir o identificar nuevas especies, muchas veces en base a características insignificantes y que suelen presentar una gran variabilidad, incluso entre individuos de la misma población o de poblaciones muy próximas entre sí.

La cosa se complica aún más cuando, a pesar de estos selectivos y complicados mecanismos de polinización y reproducción, cada año se están descubriendo nuevos híbridos entre las distintas subespecies, especies, grupos, secciones e incluso géneros existentes.

Por estos motivos, una de las máximas autoridades botánicas y taxonómicas en España, como es el Consejo Científico Asesor de la obra “Flora Ibérica”, no ha reconocido muchas de las numerosas especies, microespecies o subespecies que se han propuesto y se están proponiendo.

Por ejemplo, volviendo a mi entrañable “Orquídea araña temprana” (Ophrys sphegodes), así llamada porque suele florecer muy tempranamente (finales de marzo a primeros de mayo), la mayoría de los expertos están de acuerdo en considerarla un grupo o “macroespecie”, dentro de la Sección Ophrys del género del mismo nombre, la cual agrupa a las especies cuyos insectos polinizadores se colocan con la cabeza hacia dentro, es decir hacia la columna o centro de la flor (polinización cefálica, ver sexta foto), en contraposición a las de la Sección Pseudophrys (Godfery 1928), en las que el insecto se coloca con la cabeza mirando hacia fuera, hacia el extremo distal del labelo, con lo que transporta los polinios sobre el abdomen (polinización abdominal, ver fotos séptima y octava). Si bien, algunos autores dividen el género Ophrys en un mayor número de secciones y sitúan a este grupo dentro de las Sección de las “Orquídeas araña” (Araniferae Reichembach fil. 1851). De manera que, dentro del grupo de O. sphegodes, se han descrito numerosas especies, subespecies o “microespecies”, tales como:

O. riojana C. E. Hermosilla (segunda foto). Insectos polinizadores: Andrena (Melandrena) nigroaenea y Andrena limbata. Para algunos autores esta especie no estaría dentro del grupo de O. sphegodes sino del de O. provincialis. Según Pierre Delforge, se trataría de un nombre sinónimo de O. quadriloba (Rchb. Fil.) E. G. Camus, mientras que el propio Hermosilla la considera una especie afín a O. argentaria J. & P. Devillers-Terschuren, especie endémica de la provincia italiana de Grosseto.

O. virescens Philippe ex Grenier (= O. aranifera ssp litigiosa var. virescens (Grenier) E.G.C.). Polinizador probable: Andrena nigroaenea.

O. araneola Rchb F. (= O. sphegodes ssp. araneola (Rchb. F.) M. Lainz = O. litigiosa E. G. Camus). Polinizador confirmado: Andrena combinata.

O. sphegodes Miller (= O. aranifera Hudson, en la primera foto). Polinizadores confirmados: Andrena nigroaenea ssp. nigrosericea, A. limbata y A. bimaculata ssp. lichata. Para algunos autores el grupo de O sphegodes estaría constituido únicamente por estas 3 últimas especies: O. virescens, O. araneola y O. sphegodes.

O. passionis Sennenn ex Devillers-Tersch. & Devillers (= O. sphegodes ssp. passionis (Sennenn) Sanz & Nuet). Polinizador confirmado: Andrena carbonaria (ver sexta foto).

O. aveyronensis (J.J. Wood) P. Delforge (= O. sphegodes ssp. averyonensis J.J. Wood). Polinizador confirmado: Andrena hattorfiana. Se trataría de uno de los taxones con caracteres más definidos, reconocible por presentar sépalos y pétalos laterales de color rosa intenso, labelo de apariencia poligonal y color rojizo, con mácula variable, desde escudo hasta “H”. Descrita en el Sur de Francia y citada de algunos puntos del centro norte de España.

O. castellana J. Devillers-Terchuren & P. Devillers. Polinizador probable: Colletes cunicularius. Curiosa raza que tolera sustratos húmedos, algo muy raro en este género propio de suelos calizos, más bien secos, en pastos y terrenos abiertos con exposiciones más bien soleadas. Con tépalos blanquecinos o algo rosados y con floración relativamente tardía (mayo-junio). Se distribuye principalmente por el Sistema Ibérico.

O. incubacea Bianca ex Tod. (= O. aranifera ssp. incubacea (Bianca) Soó = O. atrata Lindl.= O. sphegodes ssp. atrata Lindl. Ex A. Bolòs, ver tercera foto). Polinizador confirmado: Andrena (Melandrena) morio ssp. lugubris.

O. occidentalis G. Scappaticci & M. Demange (= O. arachnitiformis ssp. occidentalis G. Scappaticci & M. Demange) P. Delforge). Polinizador confirmado: Colletes cunicularius. Para algunos autores estas 5 últimas especies (O. passionis, O. aveyronensis, O. castellana, O. incubacea y O. occidentalis) conformarían el grupo de O. incubacea.

O. arachnitiformis Gren. & Phillippe (= O. aranifera ssp. arachnitiformis (Gren. & Phillippe) E. G. Camus). Polinizador confirmado: Colletes cunicularius. Para algunos autores esta especie estaría dentro del grupo de O. exaltata.

Como acabamos de ver, es tremenda la complejidad taxonómica y el follón de nombres que hay en esta sección, grupo, especie o lo que sea. Además, si os molestáis en buscar fotos de las especies o subespecies mencionadas, veréis que todas son parecidísimas entre sí, y la mayoría resultan prácticamente indistinguibles, para el común de los mortales.

Parece como si, con estas bellas y pequeñas orquídeas, la madre Naturaleza hubiese pretendido desafiar las leyes habituales de la taxonomía, máxima expresión del afán clasificatorio y encasillador del ser humano, no exento de su buena dosis de ego y arrogancia.

Fotos 1, 2, 3, 4 y 5 by Mad Hatter, el resto están prestadas de internet: 1ª) Ophrys sphegodes (Ausejo, La Rioja). 2ª) Ophrys riojana (Logroño, La Rioja). 3ª) Ophrys incubacea (Nieva, La Rioja). 4ª) Ophrys apifera (El Rasillo, La Rioja). 5ª) Ophrys speculum (Logroño, La Rioja). 6ª) Ophrys passionis siendo visitada por su único polinizador específico, el himenóptero Andrena carbonaria, que muestra los polinios en la cabeza. 7ª) Ophrys bilunulata Risso (= O. fusca ssp. bilunulata (Risso) Kreutz) polinizada por Andrena flavipes. 8º) Ophrys de la sección Pseudophrys siendo polinizada a la vez por 3 machos de abeja solitaria.

11 comentarios:

Arqui dijo...

Uy qué alegria compartir atracciones fatales, no he leído tu extenso post pero una vez vistas las fotos y leídote resumido, comprendo tu sensación en aquel momento del descubrimiento, lo mismo me pasó a mí hace dos primaveras, iba caminando por un lugar que ya había transitado muchas veces, quizá nunca en esa precisa época primaveral cuando también me sentí atraído por lo que creí un insecto, y allí estaba una, otra , otra, quizá un ciento de pequeñas orquídeas de tallo bajito. Yo busqué y creí haber reconocido el Espejo de Venus, pero yo soy botánico solo observador.Emocionante fue emocionante y me acuerdo perfectamente de ese momento, me sentí orgulloso de verlas y feliz por el hallazgo, hay pocos momentos en los que uno es consciente de ser feliz ese fue uno.

Mad Hatter dijo...

Ser observador es el primer requisito para interesarse por la botánica ¡Enhorabuena Arqui!
Es cierto que, al pasear por el campo, la mera observación o encuentro con algunas criaturas nos produce felicidad. El momento "Espejo de Venus" fue emocionante, sin duda, aunque mi top 10 fue el momento "Azor".
Muchas gracias por el comentario tan bonito y un fuerte abrazo.

Arqui dijo...

gracias a ti Mad aprendo muchas consas en tu blog o al menos si no las aprendo me intereso y me emocionan.Una puntualización no soy botánico , escribí deprisa y el no se omitió. He ido a ver tu azor y, ¡hay que joderse ¡también dibujas bien!, vaya ingeniero de montes tan completico. Me ha gustado mucho esa entrada del 2007, es como un thriller de campo,muy bien escrito. A menudo la gente piensa que en el campo nunca pasa nada, y es todo lo contrario, mi madre sin ir más lejos me contó el otro día que oyó un estrépito y un cacareo escandaloso, cuando salió a ver que pasaba, (tiene las gallinas sueltas para que picoteen en la finca), un águila, que tenemos la suerte de que se ha quedado a vivir por aqui, se había llevado una gallina "nana" pues así las demnomina ella a una raza que son verdaderamente enanas,¡qué pena! con lo majica que era, además ha dejao viudo al nano, en fin pos eso la vida en el campo.
Ah el otro día junto a las orquídeas vi una pareja de "aceiteras" son preciosas, ¿allí ténéis?

David Cotos dijo...

Que interesante historia. Le voy a contar a mis sobrinos. Gracias por compartir la información.

Mullin - Tiendas Muebles dijo...

En general, el mundo de las plantas y lo relacionado con su reproducción, es de los aspectos más fascinantes de la Naturalez.
Sorprende, o mejor, impresiona ver las soluciones evolutivas de muchas especies para asegurar su supervivencia.

Mad Hatter dijo...

Gracias,David y Mulin, por vuestros comentarios. La repreoducción de las orquídeas es realmente fascinante y una maravilla de la coevolución de plantas e insectos.
Saludos.

Ivan | Segunda Mano dijo...

Me acerco por aquí para, con vuestro permiso comentar la extremada calidad de las fotos. Desde la perspectiva de sólo un visionador de las mísmas (sólo se dar al botón de la cámara y poco más) me resultan fascinantes.
Respecto al fondo de artículo, nada que comentar: se de botánica lo mismo que de fotografía.

Mad Hatter dijo...

Muchas gracias Iván.
Pero he de decirte que yo tampoco soy ningún experto en fotografía y sé poco más que tú, y que las mejores fotos, que son las últinas de las abejas, no son mías, yo sólo he hecho las de las orquídeas.
Y con respecto a la botánica, todo es ponerse y echarle interés, tiempo y paciencia, como casi todo en la vida.
Saludos.

Bejerano - Piscinas Prefabricadas dijo...

Articulo muy interesante y mas aun ilustrado con las imagenes, asi entiendo un poco más el mundo de las flores e insectos.

Alfombras dijo...

Muy buena explicacion sobre todo el proceso y las fotos buenas para seguirlo.
un saludo

Cubreextintores dijo...

El hombre no se da cuenta de la grandeza de la naturaleza, de toda su diversidad y la vida que hay ahi fuera.