viernes, mayo 06, 2011

EL VUELO IMPOSIBLE DEL ABEJORRO






Sorprende comprobar como algo tan ancestral y aparentemente tan sencillo como es el vuelo de un rechoncho y peludo abejorro, no ha podido ser medianamente entendido por el intelecto humano hasta que, en el año 2001, el profesor Michael Dickinson de la Universidad de California en Berkeley publicó en la revista, Scientific American su trabajo titulado “Solving the Mystery of Insect Flight” (“Resolviendo el Misterio del Vuelo del Insecto”).

Desde 1934, los científicos y los ingenieros han empleado la teoría aerodinámica, basada en las ecuaciones de Navier-Stokes (formuladas a principios del siglo XIX), para diseñar las aeronaves de ala fija con las que hemos conseguido volar y viajar a largas distancias. Sin embargo, estos principios aerodinámicos no son aplicables a los insectos, ya que éstos agitan y rotan sus alas flexibles en un promedio de 300 a 400 golpes por segundo ¡Más de diez veces más rápido que el índice de accionamiento del sistema nervioso! El abejorro logra esta gran velocidad en sus alas simplemente al contraer y relajar algunos músculos de su tórax. Adicionalmente, las variaciones en los patrones de aleteo producen diferentes fuerzas aerodinámicas que desconciertan los análisis matemáticos. Las alas del insecto no se mueven como las puertas con bisagras simples, sino que la punta de cada ala traza un óvalo delgado en un ángulo brusco. Además, las alas “abanican” durante cada golpe, de forma que el lado superior del ala mira hacia arriba durante el golpe inferior y mira hacia abajo durante el golpe superior.

Es decir, resulta que el vuelo del abejorro de sencillo no tiene nada, sobre él se han vertido ríos de tinta y aún se está estudiando su enorme complejidad, que el profesor Dickinson resumió concluyendo que los insectos producen una fuerza de elevación que básicamente se fundamenta en la conjunción de 3 fenómenos simultáneos: la pérdida retardada de sustentación, la captura de la estela y la circulación giratoria (para los que quieran indagar más sobre el tema, se puede encontrar mucha más información en internet).

Pero ahora me pregunto ¿Por qué los abejorros son tan peludos y rechonchos? Esos abejorros peludos que vemos volar entre las flores de las regiones templadas y frías del planeta, a partir de la más temprana primavera, pertenecen casi todos ellos al género Bombus, concretamente el que aparece en las fotos de arriba es el denominado Abejorro leonado (Bombus moscorum), que excava en el suelo del bosque un nido subterráneo en el que construye unas rudimentarias y toscas celdas de cera, en las que la reina pone los huevos, de los que nacen unas larvas que son alimentadas con la miel que fabrica un pequeño grupo de obreras, a partir del néctar y el polen que laboriosamente recolectan de las flores.

Con la llegada de los fríos, a finales del otoño, toda la colonia muere excepto la última reina que ha sido fecundada por los machos antes de sucumbir, la cual hiberna en el interior del nido subterráneo. De forma que, a comienzos de la primavera, cuando empiezan a abrirse las primeras flores (violetas, prímulas, narcisos, búgulas y pulmonarias) y las mañanas son aún francamente frías, las aguerridas y valientes reinas de Bombus salen de sus nidos, en los días soleados, abrigadas con su grueso abrigo de pieles y con el combustible de las reservas que acumularon durante el verano pasado en sus rechonchos cuerpos, para libar ansiosamente el dulce néctar de estas flores tan tempraneras, casi en exclusividad, debido a que son prácticamente los únicos insectos capaces de volar y de libar néctar con sus largas lenguas, a unas temperaturas tan bajas.

Otras especies de Bombus, además, lucen en sus abrigos un diseño a base de rayas amarillas, negras, anaranjadas y blancas (similar al de otros himenópteros como abejas y avispas) con el que disuaden a sus enemigos, advirtiéndoles de la dolorosa picadura de su aguijón.

En fin, espero haber arrojado algo de luz sobre algunos de los misterios que rodean a estas maravillas aladas de la bioingeniería natural.

¡Disfrutad de la primavera!

Fotos by Mad Hatter: 1) Abejorro zapador (Bombus pascuorum) sobre flores de Arvejilla de monte (Lathyrus montanus). 2) Abejorro zapador sobre Búgula (Ajuga reptans). 3) Flores de Pulmonaria (Pulmonaria longifolia). 4) Flores de Narciso silvestre (Narcissus triandrus).

2 comentarios:

Erna Ehlert dijo...

Muy interesante tu historia de hoy.

A mi me gustan muchisimo los abejorros.

Mad Hatter dijo...

Muchas gracias Erna.
Este abejorro de color leonado-dorado es una preciosidad ¿Verdad?
¿Hay por las Baleares?
Saludos de "terra endins".